Una recuperación extraña
La intervención del BCE para bajar las primas de riesgo y el fin del austericidio en Bruselas permite a la economía española crecer
La intervención del BCE para bajar las primas de riesgo desde 2012 y el fin del austericidio en Bruselas desde el verano de 2013 ha permitido a la economía española volver a crecer y crear empleo. La bajada del precio del petróleo y la depreciación del euro tras el QE de Draghi han dado un impulso adicional a la recuperación. Nuestra economía vuelve a demostrar que es muy agradecida y en cuanto la estabilidad macroeconómica se normaliza vuelve a crecer y a crear empleo. Esto ha sucedido desde 1959 y se mantiene el patrón de comportamiento.
No obstante, es una recuperación extraña. Hay deflación salarial y el tipo de empleo que se está creando es extremadamente precario. Se concentra en jóvenes y mayores de 50 años donde la desesperación les fuerza a aceptar salarios de subsistencia. Sin embargo, en el último año continuó la destrucción de empleo en el segmento de 25 a 35 años. La tasa de salida del mercado se ha moderado pero la tasa de entrada sigue muy cerrada y un 25% inferior a 2007 antes de empezar la depresión. Y la población activa se ha estabilizado pero continúa la emigración, señal que nuestro mercado dista mucho de llegar a su normalización.
Las diferencias regionales se acentúan. La creación de empleo se concentra en la costa por el turismo, especialmente en las islas, y en aquellas regiones que tienen fábricas de automóviles, único sector industrial que mantiene vigor en sus exportaciones. Sin los coches nuestra producción industrial y nuestras exportaciones continúan cayendo y en recesión.
En el último año se ha vuelto a crear empleo público y se ha reactivado la construcción. Tras tres años de parálisis el año electoral ha animado las obras. No obstante, se han destruido 1,5 millones de empleos en construcción desde 2007 y en último trimestre se han creado 30.300. Hay que ser cuidado con el análisis de las tasas de crecimiento y mirar los niveles. Serán necesarios muchos años de crecimiento para recuperar niveles normales de empleo y entonces podremos decir que hemos salido de la crisis. Mientras tanto es necesario medidas excepcionales para atender la pobreza del 1,8 millones de hogares que tienen todos sus miembros en paro y han perdido el seguro de paro.
La subvención a la contratación ha favorecido la creación de empleo pero a costa de ampliar el agujero de la Seguridad Social que se aproxima a 35.000 millones. Y la creación de empleo público se hace en un país con el segundo mayor déficit de la Eurozona, que en 2015 tiene que recortarlo en 18.000 millones, que cerró 2014 con unos 10.000 millones de ingresos públicos menos de los previstos en el presupuesto y encima ha bajado el IRPF en 6.000 millones.
España pide a gritos un plan de inversiones, como recomienda el FMI, para sacarla del estancamiento secular y la deflación y necesita que el plan sea europeo pero no presionar nuestra deuda pública del 100% del PIB. Pero ir a Bruselas con 24% de paro, 5,5 millones de parados que supone el 30% de desempleados de la Eurozona, emigración, con el partido del gobierno enfangado en la corrupción y con un discurso triunfalista dando lecciones al resto de socios ayuda a explicar que nuestra querida España sea un país irrelevante en la toma de decisiones europeas.
José Carlos Díez @josecdiez
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.