_
_
_
_
_

Uno de cada cuatro desempleados lleva tres años o más sin trabajo

El 48% de los 1,4 millones de parados de muy larga duración tiene más de 45 años

Manuel V. Gómez

Más de siete años de desplome laboral han dejado en España heridas muy difíciles de cerrar. Una de ellas es, sin duda, el paro de larga duración. Y esto se comprueba con cada dato que asoma sobre el mercado de trabajo. Uno de ellos se conoció ayer: 1,4 millones de desempleados lleva tres años o más sin trabajar. O lo que es lo mismo, una de cada cuatro personas en paro (5,6 millones) llevan al menos un trienio en esa situación, según la submuestra de la encuesta de población activa (EPA).

Las cifras divulgadas ayer, correspondientes a datos extraídos durante todo el ejercicio 2014, pueden incluso quedarse cortas, puesto que el INE extrae estos 1,4 millones de parados del colectivo de trabajadores que han tenido un empleo antes de perderlo, poco más de cinco millones. Por tanto, fuera de esta cuenta se quedan quienes siendo parados no tienen experiencia laboral previa, unos 600.000.

Estos datos demuestran que la pregonada mejora laboral no llega a quienes peor lo están pasando: los que llevan más tiempo sin empleo. Esto ya se observaba en la EPA correspondiente al primer trimestre de 2015 —que hizo referencia a quien encadena más de dos años en paro—, publicada hace un par de semanas y se ve con más precisión en este estudio correspondiente a todo 2014.

Más información
La tasa de paro sube ligeramente en el primer trimestre del año
La creación de empleo beneficia sobre todo a los mayores de 50 años
Cádiz y Gipuzkoa, los dos extremos del desempleo
La larga marcha del empleo
El ciclo electoral anima la creación de empleo

El año pasado creció en más de 100.000 personas el grupo de parados que lleva más de tres años sin empleo y escaló cuatro puntos porcentuales, del 21% al 25%. La evolución numérica y porcentual de este grupo solo puede comprenderse a la vista de la larga duración de la crisis. En 2007 apenas suponían 250.000 trabajadores. Pero la caída de actividad económica y falta de ofertas de empleo han elevado la cifra hasta los 1,4 millones. Además, este incremento se ha dado con más fuerza en los últimos años: en 2010 no sumaban medio millón.

Esta evolución está en consonancia con la evolución del desempleo de larga duración, un concepto más amplio que incluye a los parados que llevan un año o más sin trabajar. No obstante, lo sucedido en los últimos trimestres apunta con precisión dónde va a estar el principal problema para reducir el paro de larga duración. El colectivo desocupado entre uno y dos años se reduce. Entre tanto, el grupo que lleva dos o más sin trabajo apenas ha comenzado a bajar y, visto los datos de ayer, probablemente solo entre quienes hace menos tiempo que perdieron su empleo.

“Esta gente es casi irrecuperable, sobre todo a partir de una edad”, apunta Ángel Laborda, director de coyuntura de Funcas, la fundación de estudios económicos de las cajas de ahorros. Esa edad son los 45 años y más, que suponen el 48% de los que llevan más de tres años sin un trabajo. Para ellos, Laborda reclama un plan específico. Recuerda que el Gobierno y la Unión Europea sí han puesto en marcha estrategias para la inserción laboral de los jóvenes durante esta crisis y, en cambio, nada para este grupo.

“Son dos colectivos distintos”, precisa Jorge Galindo, investigador del departamento de Sociología de la Universidad de Ginebra, “y las políticas activas que precisan también”. Su diagnóstico es pesimista para quienes llevan más tiempo sin trabajar y ya no son jóvenes. “Estos serán los últimos en notar la recuperación con el tipo de empleo que se crea [en referencia a su baja calidad y poco sueldo]. Probablemente ya no llegue para ellos”, lamenta. “Ahora hacen falta políticas para evitar la pobreza”, señala a la vista de las cifras.

La submuestra de la EPA también da una idea de todo lo que queda por hacer —y no se ha hecho en siete años de crisis— con este colectivo cuando se trata de formación para el empleo. De todos los parados, una media de 954.000 recibía algún tipo de formación, reglada o no, durante 2014. Sin embargo, esta cifra, que no discrimina por el tiempo pasado sin empleo y sí por la edad, muestra que son los más jóvenes quienes reciben la formación. Los mayores de 45 años apenas suman 134.800 personas, lo que dificulta mucho la reinserción laboral de un grupo en el que hay más falta de formación: más del 60% de los mayores de 45 años en paro no tiene finalizada la educación secundaria obligatoria.

Enrique Negueruela, investigador de la Fundación Primero de Mayo, dependiente de CC OO, y técnico de empleo en la Administración, lamenta el tiempo perdido porque, además, exige más esfuerzo. “Es un tipo de gente que requiere más trabajo: la formación básica y la propia de un oficio, y la recuperación de los hábitos para la inserción laboral”, señala.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_