El Canal de Panamá cumple 100 años en paz con Sacyr
La ampliación de la vía acabará en 2015, un año más tarde de lo previsto
El Canal de Panamá cumple este viernes su primer centenario con dos guerras mundiales a la espalda, un par de grandes recesiones globales, un rosario de crisis del petróleo y, por fin, el acuerdo definitivo con la española Sacyr para que las obras de ampliación lleguen a buen puerto. La vía acuática que conecta los océanos Pacífico y Atlántico ha visto desencallar el proyecto de expansión que permitirá aumentar su actividad y dar un empujón a la economía del país, tras más de medio año de conflicto por los sobrecostes que llegaron a paralizar las obras.
La ampliación, aprobada por los panameños en un referendo en 2006 e iniciada en 2007, tiene múltiples trechos, pero el más importante está a cargo del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), integrado por Sacyr e Impregilo junto a la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana como socios minoritarios, en un contrato de 3.118 millones dólares (2.332 millones de euros). El compromiso era concluir la obra en 2014, pero las turbulencias aparecieron cuando GUPC reportó gastos adicionales y entró en pleito con la estatal Autoridad del Canal de Panamá (ACP) por un cobro extraordinario de 1.600 millones de dólares. La promesa ahora es que los trabajos finalicen en diciembre de 2015 y que las nuevas esclusas y obras aledañas empiecen a operar en 2016.
Tampoco el inicio del Canal fue sencillo. Hubo una intentona francesa en el siglo XIX, pero fracasó también por problemas financieros y Estados Unidos obtuvo a finales de 1903 el dominio a perpetuidad de lo que sería el Canal —de 80 kilómetros de largo— y de una franja de ocho kilómetros a cada lado que emergió como enclave militar geopolítico.
La construcción empezó en 1904, concluyó en 1914 y la vía se abrió el 15 de agosto, a 19 días del estallido de la I Guerra Mundial. Era una maravilla de la ingeniería universal. “Rápidamente se convirtió en punto importante de la navegación y del comercio de EE UU, el Lejano Oriente y los países del Pacífico sudamericano. En la medida que EE UU lo permitió, Panamá usó el Canal como plataforma para la creación de una economía de servicios internacionales”, explica Carlos Guevara, catedrático de Historia en la Universidad del Sur de la Florida.
Los panameños lograron renegociar los pactos y firmaron unos nuevos tratados que condujeron a que Panamá recuperara en 1999 la soberanía de los territorios ocupados. Hasta ahora, la capacidad de las tres viejas estaciones —Gatún, en el Atlántico, y Pedro Miguel y Miraflores, en el Pacífico— que operan hace un siglo, impide el cruce de buques Post-Panamax, que superan el tamaño de un máximo de 230 metros de eslora y 32,2 metros de manga de las naves Panamax, las que sí caben por la vía. Con la ampliación, los megabuques también cruzarán el Canal.
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