Bruselas acusa a Google de pagar a los fabricantes por instalar su buscador
La Comisión le acusa de obligar a los fabricantes y operadores de los móviles y tabletas que operan con Android a instalar de forma predeterminada sus servicios
Google se ha convertido en el caso estrella de las autoridades europeas de competencia. La Comisión Europea ha lanzado este miércoles cargos contra el gigante tecnológico por abusar de su posición dominante en el sistema operativo de móviles Android. Bruselas acusa a la firma estadounidense de obligar a fabricantes y operadores de móviles y tabletas a instalar de forma predeterminada servicios como su propio buscador y su navegador Chrome. Y dice tener evidencias de que Google compensa económicamente a los fabricantes por incluir el buscador en sus aparatos. Los competidores quedan así desplazados. "Las compañías dominantes tienen la responsabilidad de no abusar restringiendo la competencia. Google ha abusado de su posición de dominio", ha sentenciado la comisaria europea del ramo, Margrethe Vestager, al presentar los cargos a la prensa.
Statement of Objections to Google: It seems like you are abusing your dominant position by imposing restrictions on Andriod device makers.
— Margrethe Vestager (@vestager) April 20, 2016
Se trata de una conclusión aún preliminar porque el pliego de cargos representa la primera fase en el proceso de infracción que se abre a una compañía por presuntas prácticas anticompetitivas. Desde ahora, la entidad dispone de 12 semanas para hacer alegaciones y también puede pedir una vista oral. Si en última instancia no convence a Bruselas de la legalidad de su comportamiento, se arriesga a multas de hasta el 10% de su facturación. En el caso Google, una de las mayores empresas del mundo por facturación, esa cantidad rondaría los 6.500 millones. Resulta, no obstante, poco probable alcanzar esos niveles; el Ejecutivo comunitario nunca ha impuesto una sanción tan elevada.
La decisión, ratificada este miércoles por el Ejecutivo comunitario, la adelantó en primera instancia el diario británico Financial Times y la confirmó el martes EL PAÍS tras consultar con fuentes comunitarias y del sector tecnológico. Se trata de la segunda ofensiva que lanzan las autoridades europeas contra la firma fundada por Larry Page por vulnerar la competencia. El primer caso, abierto hace un año, aludía a una práctica mucho más denunciada en Bruselas que la de Android. Se trata de la mayor visibilidad que da Google a sus propios servicios en las búsquedas por Internet. El pliego de cargos se centró en el servicio de comparativa de precios Google Shopping, pero el Ejecutivo investiga otros casos como el de Youtube, viajes o mapas. Y tiene pendientes otras objeciones por copia de contenidos a terceros y por abusos en el mercado publicitario.
Google ha respondido a la apertura del proceso con una cerrada defensa de su modelo de comercialización de Android, que se ofrece de manera gratuita: "Nos tomamos estas preocupaciones [de la Comisión] muy en serio, pero creemos que nuestro modelo de negocio permite a los fabricantes reducir sus costes, tener mayor flexibilidad y ofrecer a los clientes un control sobre sus dispositivos móviles sin precedentes", asegura en un comunicado el vicepresidente Kent Walker. La empresa argumenta, además, que Android constituye un "motor para la innovación", que el Ejecutivo comunitario le acusa de frenar.
Cualquier restricción de la competencia a través de Android es enorme. El 80% de los móviles del mundo lo emplean, según datos desgranados por Vestager, y aproximadamente la mitad de las búsquedas por Internet prodece de dispositivos móviles. Más allá de la dimensión técnica, el caso encierra fuertes connotaciones políticas. La ofensiva de la Comisión ha creado malestar en Estados Unidos, que considera que la UE está castigando la innovación norteamericana. La comisaria rechaza esta idea: "Si hay abuso de posición dominante, entonces tenemos un caso. No nos importa la bandera ni el propietario de la compañía".
Tres objeciones
El pliego de cargos, que no es público, recoge tres inquietudes de Bruselas. La primera, que en sus contratos con los fabricantes de móviles, Google obliga a incluir como predeterminados el buscador Google Search y el navegador Chrome para ofrecer la tienda de aplicaciones de la compañía. Eso hace que ni las empresas ni los consumidores se preocupen por buscar otros. La segunda, que si el fabricante quiere ofrecer, ya instaladas, aplicaciones de Google, debe firmar un "acuerdo antifragmentación" por el que se compromete a no facilitar un Android libre, que permitiría a cada fabricante añadir por defecto otras aplicaciones.
La tercera objeción era hasta ahora desconocida. Competencia reprocha a la firma estadounidense que ofrezca "incentivos económicos significativos" para instalar de manera exclusiva el navegador Chrome. Esas compensaciones "no se pagan si los teléfonos llevan preinstalado cualquier otro buscador que Google Search", concluye la Comisión Europea.
El resultado es que el 90% de las aplicaciones descargadas en dispositivos con Android proviene de la oferta de Google. Los presuntos comportamientos abusivos han merecido la denuncia formal a la Comisión Europea de cuatro asociaciones (la primera, Fair Search) que se ven perjudicadas por estas prácticas.
El contencioso por Android recuerda otro de los hitos de competencia del Ejecutivo comunitario: el caso Microsoft, otra firma estadounidense que recibió casi 1.700 millones de multa por incorporar en su oferta para PC el navegador de la compañía, Internet Explorer. Microsoft es, ahora, una de las denunciantes de la supremacía de Google.
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