El tren Madrid-Yiwu circula a medio gas
La línea férrea más larga del mundo trae toneladas de productos de China, pero no consigue llenarse en el viaje de vuelta
Un piscolabis, la asistencia Sheng Qiuping, alto representante del partido comunista llegado desde Yiwu y la creación de una fundación. Las autoridades chinas no han escatimado esfuerzos esta semana en Madrid para impulsar el proyecto del tren más largo del mundo que nació con grandes alharacas hace casi año y medio pero que por parte del empresariado español no acaba de arrancar. La línea, de 13.000 kilómetros une Madrid con Yiwu, el gran supermercado del mundo de donde salen los productos que surten a los bazares chinos de medio mundo y pretende servir de alternativa terrestre al barco. Atraviesa China, Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España y traza una nueva ruta de la seda, de especial importancia estratégica para China. Fue el propio presidente en funciones, Mariano Rajoy el que durante de visita oficial a Pekín selló el acuerdo con su homólogo Xi Jinping con la idea de potenciar las exportaciones españolas.
Desde que los políticos cortaran la cinta y se hicieran la foto en la estación de Abroñigal a finales de 2014, han arribado a Madrid 39 trenes cargados desde China y han vuelto apenas ocho, según confirma Timex, la empresa que gestiona las mercancías del tren. El último salió esta misma semana rumbo a Yiwu. Transportar mercancías por ferrocarril es más rápido (21 días) que hacerlo por barco (35-40 días), pero es también más caro. Si un contendor de tren puede costar unos 2.000 euros; uno en barco oscila en torno a los 1.300 euros. El precio desanima a algunos empresarios españoles, pero el desconocimiento y la desconfianza hacia esta nueva forma de transporte es, junto al desequilibrio de la balanza comercial con China otra de las razones de que el tren vuelva medio vacío. Mao Wenjin, presidente de la Fundación para el Intercambio entre Yiwu y España explica que “hace falta limar algunos asuntos legales como los permisos para exportar jamón con hueso o el tránsito de alimentos por Rusia”.
Santiago Vivanco, presidente de bodegas Vivanco ha exportado vino tinto a China por tren tres veces. A ellos les compensa porque venden justo en la provincia de Zheijang, donde se encuentra Yiwu. Llegar al puerto de Shanghai, superar los trámites aduaneros y transportar la mercancía les supondría más tiempo y dinero. Vivanco piensa que se trata de “un problema de desconfianza. En España la gente utiliza muy poco el tren para transportar mercancías; ni se lo plantean”. Asegura que muchos vagones se llenan durante el trayecto, en el norte de Europa. “Si no existiese Alemania como punto estratégico, este tren no sería viable”, estima.
De China llegan productos de navidad, de papelería, tupperwares, cubiertos, de todo. A China viaja vino, aceite y agua con gas principalmente. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, explica que el tren podría resultar especialmente beneficioso para los productos agroalimentarios en fresco como la uva de mesa o la fruta de hueso que pueda aguantar refrigerado en el tren. Considera que el proyecto de momento funciona y que es normal que llegue más mercancía de la que sale debido a la asimetría de las relaciones comerciales con China.
Sheng aseguró en Madrid que la sed de productos españoles en China es enorme a pesar de la desaceleración de la economía asiática. “En los próximos cinco años nos vamos a dedicar a promover la importación. Los productos españoles están muy bien aceptados”, explicó. La idea es que desde Yiwu los productos importados se distribuyan por toda China. Explicó además que planean construir en breve un pueblo español en Yiwu para promocionar el comercio español. La vida comercial en Yiwu es superlativa. Como explicó Mao durante la presentación en Madrid, si una persona dedicara ocho horas al día a comprar durante tres minutos en cada tienda de Yiwu, tardaría más de un año en visitar todos los comercios de esta ciudad del sur de China con un PIB que representa el 8% de todo Portugal y que recibe diez millones de comerciantes al año.
La Administración es consciente de la necesidad de difundir el proyecto y desde el ICEX organizan seminarios para dar a conocerlo a los empresarios. “Se ha prestado desde el primer momento apoyo a la línea férrea Yiwu-Madrid y confiamos que se consolide, en particular en sentido de retorno de España a China, como una opción logística adicional para las empresas exportadoras españolas”, explica Francisco Javier Garzón, consejero delegado de ICEX.
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Hermanos Rubio es otra de las 15 empresas que se han atrevido con el tren con dos envíos de vino tinto. El primero fue en invierno y tuvieron que envolver el contenedor en mantas térmicas para proteger la mercancía del frío ruso, pero a partir de estas fechas ya no hace falta protección. “Me enteré de lo del tren por televisión, pero fue nuestro cliente el que decidió esta vía de transporte”, explica José Agustín Rubio, responsable de exportación de esta empresa familiar. El cliente se llama Mao y su empresa distribuye mercancías españolas en China. “Es verdad que el precio es caro, pero el para el Gobierno chino este tren es una prioridad. Si llevamos los productos en tren, el Gobierno nos garantiza publicidad gratis en la televisión estatal”.
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