Canadá entra en recesión por el desplome del petróleo
La potencia del G7, que debe un 10% de su economía a la energía, encadena dos trimestres consecutivos de contracción
El milagro económico de Canadá se esfuma y entra técnicamente en recesión, tras acumular dos trimestres consecutivos de contracción. El país norteamericano, el que mejor resistió la pasada crisis financiera entre las potencias del G7, sucumbe siete años después por la persistencia del bajo precio del petróleo y a que se enfría su sector inmobiliario. La recuperación en Estados Unidos, su principal socio comercial, no es suficiente para mantener a flote su crecimiento.
La economía canadiense se contrajo un 0,1% en el segundo trimestre, de acuerdo con la última lectura del indicador publicado para junio. El repunte del 0,5% que se registró ese mes no fue suficiente para compensar el negativo acumulado en abril y mayo. La contracción en los tres primeros meses del año fue del 0,2% para el quinto productor de petróleo del planeta. Está por ver cómo se refleja el último desplome en los datos que se publiquen de julio y agosto.
De hecho, el crecimiento en junio podría ser temporal porque se vio favorecido por el alza en el valor del crudo y otras materias primas. Ese mes el barril se cambiaba a 60 dólares. De ahí pasó a perder los 40 dólares hace una semana. En términos anualizados, la contracción fue del 0,5% entre abril y junio, mientras que la del primer trimestre se eleva al 0,8%. Este degradación podría forzar al Banco de Canadá a tocar de nuevo tipos la semana que viene.
El Fondo Monetario Internacional, en una nota publicada en febrero, ya anticipó que 2015 sería un año complicado para Canadá. Su economía tuvo un rendimiento por encima del potencial hasta finales del pasado ejercicio, gracias en gran medida a la recuperación en su vecino del sur y a la depreciación del dólar canadiense, que favoreció sus exportaciones. Pero el desplome en el precio del petróleo cambió la ecuación y redujo las inversiones en el sector.
La proyección que hizo después en julio es de una expansión del 1,5% este año, siete décimas menos de lo anticipado en abril. El sector de la energía es vital para la economía canadiense. La producción de petróleo y de gas natural representan un 10% de su producto interior bruto, una cuarta parte de sus exportaciones y una cuarta parte de las inversiones privadas. El impacto por el brusco abaratamiento del barril sería peor de no ser por el mercado que tiene en EE UU.
Más allá de Alberta
Es la segunda vez en seis años que Canadá entra en recesión. Esta vez los problemas van más allá de Alberta, la principal región productora de energía. La actividad en el sector de la vivienda se ha enfriado en buena parte del país, no solo en las zonas petroleras, y el consumo se resiente pese al abaratamiento de las gasolinas. Comprar una caja de 24 cervezas en los supermercados es estos días más caro que un barril de petróleo. El índice de confianza está en mínimos de dos años.
El Banco de Canadá empezó a cortar tipos en enero por primera vez desde septiembre de 2010. El segundo recorte este año llegó en julio, de medio punto básico. Pero mientras los canadienses dicen desde hace tiempo que sienten la situación actual como una recesión, los analistas califican más la coyuntura actual como un crecimiento no tan robusto. Tampoco ven motivos para que haya una intervención monetaria o de política fiscal más agresiva para apoyar el repunte.
La situación económica está ensombreciendo ahora la gestión del conservador Stephen Harper de cara a las elecciones del 19 de octubre en Canadá, que opta por mantener el curso de su estrategia. Los adversarios en la oposición y los economistas le reprochan haber elevado la deuda durante la última década y no haber sido capaz de generar con sus políticas un crecimiento superior al 2%, poniendo al país a merced de ser superado por otras economías emergentes.
Los tories consideran erróneo hablar de recesión porque explican que la contracción se debe claramente a un único sector, “por la caída del 60% en el precio de las materias primas en el mercado global”. En su opinión, como señala también el Business Cicle Council, no se atribuye a un declive persistente de la actividad en la economía agregada y por eso confían en que el año se cerrará en positivo. También señalan que habrá un superávit fiscal.
El FMI proyecta, por su parte, un crecimiento por encima del 2% en 2016 si el petróleo vuelve a acercarse a los 60 dólares el barril, en línea con lo que prevé el Gobierno canadiense en su presupuesto federal. Los analistas, sin embargo, lo dejan a la mitad. El organismo que dirige Christine Lagarde espera que este episodio sirva para que Canadá reequilibre su economía y adopte reformas que potencien la productividad, de las más bajas entre las economías avanzadas.
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