El Fondo mejora ligeramente el pronóstico para América Latina
El organismo financiero asegura que la recesión en Brasil tocó fondo
La salida de Reino Unido de la Unión Europa es un elemento de riesgo claro para la economía mundial, tal y como han constatado todos los organismos globales. Es por eso que el Fondo Monetario Internacional (FMI) procede a recortar una décima la proyección de crecimiento mundial, al 3,1% en 2016 y al 3,4% en 2017.
Pero, mientras que los efectos negativos del Brexit son mayores en los países del Viejo Continente, y especialmente en Reino Unido, el panorama cambia poco para el resto. Hay incluso signos prometedores: en América Latina, por primera vez en varios años, el organismo que dirige Christine Lagarde revisa una décima al alza su proyección previa. La contracción para el ejercicio en curso queda ahora en el 0,4%. De ahí repuntaría hasta lograr un crecimiento del 1,6% el año próximo. Este ajuste se explica por la recuperación del mercado de las materias primas y la energía.
La revisión en el caso de Brasil es aún más destacada, con una mejora de medio punto porcentual. La actualización modera así la recesión al 3,3% en 2016 para pasar a un crecimiento del 0,5% en 2017. “La confianza del consumidor y de los negocios parece haber tocado fondo y la contracción del PIB en el primer trimestre fue más suave de lo anticipado”, señala la actualización.
México queda más o menos igual a lo dicho hace tres meses por el FMI, al registrar una expansión que rondará el 2,5% este año y el próximo pese a que se recorta al 1,8% el crecimiento de Estados Unidos. En el caso de la mayor potencia del plantea, el recorte de dos décimas este año se explica por la fortaleza del dólar y a la caída de las inversiones en el sector de la energía.
El crecimiento para el conjunto de los países emergentes y de las economías en desarrollo se mantiene en el 4,1% para 2016 y el 4,6% en 2017. Los técnicos del FMI señalan que la mejora de las perspectivas en Brasil, China y Rusia pude contribuir a una revisión al alza del crecimiento global en 2017 si las implicaciones macroeconómicas del Brexit resultan ser al final menos severas de lo que se teme.
“El escenario base refleja un reducción gradual de la tensión”, indica el FMI en la actualización de sus previsiones. Pero todo es tentativo. La incertidumbre que generan estos eventos, como señala su economista jefe Maury Obstfeld, es un lastre para la confianza y la inversión en una coyuntura frágil. “Si el crecimiento en Europa se ve afectado significativamente, los efectos adversos serán palpables”, advierte.
En el escenario más severo, la economía global reduciría su tasa de crecimiento al 2,8% este año y el próximo por las implicaciones en el comercio y en el sistema financiero. En el caso de los países emergentes quedaría por debajo del 4% en 2016 y repuntaría al 4,3% en 2017. El efecto será más pronunciado en las economías avanzadas, que crecerán solo un 1,4% este año y rozarán el 1% el que viene.
Obstfeld insiste por eso en que es importante que tanto Londres como Bruselas aclaren cómo será el proceso de abandono, para de esta manera reducir la incertidumbre (política, económica e institucional) y evitar una repercusión negativa mayor para la economía global derivada del Brexit. “Si el evento persiste, será muy complicado cuantificar sus repercusiones potenciales”, reitera el asesor de Lagarde.
El FMI, en cualquier caso, confía en que no se llegará a la alternativa más severa de sus proyecciones. Los mercados financieros, señala, se mostraron resistentes al primer golpe y la corrección fue ordenada pese a la sorpresa. También destaca el hecho de que los bancos centrales estén listos para inyectar liquidez si fuera necesario. Pero como concluye Obstfeld, la vulnerabilidad persiste.
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