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Reforma tu vivienda sin arruinarte

Nos metemos en obras para mejorar nuestra calidad de vida y para reducir gastos

Meterse en obras siempre es una decisión importante.
Meterse en obras siempre es una decisión importante.

A veces, por muy perfecto que creamos que sea el lugar en el que vivimos, siempre se le puede sacar algún “pero” que sea posible mejorar. Es cuestión de hacer lo más confortable, cómodo y acogedor el lugar en el que desarrollamos la vida, nuestro hogar. Son mucho más que cuatro paredes, y qué mejor que adaptarla a nuestros gustos y preferencias, hacerla nuestra y que en cada rincón se pueda ver nuestra personalidad.

Pero a menudo las reformas que quisiéramos hacer son costosas y no se dispone ni del tiempo ni del dinero necesario para ello. A la vivienda y a todo lo que le rodea ya se le dedica la mayor parte del presupuesto familiar anual —8.964 euros son los que se dedican a la vivienda, agua, electricidad y combustibles según el Instituto Nacional de Estadística, a los que hay que sumar otros 1.147 euros en concepto de mobiliario, equipamiento y otros gastos relativos a la vivienda— por lo que puede ser que no se pueda o incluso no se quiera dedicar un mayor presupuesto para reformarla. Afortunadamente no es necesario gastarse una gran cantidad de dinero para poder mejorar la vivienda.

¿Problemas de luz en el hogar?

La luz da vida. Que un hogar tenga una buena entrada de luz natural es algo muy valorado, una casa con luminosidad da sensación de amplitud. Si existen problemas de iluminación natural con pequeños trucos es posible sacarle todo el partido a la poca luz natural que entre. Pintar las estancias con colores claros y contar con suelos también con colores claros harán más luminosa la casa, la luz natural se reflejará mejor. Otra opción para tener sensación de luminosidad es poner espejos en las estancias de modo que la luz se refleje, incluso hay quien recomienda prescindir de las cortinas opacas y sustituirlas por simples visillos ligeros, así como si es posible, contar con muebles de poca altura y con tonalidades claras.

¿Vivienda pequeña?

La casa tiene los metros que tiene, probablemente no se puedan ampliar por lo que es importante aprovechar todo el espacio y optimizarlo de modo que parezca más amplio. Aquí menos es más, por lo que contar con un espacio abierto y con pocos muebles –estilo minimalista– será una gran baza. Las puertas correderas hacen que se elimine por completo el espacio muerto que genera una puerta “normal”, habrá que tenerlo en cuenta también.

Falta de espacio en la cocina

Hay quien dice que las mejores fiestas acaban con la gente reunida en la cocina. Una cocina pequeña dificulta la tarea de cocinar y puede llegar a agobiar. Además esto suele ir de la mano con falta de espacio para guardar los enseres de cocina. Por ello y en la medida que se pueda, hacerse con una pequeña isla móvil con cajones para almacenar utensilios podrá solucionar la “papeleta”. Otra opción es aprovechar el espacio que hay hasta el techo, colocando muebles lo más altos posibles que sirvan para guardar cosas que puede que se usen con una menor frecuencia, pero que es necesario tener.

En ocasiones, no se trata de hacer una gran reforma, ni siquiera de hacer una pequeña, sino que simplemente todo se reduce a hacer un estudio del espacio disponible y de los muebles que se tienen y posteriormente recolocarlos de modo que se cree un nuevo espacio, con una nueva perspectiva y organización diferente.

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