Comcast abandona la fusión con Time Warner Cable
Los reguladores de la competencia en EE UU platearon problemas a una operación valorada en 45.000 millones de dólares
Comcast concluye que la compra de su rival Time Warner Cable no va a ser posible, por los problemas que plantea la fusión desde el punto de la competencia. “Pensábamos que teníamos buenos argumentos para que saliera adelante, pero hemos visto que no va a suceder”, anunció el consejero delegado del mayor operador de cable de Estados Unidos, Brian Roberts.
Se abandona así una operación que estaba valorada en 45.200 millones de dólares y que podría invitar ahora a la dueña del grupo de medios NBC Universal a buscar nuevas oportunidades de inversión, incluso fuera de EE UU. La retirada en banda de Comcast afecta también a Charter Communications, que iba a hacerse con los activos que soltaran en el proceso de integración.
El Departamento de Justicia y el regulador del sector de las comunicaciones en EE UU no llegaron a bloquear oficialmente la operación, pero en las últimas semanas sus abogados plantearon serios problemas que acabaron por matarla. “El abandono de la fusión es el mejor desenlace para el consumidor”, señalan los responsables de las dos agencias en un comunicado.
Comcast hizo su oferta en febrero del año pasado, tras ocho meses de puja de Charter por Time Warner Cable. La compañía combinada iba a tener 33 millones de abonados. El operador de cable neoyorquino necesitaba esta unión para poder hacer frente a la competencia de nuevos rivales en la distribución de contenido audiovisual, como Netflix, Facebook o Google.
Roberts evitó especular sobre la lógica seguida por la Administración de Barack Obama para oponerse a la operación. "Tenemos que mirar hacia delante, no hacia atrás", señaló. Es conocido, sin embargo, que Washington se opone a operaciones de gran tamaño. El abandono, además, se produce después de que se presentaran las nuevas reglas sobre el acceso a Internet.
Riesgo inaceptable
Tom Wheeler, presidente del regulador de las comunicaciones, confirmó que estaba dispuesto a bloquear la operación porque representaba un "riesgo inaceptable" para la competencia y la innovación. Se refería a las dificultades que este gigante podría haber creado al modelo de negocio de los nuevos proveedores de contenido audiovisual.
El bloqueo podría llevar a Charter Communications a mover ficha de nuevo. Si lograra fusionarse con Time Warner Cable, se convertiría en el segundo operador de cable de EE UU por detrás de Comcast. La otra opción es que la sociedad que perteneció al conglomerado Time Warner hasta 2009 intentará sumar fuerzas con compañías más pequeñas para ser independiente.
Hay otra operación en curso que se sigue muy de cerca en Wall Street. El operador de telefonía AT&T anunció hace un año la compra de la plataforma de televisión digital vía satélite DirectTV para plantar cara precisamente a Comcast. La combinación, sin embargo, debería plantear menos problemas a los reguladores porque su estructura es diferente y AT&T es muy pequeña en el cable.
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