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México se embolsará 5.000 millones gracias a la depreciación del peso

El Banco de México ha tenido unos beneficios récord gracias a las subastas diarias de dólares, que compró baratos y vendió caros

David Marcial Pérez
Casa de cambio en el aeropuerto del DF
Casa de cambio en el aeropuerto del DFSusana Gonzalez (Bloomberg)

La depreciación del peso tiene un aura fantasmal en México. Con una historia reciente marcada por dolorosas devaluaciones, los derrapes de la divisa son automáticamente asociados una subida de los precios de las tortillas, fugas de capitales y temblores en los cimientos de los bancos. México vive la peor racha cambiaria desde que el valor del peso flota al compás del mercado. Las defensas se han ido fortaleciendo poco a poco hasta colocar las tasas de interés en un 3,75% como antídoto a un eventual estallido inflacionario. Pero la caída esconde también un paradójico beneficio. El Gobierno federal se embolsará alrededor de 5.000 millones de dólares gracias a las operaciones que el Banco de México ha estado realizado durante el año pasado con los dólares del almacén de las reservas. Dólares que había comprado baratos y que ahora ha vendido caros.

Pese al nombre, la autoridad monetaria no funciona exactamente con un banco comercial. Sus estatutos le obligan a cuadrar los resultados a cero. Una vez cubiertos sus gastos corrientes, tiene la obligación por ley de traspasar al Gobierno el resto de sus ganancias. Ese exceso, conocido como remanente de operación, alcanzó durante 2014 los 1.700 millones de dólares. Pero la bolsa de dinero obtenida con las subastas diarias ha engordado tanto gracias a la depreciación del peso, que la cantidad correspondiente al ejercicio pasado, que será presentada oficialmente en abril, se espera que duplique o hasta triplique la del año anterior según los analistas. De cumplirse los vaticinios, México habría cubierto más de una tercera parte del recorte presupuestario —7.000 millones— anunciado la semana pasada.

Los números de 2015

El peso ha caído más de un 30%

El Banco de México inyectó 38.000 millones dólares

Las reservas cayeron en 17.000 millones

El beneficio del Banco de México ronda los 5.000 millones

Para alimentar el hambre de billetes verdes —desatado tras el aumento del precio del dinero en EE UU— y amortiguar la caída del peso, el organismo presidido por Agustín Carstens ha estado bombeando dólares durante casi todo el año. Cada vez que el peso se despeñaba un 1%, el grifo soltaba 200 millones. Sí bajaba otro medio punto, 200 más. Esta medida de emergencia fue utilizada durante nueve meses del año pasado con una efectividad relativa. El peso ha perdido más del 30% de su valor durante 2015 y ha llegado a rozar la barrera psicológica de las 20 unidades en la paridad con la divisa estadounidense. “Estas medidas se toman apara aportar liquidez al mercado. Pero la cantidad aportada en relación al volumen total que mueve el mercado es de apenas el 1%. Se trata de dar de comer al dinosaurio, pero el dinosaurio siempre quiere más. Además el 90% de las operaciones en el mercado cambiario son movimientos especulativos”, afirma la directora de análisis económico del Banco Base Gabriela Schiller.

La cantidad total bombeada durante 2015 fue de 38.000 millones de dólares, la más abultada desde que se tienen registros en la autoridad monetaria mexicana. “Es una cantidad récord porque se ha intervenido mucho y porque la depreciación del peso ha sido muy profunda. Pero lo más importante es dónde va ir destinado ese dinero”, apunta el Economista jefe de BBVA Bancomer Carlos Serrano Herrera.

El remanente de 2014 sirvió para tapar los agujeros abiertos por el recorte presupuestario de 9.000 millones que Hacienda ejecutó también el año pasado. Este año el objetivo será la deuda pública. El congreso aprobó en octubre pasado una reforma en la ley presupuestaria obligando que el 70% del dinero sobrante del Banco de México se destine a cuadrar las finanzas públicas. Esos alrededor de 3.000 millones de dólares serán un alivio considerable para apuntalar los cimientos macroeconómicos, debilitados por el doble impacto del petróleo y la divisa.

La deuda pública registró una subida del 37% en 2012 hasta el 48% del año pasado. “Es una buena noticia. Aún es leve, pero el deterioro fiscal estaba empezando a preocupar a los inversores”, sostiene Serrano. Ante la caía del precio del petróleo, que aporta el 30% de los ingresos públicos, y a la espera de que la reforma fiscal aprobada hace dos años cumpla con el objetivo de ensanchar la estrecha base recaudatoria del país —16% del PIB, por detrás de Perú o Chile—, la bolsa de dinero del Banco de México será más que bienvenida.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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