La Fed mantiene abierta la puerta a subir los tipos de interés antes de 2016
La Reserva Federal mantiene el precio del dinero en el rango del 0 al 0,25%
La Reserva Federal estadounidense (Fed) anunció este miércoles lo que ya estaba descontado, que mantenía el precio del dinero en el rango del 0 al 0,25% en que lleva instalado desde finales de 2008, y dejó la puerta abierta a empezar a subir los tipos en su próxima reunión, en septiembre o diciembre. La expectación por lo que pasara en Washington se centraba en las palabras clave del comunicado, si permitían adivinar si la subida del precio del dinero tendría lugar tras el verano o bien en la última reunión del año, las dos principales apuestas del mercado, aunque no puede descartar siquiera el arranque de 2016.
Una subida del precio del dinero significa, en líneas generales, buenas noticias para los ahorradores y malas para los que piden créditos, mientras que la baja busca estimular la economía. Y si lo hace el mayor banco central del mundo, por primera vez en 10 años, las consecuencias se extienden a todas las economías.
Crecimiento, empleo e inflación, esos son los tres parámetros a los que atienda la Reserva Federal para comenzar a frenar el dinero gratis y el comunicado posterior a la reunión dio indicios para todos los gustos: El mercado de trabajo continúa con una ganancias que considera “sólidas”, lo que abona la idea de la subida, aunque al mismo tiempo destacó que señaló que la actividad estaba creciendo “moderadamente” y que se espera una inflación “baja” en el medio plazo. La inflación, ahora cerca del 0%, no logrará el objetivo del 2% hasta comienzo de 2017, según el último análisis de coyuntura de la Fed, de junio.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, dijo a primeros de mes que el mercado de trabajo seguía mejorando hacia el objetivo del pleno empleo y que estaba, por tanto, más cerca de su normalización, lo que justificaría ya el comienzo de las subidas, pero el escenario sigue abierto. “El comité espera que la inflación llegue gradualmente hasta el 2% en el medio plazo mientras el mercado de trabajo mejora más y los efectos transitorios de las bajadas previas en los precios de la energía y de las importaciones se disipan”, señala el escrito.
La Fed ya ha aplazado la medida en varias ocasiones (por una mezcla de factores internos, como la contracción económica del primer trimestre y en parte por externos, como la fragilidad global de la recuperación, la inestabilidad de la zona euro por Grecia). Y quiere evitar a toda costa sacudidas en los mercados como la sufrida en 2013 cuando Ben Bernanke, el banquero central estadounidense en ese momento, anunció que el repliegue de las compras masivas de deuda (estas acabaron por completo en octubre de 2014). De momento, Wall Street respondió con subidas tras conocerse las palabras de la Fed.
Sea en septiembre o en diciembre, la decisión, en cualquier caso, está tomada, y el mercado más que avisado, así que, como dijo la propia presidenta de la Fed donde se el banco central estadounidense se juega los muebles en el proceso en sí, es decir, el ritmo posterior de las subidas de los tipos (se habla de un punto porcentual por año) y la reducción de balance, es decir, la liberación todos los activos de deuda –más de 4 billones de dólares- que ha acumulado durante la crisis.
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