¿Quieres pagar menos en luz? Tres trucos para rebajar tu recibo
El simulador de la CNMC permite calcular cuánto gastaríamos con otra tarifa y potencia
No es un misterio: el recibo de la luz es muy caro. España es el cuarto país con la factura más alta de Europa, según Eurostat, y el precio de la electricidad no ha hecho otra cosa que levitar en la última década: con respecto a 2003 ha subido en más de un 80%, y en lo que va de año el incremento ha sido de casi un 5%, de acuerdo con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Como si no fuera suficiente, la factura es indescifrable. Tampoco ha arrojado luz sobre el asunto el nuevo modelo de facturación horaria, que funciona desde el pasado 1 de octubre para los consumidores acogidos a la tarifa regulada (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor o PVCP) que tengan ya instalado contador inteligente y telegestionado —unos cinco millones de hogares—. Ahora, el usuario paga según su consumo real, que se calcula en función de la cotización del kilovatio, cada hora, en el mercado mayorista, y se traduce en 8.760 precios diferentes al año. ¿Suena complicado? Lo es. Entonces, ¿cómo ahorrar en algo que no se entiende?
Para salir vivos de la jungla de vatios y voltios de la factura, la CNMC ha puesto en marcha un simulador online para comprobar si nuestro recibo es correcto y revisar nuestro consumo diario. La herramienta también desglosa cuánto nos hubiéramos gastado al contratar otra tarifa y potencia. Así, si cuentas con un contador inteligente y telegestionado —si tienes dudas revísalo en tu factura—, descarga de la página web de tu compañía la tabla de consumos. Después, inserta en el simulador la información solicitada (tipo de tarifa, potencia y alquiler del contador), que aparece en tu recibo. Esta operación la puedes realizar aunque no tengas todavía contador inteligente. En este caso se te aplica un perfil estimado de consumo, pero el simulador te puede dar igualmente pistas para abaratar tu recibo.
1. ¿Qué tarifa me conviene?
Si tienes contratado el PVPC, puedes elegir entre dos tipos de tarifas: la general o la nocturna, también llamada discriminación horaria o eficiencia de dos periodos. En la primera, el precio es más elevado de media y más o menos estable a lo largo del día, sin picos al alza ni a la baja; la segunda es bastante más cara durante el periodo punta —las horas diurnas— que en el valle —las horas nocturnas—. Para hacerte una idea, puedes consultar en la página de Red Eléctrica de España la evolución de la curva del PVPC: cada día, a las 20.15, se publican los precios horarios de la energía para la jornada siguiente.
El caso de Silvia (nombre ficticio) es bastante revelador. Silvia es una señora mayor, que vive sola en la casa familiar. Tiene contratada la tarifa general y ya cuenta con contador inteligente e integrado en la red de las eléctricas —por el que paga un alquiler de 0,80 céntimos al mes—, imprescindible para que estas puedan conocer su consumo real. La última factura mensual de Silvia fue de 47,19 euros, lo que se traduce en 566,28 euros al año. El simulador sugiere que, si Silvia se pasara a la tarifa nocturna, pagaría cada mes 3,28 euros menos en su recibo, un ahorro de casi 40 euros al año.
El cambio de una tarifa PVPC a otra es totalmente gratuito y se tramita a través de una simple llamada a tu compañía. Es recomendable optar por la discriminación horaria si por lo menos un tercio de tu consumo se concentra en el periodo valle —de 22.00 a 12.00 en invierno y de 23.00 a 13.00 en verano—. Si, por otro lado, trabajas por la noche, quizás no te beneficie esta tarifa. Pero hay otras maneras de ahorrar.
2. No te pases con la potencia
La potencia contratada indica el número máximo de kilovatios (kW) que es capaz de tolerar nuestra instalación y es una variable que tiene un peso importante en el recibo, al representar aproximadamente el 40% del importe final. Justo aquí se puede conseguir un ahorro significativo, porque es la variable que más se ha encarecido en los últimos años —un 92% desde 2013—. Hay que recordar que lo que paguemos por ella no depende de nuestros hábitos de consumos, ya que el precio está fijado por el Gobierno.
