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Lo que Bruselas nos cambió la vida

Las exigencias de la UE y el BCE han tenido un efecto en las economías familiares

Lejos parece ya el mes de julio de 2012, cuando una España al borde de ser intervenida tuvo que tomar los más duros ajustes y subidas impositivas desde la vuelta a la democracia. Desde ese momento los ajustes fueron menores y se ha alejado el fantasma de ser tutelados por Europa, tal y como ha sucedido con Grecia, Irlanda, Portugal o Chipre. Mientras que en los países rescatados desde fuera se imponen nuevas medidas de ajuste si no se consigue cumplir unos objetivos, en España, organismos internacionales, especialmente la Comisión Europea, el ente con el poder ejecutivo de la UE, se limita a realizar “recomendaciones” a las distintas naciones, optando estas por aceptarlas o no. En el caso de España, Bruselas recomendó medidas muy similares a las de los países intervenidos, medidas que España hizo suyas casi en su totalidad.  

Estas recomendaciones se presentan de forma individualizada por países, a la vez que evalúa si se han cumplido las realizadas anteriormente. En el último análisis, realizado en el mes de junio, la Comisión Europea fue bastante benigna y positiva en general con nuestro país y los esfuerzos realizados, pero volvió a insistir en tres recomendaciones sobre cambios a realizar en tres áreas: impuestos, cotizaciones sociales y mercado de trabajo. ¿Cómo afectarían estas recomendaciones a los ciudadanos?

1. Subida del IVA

Casi todos los organismos y especialmente el FMI y la Comisión Europea piden una subida del IVA. Después de dos subidas en los últimos años (con José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy) y algunas correcciones en los criterios de valoración de algunos productos la diferencia de criterio parece manifiesta, solicitando una nueva subida de los impuestos indirectos que suba la recaudación y reduzca el déficit.

Bruselas busca especialmente que se reclasifiquen productos gravados con el tipo reducido (10%) al general (21%). Entre los productos y servicios a tipo reducido están los de hostelería, transporte de pasajeros,.. lo que haría reducir el consumo y disminuiría el crecimiento. Esta subida se extendería a otros impuestos indirectos sobre el alcohol, el tabaco y presumiblemente hidrocarburos, con el mismo resultado sobre el poder adquisitivo del consumidor.

2. Reducir las cotizaciones sociales

En este caso, el efecto puede ser más positivo e inmediato sobre la creación de empleo. Las empresas pagan menos por sus trabajadores y por tanto hay más incentivos a la contratación. Pero también tiene un punto en contra, actualmente, con el nivel de desempleo tan importante, hay un enorme diferencia entre lo que ingresa la Seguridad Social y lo que gasta, a no ser que la subida de empleo que se cree con esta medida compense la bajada, el resultado puede agravar estas diferencias.

3. Simplificar contratos y otra vuelta de tuerca a los salarios

Otra de las recomendaciones está en reducir el número de tipos de contrato al considerar que: “la diferencia entre los temporales y los indefinidos figura entre las más elevadas de la UE", esta simplificación hasta ahora nos ha llevado a una reducción de ciertos derechos como la indemnización por despido. Igualmente se sigue alertando por las políticas de bonificación a la contratación, lo que afectaría a la creación de empleo y se sigue insistiendo en la relación entre salarios y productividad, lo que ha llevado a que en muchos sectores los trabajadores hayan perdido poder adquisitivo.

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