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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Referendo del Reino Unido sobre su pertenencia a la UE

Las consultas, como toda democracia directa, pueden tener resultados imprevistos

Rafael Ricoy

Los referendos, como toda democracia directa, pueden tener resultados imprevistos ya que suelen ser aprovechados, por todos aquellos ciudadanos que lo están pasando mal, para obligar al gobierno a reducir la inmigración y por la oposición para mejorar electoralmente, no alcanzándose el objetivo más beneficioso para la mayoría. Como señala The Economist (21-05-2016) “plantear asuntos políticos importantes directamente a los votantes, no sólo no es siempre más democrático, sino que suele tener peores resultados de los esperados”. Según Ipsos-MORI, el 58% de los italianos y el 55% de los franceses también quieren un referendo sobre su pertenencia en la UE.

El referendo del 23 de Junio, sobre la permanencia del Reino Unido (RU) en la Unión Europea (UE) ha hecho que, en el Inflation Report del Monetary Policy Committee del Banco de Inglaterra de mayo, la palabra “referendo” aparezca 96 veces, frente a dos en el de febrero, estimando que, de salirse de la UE, caería la libra y el crecimiento y aumentaría la inflación.

Mark Carney, su gobernador, ha advertido que salirse de la UE produciría una recesión técnica y una fuerte desestabilización de los mercados, mientras que sobre el anterior referendo escocés dijo que no era un riesgo elevado para la economía del Reino Unido.

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El Tesoro británico estima que salirse de la UE sería la peor de sus otras tres alternativas: quedarse, como Noruega, en el Espacio Económico Europeo (EEE), que produciría una caída del PIB del 3,4% al 4,3%, en 2030; tener un acuerdo comercial como Canadá, que produciría una caída del PIB del 4,6% al 7,8%, en 2030, o ser sólo miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que produciría una caída del PIB, del 5,4% al 9,5%, en 2030. Si, dentro de la OMC, quisiera poner aranceles cero a los países de la UE para mantener su comercio, tendría que ponerlo a cero a sus 162 miembros.

Christine Lagarde (FMI) estima que su salida de la UE sería una decisión económicamente descabellada, con un impacto negativo severo, haciendo caer el precio de la vivienda, frenando la inversión, encareciendo el crédito y reduciendo el crecimiento y que, de salirse, nunca más podría volver a la UE.

Dos antiguos miembros del Comité de Seguridad de la Casa Blanca, Stephen Hadley y Tom Donilon, calculan que la salida del Reino Unido de la UE debilitaría a ambos, poniendo en riesgo no sólo su seguridad sino también la de EE UU.

Las consultas, como toda democracia directa, pueden tener resultados imprevistos

Es cierto que David Cameron, en su discurso en el Museo Británico, afirmó que el Reino Unido está más seguro dentro de la UE y que su salida debilitaría la unidad de Occidente. Sin embargo, cualquier referendo puede tener consecuencias indeseadas, abriendo la puerta a que muchos ciudadanos voten salirse, por llevar la contraria al Ejecutivo, por querer un cambio de gobierno o por estar descontentos. Además, no ha conseguido unir a su electorado, ya que las encuestas muestran que hay muchos votantes conservadores que quieren salirse. Pensaba que un referendo “clarificaría el aire del Partido Conservador” y puede enrarecerlo.

Stefan Gerlach (VOX, 06-05-2016) analizando dichas encuestas, señala que los votantes de mayor edad se inclinan más por la salida del Reino Unido de la UE y que los jóvenes prefieren que se quede, sólo un 18% de ellos votaría salirse. Los escoceses prefieren que se quede y si el referendo resultara en salirse de la UE, amenazan con salirse de Reino Unido y pedir su entrada en la UE, dejando sin petróleo a Londres.

El Financial Times ha recopilado los resultados de las 201 encuestas realizadas, entre el 9 Septiembre de 2010 y 12 de abril de 2016, mostrando que en 115 de ellas (el 57% del total) quedarse en la UE es preferible a salirse de ella, empatando un 7% entre salirse o quedarse, con un 20% de indecisos. Dichas encuestas han sido realizadas por 15 instituciones diferentes.

