La industria aeronáutica de México despega con un crecimiento del 15%
Tras el empuje de la industria automotriz, el país se consolida como productor de piezas para aviones
Todavía no existe un avión mexicano, pero algunas de las piezas de las aeronaves que vuelan en el mundo están hechas en México. La industria aeronáutica se ha instalado en los corredores industriales del país para consolidarse como una de las más latentes del mundo. Su crecimiento anual es del 15% y la expansión de las empresas del sector se ha multiplicado en los últimos 10 años hasta reunir a más de 300 firmas en todo el territorio. Estas empresas se han reunido por primera vez en la Feria Aeroespacial México 2015, para analizar el fenómeno y ampliar sus oportunidades de crecimiento.
El Gobierno mexicano ha presumido de su inminente liderazgo en el sector automotriz. Uno que ha crecido desde la década de los años 60 y que ahora ubica a México como el primer productor de automóviles de América Latina y como el séptimo del mundo. La aeronáutica, en cambio, ha vivido un empuje en la última década y ha comenzado a rendir sus primeros frutos para situarse en la posición 15 de productores de piezas de aviones. La clave, aseguran los empresarios, está en la manufactura mexicana.
“Contamos con mano de obra muy calificada y comprometida. El promedio de edad es muy bajo y los jóvenes que están trabajando con nosotros están entre los mejores del mundo de la industria aeroespacial”, describe Alfredo Nolasco, representante de Bombardier en México. La compañía canadiense estima una media de edad entre sus trabajadores de 24 años. La firma ha reconocido que además del coste de producción, la ubicación geográfica de México y su pertenencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) inclinaron la balanza en favor del país.
La previsión es que en 2020 México entre al top 10 de la producción de piezas de aeronaves
Las compañías aeroespaciales se han instalado en 18 de los 32 Estados de México, sin embargo, cinco regiones se han aferrado a un franco crecimiento de la industria: Querétaro, Chihuahua, Baja California, Nuevo León y Sonora. Los gobiernos locales han desarrollado corredores industriales en los que las empresas reciben facilidades para desembarcar sus inversiones. El Gobierno mexicano estima que el país es el cuarto destino mundial de inversiones de manufactura aeroespacial. La mayoría de los corredores aeronáuticos ha apostado por su cercanía con la frontera con Estados Unidos y con algunos puertos marítimos.
La previsión es que las inversiones continúen llegando y que en 2020, México entre al top 10 de la producción de piezas de aeronaves. La Secretaría de Economía calcula que las exportaciones del sector se eleven a 12.000 millones de dólares (ahora son de 6.300 millones de dólares) y que los empleos se dupliquen hasta llegar a los 110.000. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha evaluado el crecimiento de la industria aeronáutica como una “acelerada evolución del sector” y ha valorado entre los objetivos que un tercio de los puestos de trabajos en 2020 sean de nivel avanzado de ingeniería.
Las regiones que han impulsado su industria aeronáutica también han puesto entre sus prioridades la educación y preparación en la ingeniería aeroespacial. El corredor aeronáutico de Querétaro, por ejemplo, tiene a la Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ) y sitúa a sus egresados en todas las zonas industriales del sector en el país. Poco a poco empresas como Airbus, Bombardier, Safran, Honeywell, Eurocopter, y Embraer han echado mano de los mexicanos con especialidades en aeronaves. El avión completamente mexicano podría estar a la vuelta de la esquina.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.