Las Bolsas chinas frenan su caída por la intervención estatal
Un acelerón de compras en la última media hora hace rebotar los dos principales índices
El continuo bombeo de liquidez y el mantenimiento del plan de compras impulsado por el Estado concedieron este miércoles una tregua a los mercados financieros chinos, que cerraron con fuertes subidas después de tres sesiones consecutivas de pérdidas. La jornada del lunes fue la peor desde febrero de 2007 con una caída del 8,48%, una corrección que alarmó a los inversores de todo el mundo por los efectos del pinchazo bursátil en la economía china y, a su vez, en el crecimiento global.
El índice de referencia del mayor parqué chino, en Shanghái, cerró con ganancias del 3,7% y el de Shenzhen, donde cotizan mayoritariamente compañías tecnológicas, subió un 4,1%. Ambos indicadores estuvieron durante gran parte de la jornada en números rojos, pero una súbita escalada de compras media hora antes del fin de sesión revirtió la tendencia y disparó la cotización de centenares de compañías más allá del 10% máximo permitido por día. Todo indica que el rally fue un nuevo intento de insuflar confianza impulsado por los fondos que reciben financiación directa del Gobierno y líneas de crédito del Banco Central.
A pesar de que Pekín ha aprobado un conjunto de medidas sin precedentes que han dejado los mercados de renta variable intervenidos de facto, los bandazos de los inversores se reflejan diariamente en la volatilidad de las Bolsas. La Comisión Reguladora del Mercado de Valores del país aseguró el martes que "se están investigando posibles malas prácticas" en la sesión del lunes que podrían haber desencadenado la histórica caída. Su escueto comunicado y la promesa del Banco Central de aprobar mayores estímulos lograron frenar la sangría, pero nadie confía aún en que el valor de las acciones haya tocado fondo. "Es muy complicado que las medidas del Gobierno salven el mercado en un solo paso", asegura Zhang Gang, analista bursátil de Central China Securities, a la agencia France Presse.
Por otro lado, el repunte experimentado hoy evidencia que los inversores —la mayoría de ellos pequeños ahorradores sin conocimientos financieros— fían a su Gobierno la gestión de las Bolsas y solo responden positivamente tras la aprobación de más medidas. De hecho, el terremoto del lunes se desencadenó a una hora del cierre de sesión ante los rumores que apuntaban a la retirada parcial del plan de compra de acciones que se implantó después del estallido de la burbuja a mediados de junio. El regulador bursátil y el Banco central tuvieron que emitir sendos comunicados negando tal fin y respondiendo a otros motivos de preocupación entre los inversores, desde el futuro de los estímulos hasta al posible incremento del precio de la carne de cerdo.
El índice de Shanghái llegó a revalorizarse un 152% en un año en un contexto de menos beneficios empresariales y un crecimiento económico a la baja (el PIB aumentó a una tasa del 7,4% en 2014 y del 7% en el primer semestre de 2015). La debacle del mes pasado se llevó por delante casi un tercio de la capitalización bursátil, pero los analistas coinciden en que lo más probable es que los precios de las acciones sigan cayendo. Y es que a pesar del reciente desplome, en la actualidad el valor del índice de Shanghái sigue siendo un 73% mayor comparado con los registros de hace exactamente un año.
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