Gerlach muestra que, de estar bien diseñadas, sus resultados no dependerían del organismo que las realiza, pero las elevadas diferencias entre sus resultados muestran que el 86% de la variación de los que responden en la muestra a favor de quedarse en la UE depende del organismo que ha realizado la encuesta y lo mismo ocurre con el 54% de los que apoyan salirse de la UE. Y el resultado entre quedarse y salirse, que determinaría el resultado del referendo, depende, en un 51%, del organismo que la realizó. Es decir, dichas encuestas no pueden ser fiables y quizá será mejor seguir las apuestas.

Jonathan Portes (VOX 16-05-2016), muestra que la inmigración en el Reino Unido proveniente de la UE será la que tendrá mayor peso negativo en el resultado final del referendo, habiendo tenido un peso nulo en la consulta de 2005, ya que, en la última década, el número de inmigrantes procedentes del resto de la UE se ha duplicado, alcanzando tres millones, especialmente de sus nuevos Estados miembros (además de Irlanda) y sigue creciendo, aunque sólo dos millones aparecen registrados, quizá porque muchos son temporales. Muchos trabajadores cualificados han terminado en trabajos menos cualificados como construcción, venta al por menor y servicio doméstico, pero no han reducido el empleo de los trabajadores británicos.

La renegociación de Cameron con la UE se enfoca en el “turismo que busca empleo o subsidios” proponiendo un “freno de emergencia”, sin que, según Portes, las estadísticas disponibles sobre el sistema de subsidios de desempleo o de sanidad lo refrenden, al estar muy sub representado. Cameron propone, alternativamente, el tradicional sistema de “puntos” de Australia y Canadá, pero aquel era para conseguir mayor población y más cualificada de la que ya tenían.

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Además, los partidarios de salirse creen que la UE vende relativamente más a Reino Unido que este a la UE, cuando Londres vende a la UE el 12,6% del PIB y la UE vende al Reino Unido el 3,1% del PIB. Creen que la deuda británica es elevada por participar en el presupuesto de Bruselas, cuando su contribución es del 0,5% del PIB del Reino Unido y la neta es irrelevante.

Dhinga, Huang, Ottaviano, Sampson y Van Reenen (04-04-2016) calculan el coste de salirse de la UE, en términos de renta por habitante, mostrando que supone una caída, pero dependiendo, básicamente, de las políticas comerciales que siguiera el Reino Unido después, mostrando que, en el mejor de los casos, su renta por habitante caería un -1,28% y, en el peor, un -2,61%. Si, al salirse de la UE, Londres liberalizase todos sus aranceles reduciría su coste sólo un 0,3%, siendo el arancel más favorable de la Organización Mundial del Comercio (OMC) del 5% en la UE, luego se trata más de eliminar diferencias regulatorias que de reducirlo. Además, estiman que el impacto en su renta por habitante, oscilaría entre -0,98% en el mejor caso y el -2,29% en el peor.

De Haan, Ellison, Ilzetki, McMahon y Reis (26-02-2016), del Centre for Macroeconomics Survey, señalan que aumentará la volatilidad de la libra ya que, sólo en la mañana de anuncio del referendo, cayó casi 2% frente al dólar y 1,5% frente al euro y Sir Christopher Pissarides, Nobel de Economía, estima que la libra seguirá depreciándose si crece la campaña para salirse y si decide salirse de la UE, seguirá depreciándose durante la negociación de sus condiciones de salida y W. De Haan, cree que sufrirá mucha volatilidad hasta que los mercados calculen como terminaría la negociación. Richard Portes (LBS) estima que los que proponen la salida del Reino Unido no conocen ni sus consecuencias iniciales, ni las finales y Ricardo Reis (LSE) anuncia que los inversores internacionales basados en suelo británico, retrasarán todas sus inversiones hasta conocer el resultado.

Asimismo, Pia Huttl y Dirk Shoenmaker (11-02-2016) creen que la existencia de la Unión Bancaria facilitaría que los grandes bancos europeos, situados en Londres, pudieran, si el referendo resultase salirse, seguir funcionando en la UE con su licencia bancaria. Finalmente, según Blackrock, más del 78% de los ingresos de las compañías del FTSE 100 proceden de fuera de RU.

A 20 días del Referendo, la media de las encuestas muestra 44,6% a favor de quedarse, 41,3% a irse y 12,4% de indecisos.

Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del Centre for Economic Policy Research de Londres

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