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Los motores del campo

España solo cuenta con cuatro cooperativas agrarias entre las cien mayores de Europa

El sector lácteo es uno de los más necesitados de integración tras el fin de la cuota europea.
El sector lácteo es uno de los más necesitados de integración tras el fin de la cuota europea.Óscar Corral

En las últimas cuatro décadas, potenciar el cooperativismo agrario ha sido una de las propuestas que no ha faltado en los programas electorales de ningún partido. Al fin y al cabo, los procesos de fusión se han vendido como una herramienta para lograr un sector más competitivo a la hora de vender sus cosechas —sea a la industria o a la gran distribución— o para comprar medios de producción que modernicen la industria y aumenten la productividad.

Desde 2014, la Ley de Integración Cooperativa dice contar con 250 millones de euros en ayudas directas o indirectas, tanto de la Administración central como de los Programas de Desarrollo Regional de la UE. Esto se intenta lograr a través de las llamadas entidades asociativas prioritarias (EAP): las cooperativas que superen un determinado nivel de ventas y estén ubicadas en más de una comunidad autónoma tienen reservadas mayores ayudas. Pero pese a los esfuerzos realizados desde los años setenta del siglo pasado, la fragmentación del sector sigue siendo enorme: cerca de 4.000 entidades, de las que una cuarta parte no alcanza el millón de euros de facturación (y un 70% no llega a los cinco millones).

Número: 3.844

Facturación, 28.000 millones

Porcentaje de la producción final agraria: 60%

100.000 empleos directos

1,1 millones de socios

Porcentaje de la producción de la industria alimentaria: 27%

Porcentaje de cooperativas exportadoras: 29%

Exportaciones: 24%

Facturación media: 6,9 millones de euros

Existen las historias de éxito y son precisamente estas las que hacen que la facturación media del sector sea de 6,9 millones. En los últimos 40 años se han forjado una veintena de cooperativas que suman el 30% de los ingresos totales y son auténticos motores de la actividad agraria y el tejido socioeconómico en el medio rural. Aun así, solo hay cuatro firmas españolas en la lista de las cien mayores cooperativas agrarias europeas elaborada por la patronal Cogeca. Algunas de ellas —como la holandesa FrieslandCampina o la danesa ArlaFoods— tienen una facturación que ronda los 10.000 millones de euros anuales, a años luz de las empresas hispanas.

La mayor de todas las cooperativas agrícolas españolas, el grupo Coren, es la 57ª en la lista de Cogeca. Con una facturación de 1.000 millones —la única en superar esa cifra—, las antiguas Cooperativas Orensanas surgieron por una iniciativa de Eulogio Gómez Franqueira, un maestro de escuela que trataba de evitar la emigración desde el campo gallego. De la cría de pollos, la empresa hoy abarca todo el proceso desde la producción a la transformación e industrialización de bovino, pollos, huevos, pavos o porcino, de los que el 30% se destina a la exportación. Actualmente el grupo se encuentra inmerso en un proceso de transformación sustituyendo las producciones intensivas por granjas extensivas, de producciones camperas y con productos de innovación como el cerdo alimentado a base de castaña. Cuenta con más de 2.400 socios y genera 3.000 empleos directos e indirectos.

Si Coren es la mayor, Grupo AN es la cooperativa que más rápido ha llegado a la cima. Constituida como grupo empresarial en 2003, tiene sus orígenes en los primeros años del pasado siglo como una cooperativa rural de inspiración católica en Navarra. Hoy cuenta con 30.000 socios en 156 cooperativas, ubicadas en 17 provincias de 6 comunidades autónomas distintas. En el último ejercicio integró a una veintena de cooperativas extremeñas tras el concurso de acreedores de Acorex. El grupo factura ya 750 millones, y entre sus negocios incluye la mayor red de gasolineras independientes de España, con 60 estaciones de servicio.

En 2014 se produjo la fusión de las cooperativas Dcoop (antigua Hojiblanca) y Baco para formar un grupo que suma cerca de 800 millones de euros de facturación. Dcoop, ubicada en Málaga, es líder en el aceite de oliva, con una producción media de más de 200.000 toneladas al año, obtenidas de las 400.000 hectáreas de casi un centenar de cooperativas y 6.500 socios. Por su parte, Baco, con sede en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), exporta —a granel, sobre todo— vino de sus 7.000 socios con una superficie de 25.000 hectáreas. Ambos grupos buscan sinergias para ganar nuevos mercados no solo en sus sectores tradicionales, sino en otros como el ganadero y la aceituna de mesa.

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Ovispain fue la primera empresa en constituirse como EAP, con el objetivo declarado de ganar mercados en el exterior para el ovino español. Fruto de la unión de Oviaragón, Oviso, Corderos del Sur, Cotega y Cosegur, la cooperativa agrupa a 4.000 ganaderos con un total de 1,4 millones de ovejas, lo que supone el 15% de la producción nacional y una facturación superior a los 130 millones de euros.

Potencia láctea

También destacan en el sector ganadero la cordobesa Cooperativa del Valle de los Pedroches, Covap, con más de 14.000 asociados en Córdoba, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres, Huelva y Sevilla, y una facturación de casi 400 millones. Central Lechera Asturiana, integrada en Corporación Alimentaria Peñasanta, es la referencia en el sector de la leche con sus 8.000 socios, al igual que Iparlat en el País Vasco y Feiraco en Galicia.

En el sector de las frutas y hortalizas, es especialmente relevante la valenciana Anecoop, fundada hace 40 años por un grupo de técnicos y citricultores y que agrupa en la actualidad 69 cooperativas de distintos tamaños. Es la primera hortofrutícola española —con un millón de toneladas comercializadas por valor de 750 millones de euros— y la primera europea en el sector de los cítricos. Presente en siete comunidades autónomas, también tiene una participación importante en el sector del vino.

Otras firmas destacadas son la castellanoleonesa Acor, única en el sector remolachero, con sus más de 8.000 socios; la ilerdense Actel, con más de 150 cooperativas y unos 15.000 socios en cinco comunidades, con capacidad para envasar hasta 7.000 toneladas diarias, especialmente en la industria de la fruta, y Arento, presente en el cultivo cerealista en Aragón.

Además, el sector financiero ligado al campo (con las cajas rurales, con Cajamar a la cabeza, y su entidad paraguas, el Banco Cooperativo Español) ha mostrado su fortaleza en los años de la crisis.

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