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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El comercio exterior en 2014

Se volvió a ganar cuota, pero las importaciones crecieron a mayor ritmo

Con los datos de diciembre de comercio exterior de bienes, publicados esta semana, ya tenemos el retrato completo de cómo se comportaron los flujos de exportaciones e importaciones durante 2014. Según el Ministerio de Economía, las exportaciones de diciembre, corregidas de estacionalidad, vinieron a corregir en parte los bajos niveles registrados en noviembre. Aún así, el cuarto trimestre se cerró con un retroceso del 2% en tasa anualizada respecto al trimestre anterior a precios corrientes y del orden del 3,2% en volumen, ya que los precios (para ser más precisos, valores unitarios, concepto que se aproxima al de los precios pero que no es exactamente igual) aumentaron algo más del 1%.

Las importaciones, en cambio, apenas compensaron el mal dato de noviembre, y el conjunto del cuarto trimestre registró un retroceso anualizado de casi el 14% en valor y del 13% en volumen respecto al trimestre anterior, ya que sus valores unitarios disminuyeron en torno al 1%. Especialmente notable fue la caída experimentada por los bienes de consumo y de equipo, lo que estaría indicando que el gasto en consumo de los hogares y de inversión de las empresas se habría ralentizado o incluso sufrido retrocesos en los meses finales del año. También podríamos deducir que, debido a la fuerte caída de las importaciones, la aportación de los flujos comerciales al crecimiento del PIB habría sido bastante positiva, rompiendo el comportamiento de los trimestres precedentes.

Ahora bien, hay que tomar estos datos con muchas cautelas. Una vez más estamos delante de datos estadísticos de cierta complejidad a la hora de interpretarlos y de valorarlos. En primer lugar, se observa que la desestacionalización de los mismos que hacen, por un lado, el Ministerio de Economía y, por otro, el INE cuando los utiliza en el cálculo de la contabilidad nacional, difiere notablemente. En segundo lugar, los deflactores utilizados por ambos organismos para pasar de precios corrientes a constantes también vienen difiriendo significativamente (en el primer caso se utilizan los valores unitarios y en el segundo, los índices de precios de exportación e importación de productos industriales complementados con alguna otra información para los no industriales). Todo ello lleva a obtener tasas intertrimestrales bastante diferentes en un caso o en otro. Haciendo un cálculo aproximativo, hasta que en la próxima semana conozcamos las estimaciones del INE, llegamos a la conclusión de que la caída intertrimestral a precios constantes de las exportaciones ha sido algo mayor a la señalada anteriormente y, en cambio, la de las importaciones ha sido bastante menor, situándose incluso por debajo de las exportaciones, con lo que la aportación conjunta al crecimiento del PIB ha podido ser de nuevo negativa.

Para el conjunto del año, el crecimiento de las exportaciones ha sido del 2,5% a precios corrientes y del 3,5% en volumen, ya que los valores unitarios disminuyeron un 1%. Pero si en vez de los valores unitarios utilizamos los precios de exportación (IPRIX), que han caído un 2,1%, el crecimiento real es del orden del 4,6%. Teniendo en cuenta que tanto nuestros mercados de exportación como el comercio internacional crecieron en torno al 2,5%, según estimaciones provisionales de la Comisión Europea, se habría producido, por cuarto año consecutivo, una ganancia clara de cuota de mercados exteriores [gráfico inferior izquierdo]. Por su parte, las importaciones aumentaron en media anual un 5,7% en valor y un 8,3% en volumen. En este caso, el crecimiento real en términos de contabilidad nacional sería similar a esta última cifra, dado que los precios de importación (IPRIM) disminuyeron prácticamente igual que los valores unitarios. Con ello, la aportación la demanda externa neta de bienes al crecimiento medio anual del PIB habría sido de -0,8 puntos porcentuales.

Como consecuencia del mayor crecimiento de las importaciones respecto a las exportaciones, el déficit comercial del conjunto del año aumentó un 53%, hasta 24.470 millones de euros (un 2,3% del PIB), rompiendo la tendencia de mejora iniciada con la crisis [gráfico inferior derecho]. Ello refleja el fuerte repunte del consumo de bienes duraderos y de la inversión en bienes de equipo. También significa que la economía española actuó de locomotora de la zona euro, lo que pone de manifiesto lo mal que están nuestros socios monetarios cuando una economía convaleciente de una grave crisis tiene que actuar de locomotora. Afortunadamente, la moderación del crecimiento de las importaciones españolas en los últimos meses, el mejor comportamiento de las economías europeas y, sobre todo, la caída del precio del petróleo están haciendo que se invierta esta tendencia creciente del déficit, siendo previsible que en 2015 vuelva a reducirse.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)

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