Los peritos del ‘caso Bankia’ hacen de sus informes una bronca académica
Los expertos nombrados para auxiliar al juez Andreu atacan a los expertos de las partes
Los peritos designados por el Banco de España para auxiliar al juez Fernando Andreu en la investigación sobre la salida a bolsa de Bankia critican con extrema dureza en su último informe a los expertos contratados por las partes para rebatir la idea de que la entidad se estrenó en el parqué en julio de 2011 con las cuentas maquilladas. Los peritos judiciales, Víctor Sánchez y Antonio Busquets, insisten en que las cuentas de Bankia no reflejaban la imagen fiel de la entidad –el folleto de la emisión de acciones anunciaba un beneficio de 253 millones de euros en el ejercicio 2011 cuando las cuentas finales arrojaban unas pérdidas efectivas de 3.030 millones-. Y contestan, incluso llegando a la descalificación personal, a algunas apreciaciones vertidas en los contrainformes.
Los peritos son especialmente duros con los catedráticos de la Universidad Carlos III de Madrid Juan Manuel García Lara, Miguel Ángel Tapia y Juan Zornoza, contratados por el expresidente de Bankia Rodrigo Rato para certificar la validez de las cuentas de la entidad. Estos académicos, al igual que otros expertos de parte, sostenían que los peritos judiciales aplicaron un “sesgo retrospectivo” en su estudio, es decir, que analizaban las cuentas no basándose en lo que se sabía sobre la salud financiera de Bankia en el momento de su debut bursátil, sino con los datos conocidos una vez que se descubrió el agujero. “Es muy fácil ser sabio después de que los hechos ocurren (…) psicológicamente está muy bien explicado”, decían los peritos de Rato el 18 de noviembre de 2015 al ratificar su informe ante el juez.
La respuesta de los peritos judiciales es tan irónica como tajante: “Puestos a buscar explicaciones psicológicas, habría que referirse a los fenómenos de disonancia cognitiva. En el caso Bankia sería muy interesante comprobar (…) cómo la mente de los embusteros resuelve la incongruencia aceptando la mentira como una verdad”.
Los peritos manifiestan que la contabilidad no es una ciencia (o técnica) exacta, pero que ello no justifica las “aberraciones” defendidas por algunos de los expertos de las partes. “Ninguna mente independiente y sensata puede entender que en 15 días el resultado anual de una entidad pase de unos beneficios de 253 millones a unas pérdidas de 3.031 millones y que ambas cuentas sean correctas”. Tampoco ven “posible” revisar “en 15 días los deterioros de centenares de miles de activos y auditar la revisión”.
Los ataques también se extienden a los peritos nombrados por la propia Bankia, el catedrático Leandro Cañibano y el exinspector del Banco de España Rubén Manso, defensores de la formulación de las cuentas de la entidad realizada por el equipo del actual presidente, José Ignacio Goirigolzarri. A los peritos judiciales les molesta la acusación de subjetividad que hace sobre ellos Cañibano: “Hace una falsa acusación, cuando ni él ni el señor Manso revisaron toda la documentación disponible”, devuelven la crítica los auxiliares del juez Andreu.
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