Bernanke esperaba ver algún ejecutivo de Wall Street en la cárcel
El expresidente de la Reserva Federal publica las memorias sobre su experiencia al frente del banco central durante la gran crisis
Ben Bernanke está empezando a promocionar las memorias de su paso por la presidencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central más poderoso del mundo. Al profesor de Princeton le tocó lidiar con la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. Echando la vista atrás siete años cree que algún ejecutivo de Wall Street debería haber acabado en la cárcel.
The Courage to Act se publica este lunes. En sus 600 páginas repasa su experiencia como líder de la Fed durante el derrumbe del sector financiero por el colapso del mercado de la deuda y los pasos que se adoptaron después para estimular la economía. Bernanke no cita casos concretos pero sí deja claro que esperaba que se hubieran exigido responsabilidades a los autores de los abusos.
Las grandes firmas del sector financiero fueron sancionadas tras la crisis con decenas de miles de millones de dólares por la manera en la que estructuraron y ofrecieron a los inversores los activos de deuda hipotecaria que tenían en balance, que resultaron ser insolventes. Pero estas entidades, como señala Bernanke en una entrevista con el USA Today, “no pueden ser encarceladas”.
A partir de ahí, afirma que la estrategia del Departamento de Justicia debería haberse concentrado no sólo en perseguir a las corporaciones sino también a los individuos que tuvieron un papel en la crisis. “Mi preferencia es que se hubiera investigado más las acciones de los individuos porque es obvio que todo lo que se hizo ilegalmente no fue por una entidad abstracta”, opina.
A la pregunta en la entrevista de si pensaba que algún ejecutivo debería haber ido a la cárcel, responde con un “sí" rotundo. Aunque evita desarrollar sobre el quién o quiénes, califica de "irresponsable" la conducta de los directivos de Lehman Brothers y AIG, pero añade que no es quién para decir si hubo una conducta penal. La Fed, precisa, se dedica a supervisar a la banca.
Pese a esta afirmación, en las memorias vuelve a justificar que se saliera al rescate del sector. “Lo hicimos porque sabíamos que si el sistema financiero se derrumbaba, la economía le seguiría de inmediato”, afirma. Bernanke, que además de ser miembro de la Brookings Institution hace de asesor para el fondo especulativo Citadel y el gestor de bonos Pimco, empezó a trabajar en las memorias al poco de dejar la presidencia de la Fed el 1 de enero de 2014.
Una situación surrealista
“Evidentemente, no sabemos lo que habría pasado si no hubiéramos logrado estabilizar el sistema”, señala, “pero por el curso que estaba siguiendo la economía, era evidente que se iba una depresión similar a la de los años 30”. El peor momento fue el fin de semana en el que se dejó caer Lehman, porque era consciente de que no tenían instrumentos para actuar. "Fue surrealista", afirma.
Revela con detalle que hubo dudas sobre cómo se afrontó en aquel caótico fin de semana la situación del extinguido banco de inversión, si debería haberse hecho más para salvarlo. Pero explica que no fue posible porque los pretendientes –Bank of America y Barclays- no querían asumir su deuda y no disponían de un instrumento para respaldar financieramente la operación de rescate.
Bernanke reconoce que no fue capaz de anticipar la crisis ni su dimensión. También admite que cometieron errores de comunicación. “Nos centramos tanto en estabilidad el sistema, que no tuvimos ni el tiempo ni la energía de explicar al público que lo que estábamos haciendo era esencial para la economía”, explica en la entrevista, “y aún hoy hay gente que no lo entiende”.
Siete años después de salir al rescate de la economía y del sector financiero, los tipos de interés en EE UU siguen estancados en el 0%. La decisión para subirlo, advierte, "es muy difícil". "Hay muchos elementos en juego", valoró en una entrevista con la CNBC. El ritmo de creación de empleo en agosto y septiembre dice es "negativo" para el plan de su sucesora, Janet Yellen.
La política de dinero barato se justifica, añade Ben Bernanke, por la baja inflación y cree prudente en este momento esperar para saber mejor lo que está pasando, por si el mercado está mandando un mensaje que desconoce en el seno de la Fed. Echa en falta más apoyo a la economía del lado de la política fiscal, algo que ya reclamó cuando era presidente del banco central.
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