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Las petroleras apuestan por el gas

El abaratamiento del crudo y las perspectivas de una mayor demanda de Asia elevan el interés por el combustible

Un hombre camina junto tuberías de gas en el puerto de Almería.
Un hombre camina junto tuberías de gas en el puerto de Almería. efe

La industria del petróleo se ha convertido en los últimos meses en el escenario de una guerra de precios azuzada por Arabia Saudí para expulsar del mercado a sus nuevos rivales, las empresas estadounidenses que extraen crudo con la técnica de la fractura hidráulica, el fracking, con lo que han logrado potenciar a su país como productor energético. Pero la guerra, como todas, trae consigo daños colaterales. Con la cotización del barril en unos 60 dólares, tampoco las grandes compañías petroleras lo tienen fácil. Así que para contrarrestar el recorte de sus ganancias por el crudo, las grandes firmas han doblado su apuesta por el gas, una materia prima que se está convirtiendo en una referencia para las economías del sureste asiático.

“El incremento de la demanda de gas es el que mejores perspectivas tiene entre los hidrocarburos. El auge del comercio de gas natural licuado (GNL) ha permitido su uso en todo el mundo, más allá de los gasoductos regionales. Y esta tendencia seguirá”, asegura Ross McCracken, analista de la consultora Platts. Según los datos de British Petroleum (BP), el consumo mundial de gas en 2014 ascendió a 3,4 billones de metros cúbicos, un 20,4% más que en 2013. “El desastre nuclear de Fukushima y la necesidad de Japón, uno de los principales consumidores del mundo de energía, de aumentar las importaciones, aceleró la subida de los precios”, detalla McCracken.

Aunque los cálidos inviernos en el hemisferio norte de los últimos dos años y la vinculación a largo plazo entre los contratos del GNL y del crudo hayan afectado a los precios, el interés por el gas parece más estable ante las fluctuaciones del mercado. La consultora neoyorquina Energy Intelligence prevé que en la segunda mitad de 2015 el precio de un millón de unidades termales británicas (BTU), la unidad de referencia en el comercio internacional, será inferior a los 10 dólares (9,18 euros) por primera vez en cuatro años. Sin embargo, Michael Stoppard, analista jefe del mercado de gas de la consultora IHS añade que “los proyectos de explotación necesitan cinco o seis años para que se ultime su desarrollo. Y eso, junto con los descubrimientos de nuevos yacimientos, hará que el actual interés por el gas no disminuya”.

BP, Total y Chevron, tres de las cinco mayores petroleras a escala global, han aumentado su inversión en gas en el primer trimestre de 2015 respecto al mismo periodo del año anterior. Shell, otro miembro del club, ha concretado el pasado mes de abril la mayor fusión en el sector en los últimos años con la compra de BG, una empresa cuyas reservas son esencialmente de gas.

“Los números más recientes demuestran que el gas está paulatinamente ganando cuotas de mercado respecto al petróleo. Su extracción es menos compleja y por ende más barata que la del crudo, e implica menos riesgos para las grandes compañías, cuyos capitales languidecen”, explica Alberto Martín, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG España. “En Asia el gas está remplazando tanto al petróleo como al carbón en la generación de electricidad, así como el fuel en la propulsión de buques de carga. Es un combustible más barato y más limpio que el crudo, y tiene un futuro más esperanzador”, insiste. En 2030, según IHS, el gas sustituirá el consumo de 1,5 millones de barriles de crudo diario en el sector del transporte.

En el sureste asiático es donde se concentra el mercado más boyante. El consumo del gas en la región del Asia-Pacífico ascendía en 2014 a 678.600 millones de metros cúbicos. Se trata de una cifra que se queda lejos de los 1,09 billones que consumieron Europa y Asia continental en el mismo año, pero con una diferencia: mientras el consumo de este grupo de países es un 6,34% inferior al de 2003, en el mismo periodo de tiempo el del sureste asiático se disparó un 44,35%.

Así que hasta ExxonMobil, la única grande que no había dado gran un paso hacía el gas, cambió su postura: la empresa anunció a principios de mayo la puesta en marcha de la producción en el yacimiento de Telok B, al este de la península malaya. Junto con la producción del Telok A, la compañía estadounidense prevé extraer casi 13 millones de metros cúbicos de gas natural al día. Muchos de los esfuerzos de las otras grandes compañías se concentran en esta región. Total, gracias la compra de la singapurense InterOIl Corp a finales de abril, controlará casi el 80% del yacimiento Elk-Antelope, en Papúa Nueva-Guinea, un país que se postula como uno de los principales —y más baratos— exportadores de gas hacia el sureste asiático; Chevron anunció un importante descubrimiento en el yacimiento de Carnarvon, cerca de la costa noroeste de Australia, otra posición estratégica para abastecer la pujante región asiática. La empresa estadounidense controla el 50% del yacimiento, mientras que las filiales australianas de Shell y Mobil gestionan a partes iguales la otra mitad.

La tejana Anardako, además, está planeando invertir 13.700 millones de euros para construir una imponente planta de licuefacción de gas en el yacimiento Rovuma, en Mozambique. El Estado africano, conectado al sureste asiático gracias a las rutas comerciales que surcan el océano Índico, vive una etapa de cierta estabilidad política tras décadas de guerra civil. Si el nuevo equilibrio institucional acelera el proceso de explotación de sus recursos, el país se convertirá en el tercer productor mundial de gas, después de Qatar y Australia.

“El mercado esperaba un fuerte crecimiento de la demanda de China que se concretó solo en parte, ya que Pekín consiguió en los últimos años aumentar su producción interna. Pero India, la misma China y, en general Asía, representan un mercado que seguirá creciendo”, afirma Trevor Sikorski, analista jefe de gas natural y carbón en la consultora londinense Energy Aspect. Y añade: “EE UU, además, está produciendo gas con el fracking y seguirá haciéndolo: su coste de extracción es de tres dólares cada MBTU, menos del doble que en el resto del mundo. Están construyendo cuatro plantas de licuefacción, de las que una estará lista a finales de año”.

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