El Banco Mundial bendice la caída de la cotización del petróleo
El organismo cree que la energía más barata impulsará la economía global
La brusquedad con la que está cayendo el precio del petróleo empieza a preocupar en Wall Street, donde se comienza a ver más efectos negativos que positivos, como la temida deflación (un descenso prolongado y generalizado de los precios) en un periodo de lento crecimiento económico. El Banco Mundial, sin embargo, trata de ser optimista y afirma que la mayoría de países emergentes se beneficiará de esta corrección.
“Los beneficios pueden ser muy significativos para los países importadores si el abaratamiento de los precios de la energía es respaldado por un mayor crecimiento global”, precisan sus economistas. El organismo financiero multilateral llega a esta conclusión en un estudio analítico que acompaña el informe de perspectivas económicas que presentará la próxima semana.
El Banco Mundial califica el desplome visto desde mediados de 2014 como un “evento significativo”, que rompió con cuatro años de estabilidad del precio del petróleo en los 105 dólares. Pero el fenómeno no es nuevo. La historia muestra que hubo otros cinco episodios desde 1984 en los que se produjo una corrección superior al 30% en un periodo de seis meses.
Un descenso del 30% en el precio del crudo aumenta en medio punto el PIB mundial
El estudio traza así paralelismos con el desplome del 60% que se vivió entre enero y julio de 1986. Recuerda, por ejemplo, cómo las nuevas tecnologías permitieron reducir la intensidad del consumo de crudo a la vez que abrieron nuevas oportunidades para explorar en yacimientos en Alaska y el Mar del Norte. Tras ese episodio, los precios se mantuvieron bajos durante 15 años.
El barril del crudo se paga ahora en el entorno de los 50 dólares, el valor más bajo desde la primavera de 2009, cuando la economía de EE UU atravesaba el momento más duro de la Gran Recesión. Los factores son conocidos: un aumento de la oferta por las nuevas técnicas de producción y una caída en la demanda, en especial en grandes consumidores como China.
Esto se combina con una relajación de la tensión geopolítica en Oriente Medio y la fortaleza del dólar estadounidense. Sin embargo, sigue dominando la incertidumbre sobre hasta qué punto puede seguir cayendo el petróleo. El Banco Mundial da por hecho que seguirán bajos en 2015. Eso, explica, provocará una redistribución de la renta real. “Para muchos países importadores, los precios más bajos contribuyen al crecimiento y reducen las presiones fiscales, inflacionistas y externas”, augura, por eso pide a las autoridades de estos países que aprovechen la situación favorable para “llevar a cabo reformas estructurales y financiar programas sociales”. También para apuntalar las cuentas públicas.
Economías como las de Venezuela o Rusia retroceden 2,5 puntos con caídas del 10%
El Banco Mundial señala que los emergentes se beneficiarán más que los desarrollados del descenso en el coste de la energía. En términos generales, calcula que una caída del 30% en el precio va acompañado con un incremento del crecimiento global de medio punto porcentual a medio plazo. Es una proyección similar a la que manejan el Fondo Monetario Internacional.
En el caso concreto de los países importadores, ese apoyo del 0,5% del PIB se logra con una reducción del 10% en el precio. Además, está el efecto positivo en sus cuentas públicas, en las balanzas de pagos y en la inflación, tres puntos de vulnerabilidad en países como Brasil, India, Sudáfrica o Turquía.
En el lado opuesto de la moneda están los países exportadores, para los que augura “importantes desafíos”. “Sufrirán impactos adversos al debilitarse las perspectivas de crecimiento y la posición fiscal externa. Y de continuar la bajada, podría socavar la inversión”, advierte. Es algo que lleva señalando el organismo y el Fondo Monetario Internacional desde hace meses.
Los importadores crecen medio punto por cada 10% de descenso del precio
Ayhan Kose, relator principal del análisis, insiste en que esta bajada aguda del petróleo es “un recordatorio de las vulnerabilidades inherentes a la actividad económica altamente concentrada”. Por eso, desde el organismo se pide a los países exportadores que se diversifiquen, para no estar tan expuestos a la volatilidad en el mercado de la energía y las materias primas.
El Banco Mundial estima que las economías de Rusia, Venezuela, Oriente Medio y Norte de África podrían sufrir un lastre de hasta 2,5 puntos porcentuales por cada 10% que se abarata el petróleo. El temor en estos casos es el efecto en los países vecinos. También señala, como se está viendo en yacimientos en Estados Unidos y Canadá, que el abaratamiento hará menos rentables los nuevos proyectos, como los de petróleo de esquisto, arenas petrolíferas o alta mar.
El capítulo del informe se completa con un análisis en el que explora las causas de la moderación en el comercio global tras la última crisis, que creció solo un 3,5% entre 2012 y 2013, y en otro centrado en las remesas de inmigrantes, que representan el 60% de los flujos de capital que llegan desde el exterior a las economías en desarrollo. Son, concluye, un factor que da estabilidad.
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