Silvia, que tiene un consumo muy bajo (150 kW/h) y una potencia contratada elevada (5 kW), podría rebajar un tramo la potencia y así lograr un ahorro mayor que el obtenido con el cambio de tarifa: el simulador revela que se gastaría 54,48 menos al año. Sumados a los 40 euros que se ahorraría al pasarse a la tarificación nocturna, el importe final del recibo retrocedería en 100 euros anuales. Si rebajara la potencia de dos tramos —hasta los 3,4 kW—, conseguiría un ahorro adicional de otros 40 euros. Resultado: una reducción del 24%, de 566 euros a 426 euros anuales.
¿Cómo se tramita la bajada de potencia? Es suficiente una llamada a tu compañía, para que te mande un técnico que modifique la instalación. Esta operación tiene un coste de 9,04 euros más IVA, que cobra la distribuidora por los derechos de enganche y que se descuenta del recibo. El procedimiento se resuelve en un par de semanas. Pero ojo, si te arrepientes tendrás que aguantar un año, porque solo se permite realizar un cambio cada 12 meses. Así que, antes de actuar, debes estar seguro de que la potencia que vas a contratar sea suficiente para que no salte la luz todo el rato.
¿Cómo sé que potencia tengo contratada? De acuerdo con la CNMC, uno de cada cuatro hogares desconoce cuántos kW puede soportar su instalación. Para descubrirlo, mira tu recibo de la luz. La información aparece en el apartado “datos del contrato”. De acuerdo con la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia Energética (ANAE), existe un gran desajuste entre la potencia contratada y la efectivamente utilizada: de acuerdo con la organización, los consumidores regalan unos 8.000 millones cada año a las eléctricas debido a la sobrecapacidad del sistema. Hasta ha nacido una plataforma, bajatelapotencia.org, que anima a los usuarios a disminuir la potencia de sus instalaciones.
¿Tengo margen para bajar la potencia? Para descubrirlo, puedes sumar las potencias de todos los electrodomésticos que tienes en casa, y considerar los que suelen estar funcionando a la vez. También puedes conectar a la vez todo lo que chupe electricidad: lámparas, lavadora, lavavajillas, horno, cadena de música, ordenador, calefacción, vitrocerámica, etc… Si aun así el interruptor de control de potencia —ese mecanismo que corta la luz cuando se supera el límite máximo de potencia contratada— no salta, ya tienes la respuesta: la potencia que tienes contratada es excesiva y estás pagando por algo que no utilizas.
Para hacerte una idea, en un piso pequeño, sin climatización y con pequeños electrodomésticos, es suficiente una potencia de 3,45 kW, y solo en apartamentos medio-grandes, con climatización y un uso importante de los electrodomésticos, es recomendable contratar una potencia superior a los 6 kW. Selectra, empresa de asesoramiento en tarifas domésticas de electricidad y gas, asegura que, por cada kW menos de potencia contratada, se puede conseguir un ahorro de hasta 53,47 euros al año.
3. Adapta tus hábitos
A Silvia, los martes le han salido muy caros: son los días en los que más ha consumido, aunque fue el jueves 4 de noviembre cuando gastó más. Los sábados, por otro lado, son las jornadas en las que utilizó menos electricidad. Quizás, si Silvia hubiese intentado consumir más durante el fin de semana, que es cuando la energía suele ser más barata —debido a que la demanda es menor—, el importe final de su recibo hubiese sido más exiguo aún.
De acuerdo con una encuesta realizada por Selectra, la tarifa nocturna puede suponer un ahorro de hasta un 18% si estamos dispuestos a ajustar nuestros hábitos y consumir en las horas más asequibles del día. Pero tampoco podemos cambiar nuestras costumbres de manera radical para ahorrarnos unos céntimos o despertar así a todo el vecindario por poner la lavadora a las cuatro de la madrugada. La recomendación general, recuerdan los expertos, es evitar consumos fuertes entre las 20.00 y las 22.00, independientemente de la tarifa que tengamos.
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