Japón sale lentamente de la recesión
La tercera economía mundial crece un 0,6% en el cuarto trimestre de 2014
La economía japonesa empieza a recuperarse, aunque lentamente, del impacto al crecimiento que supuso el aumento del IVA del pasado mes de abril. Según datos preliminares del Gobierno, el PIB nipón aumentó un 0,6 por ciento —o, a tasa anualizada, un 2,2%— entre octubre y diciembre del año pasado y deja atrás dos trimestres de caídas consecutivas que llevaron a la tercera economía mundial a su cuarta recesión en los últimos seis años.
Con un ascenso del 2,7% frente al trimestre anterior, las exportaciones tiraron del carro del crecimiento favorecidas por la debilidad de la divisa nacional, el yen, y la mejora de la demanda externa, especialmente la proveniente de Estados Unidos y del resto de Asia. Sin embargo, el consumo interno, que supone más del 60 % de la economía nipona, sigue pendiente de arrancar y solamente creció un 0,3%. "El aumento del IVA ha sido un lastre enorme para el crecimiento y sus efectos aún perduran, a pesar del mayor gasto fiscal y la nueva ronda de estímulo monetario", explica Masazumi Wakatabe, profesor de Economía de la Universidad de Waseda. La inversión pública aumentó un 0,6%, mientras que la corporativa creció un exiguo 0,1%. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio respondió a los datos publicados este lunes con ganancias moderadas del 0,51%.
En abril, el Gobierno nipón se vio obligado a subir el impuesto que grava el consumo del 5% al 8% para combatir la enorme deuda pública (del 230% del PIB a finales de 2013) y conseguir más recursos que financien un sistema de seguridad social que languidece por el envejecimiento de la población. La nueva carga impositiva hundió el consumo interno más de lo esperado y provocó que el primer ministro, Shinzo Abe, aplazara hasta 2017 el segundo tramo del incremento —del 8% al 10%— y convocara elecciones anticipadas con el objetivo de refrendar esta decisión y su programa económico, conocido como Abeconomía. Ante una oposición fragmentada y con un programa que prometió sacar a Japón de dos décadas de deflación y estancamiento económico, Abe revalidó su liderazgo con una amplia mayoría.
La receta de Abe para avivar la débil demanda interna se basa en un mayor gasto público, el estímulo monetario y las reformas estructurales. En este sentido, el Gabinete del primer ministro nipón aprobó en enero un presupuesto extraordinario de 13,1 billones de yenes (unos 96.800 millones de euros), el segundo mayor tras el del año 2009, en pleno estallido de la crisis financiera internacional. El pasado octubre, el Banco de Japón decidió ampliar su histórico plan de estímulo monetario al ver que la recuperación económica no cuajaba en la tercera economía mundial.
Para Wakatabe, ambas medidas pueden no ser suficientes para que Japón vuelva a los niveles de crecimiento anteriores a la subida impositiva. "Son necesarios más estímulos fiscales en forma de rebajas de impuestos y una ampliación de las inyecciones de liquidez del Banco de Japón", apunta. El organismo regulador ya insufla 80 billones de yenes anuales (unos 590.000 millones de euros) a la economía nipona. Su objetivo inicial era que el país lograra una inflación cercana al 2% en 2015, una meta ya imposible de cumplir y que se ha rebajado al 1%.
Los expertos aseguran que algunas de las medidas de estímulo fiscal y monetario aprobadas se empezarán a notar a partir de abril, cuando empiece el nuevo año fiscal en Japón. En un comunicado, analistas del banco Nomura aseguran que la confianza empresarial y de los consumidores "ha mejorado desde diciembre de 2014" y que, en el año venidero, la tercera economía mundial crecerá "a una tasa comparativamente más alta". La subida de los salarios, la depreciación del yen y la fuerte caída de los precios del crudo también deberían contribuir a que Japón enfilara, por primera vez en muchos años, el camino de la recuperación.
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