Miquel y Costas busca oportunidades para comprar competidores
El grupo papelero prevé invertir hasta 60 millones en tres años para mejorar su producción
Miquel y Costas quiere convertirse en el tercer grupo mundial del sector papelero. Por ello tiene intención de invertir 60 millones de euros en los próximos tres años para mejorar sus instalaciones actuales e incluso buscar algún competidor para adquirir. Así lo ha reconocido su director general, Jordi Mercader Barata, quien ha señalado que la compañía cambia este año de etapa, de ser un potencial comprador "reactivo" a un buscador "proactivo" para cerrar operaciones corporativas. Para financiar esas posibles compras, el grupo prevé incluso tirar de autocartera de acciones, que alcanza casi el 5% del capital de la sociedad.
La estrategia de crecimiento seguirá pasando por la estrategia iniciada hace años, cuando decidió reducir de forma paulatina el peso del papel para la industria tabaquera. Este aún supone el 70% de los ingresos, pero en cuanto a volumen de producción (en toneladas) ha pasado de representar el 62% al 52% entre 2012 y 2014. Eso seguirá así, porque Miquel y Costas quiere ampliar los productos destinados a la industria, sea del ramo que sea. Desde papel para encapsular café, para hacer madalenas o para hacer baterías. Ahora representan un 27%, mientras que el resto, la industria gráfica, copa el 21% de la demanda
"Este 2015 cerramos una fase y nos preparamos para abrir otra", ha dicho el presidente de Miquel y Costas, Jordi Mercader (padre del director general). Para esa nueva etapa hay disponibles entre 45 y 60 millones de euros que servirán para mejorar maquinaria, hacer nuevos productos y una política de reducción de costes más sujeta al medio ambiente. También para acabar con ciertas especializaciones de las plantas actuales, que tendrán que asumir la producción de productos que hasta ahora se realizaban solo en algunos centros. "Es posible que nos salga más caro, pero en un mercado como el nuestro tenemos que tener capacidad", ha señalado Mercader, sobre la necesidad de asumir esos cambios.
El grupo cerró el pasado ejercicio con una facturación de 202,9 millones de euros, con un crecimiento del 6,6%. El beneficio neto fue de 24,69 millones, lo que supuso una caída del 8,9%. Los resultados "han supuesto una desilusión", ha dicho Mercader, aunque ha sostenido que esa reducción se explica por la puesta en marcha de la nueva planta de Terranova, en La Pobla de Claramunt (Barcelona).
La estrategia de la compañía sigue pasando por no crecer por volumen de producción, sino por productos de alto valor añadido que permitan elevar los márgenes de beneficio.
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