La importancia del sector inmobiliario en España
El peso de la construcción y de la actividad inmobiliaria se aproxima a la media de la UE y previsiblemente las pautas de compra y uso
Desde finales de 1993 hasta el tercer trimestre de 2008, España logró un crecimiento económico continuado que permitió, entre otras cosas, aumentar el empleo, atraer a nuevos inmigrantes y elevar la capacidad de compra de vivienda de las familias. Fue la etapa de crecimiento más importante y más duradera que España ha experimentado en democracia, al encadenar 60 trimestres de crecimiento consecutivos en términos interanuales. Quince años de expansión económica que provocaron una reducción del desempleo notable, y un aumento de la riqueza y del bienestar de muchos ciudadanos españoles sin parangón.
En el mencionado crecimiento tuvo mucho que ver la industria inmobiliaria, tanto en términos de producción, como de valor añadido o de empleo. Su actividad fue muy importante durante la larga década en que España se encontraba en la parte alcista de su ciclo económico, en el que tomó más relevancia el uso de los minerales, como el hierro, que da más seguridad, requiere menos espacio y aporta más duración que la madera y que también, llegado el caso, puede ser reciclado.
Pero esta buena racha se vio truncada por la crisis internacional de las hipotecas subprime en 2007, que comenzó a sentirse de manera más profunda en nuestro país a partir de 2008, mientras subía, simultáneamente, la deuda de los ayuntamientos, de las comunidades autónomas, las familias, las empresas y la banca. En otro orden de cosas, los ayuntamientos y algunas comunidades autónomas aumentaron sus ingresos poniendo nuevas tasas y aumentando las exigencias sobre las actividades productivas.
Los esfuerzos que se hicieron para la recuperación empezaron a verse en la segunda mitad de 2013 y durante el año 2014. El crecimiento económico, aunque todavía tímido, está llegando a nuestro país después de una larga recesión cuyas consecuencias han sido, en muchos aspectos, dramáticas.
El cambio de la política monetaria, que hace más fácil y barato el acceso a la financiación, ayuda, de forma desigual, a reducir la deuda de todos los estamentos y a aumentar la actividad. Esto también incluye al sector inmobiliario en donde el peso relativo de las distintas actividades que lo configuran ha cambiado mucho desde el comienzo de la crisis. Así, según un informe de la patronal madrileña Asprima, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), en 2008 la actividad el sector inmobiliario se desdoblaba en un 40,6% aportado por la construcción de edificios y en un 23,6% generado por las actividades especializadas en la construcción de edificios, con lo que conjuntamente aportaban al Valor Añadido Bruto (VAB) el 64,2% y las actividades inmobiliarias aportaron un 35,7%. En 2013 las aportaciones de estas mismas actividades fueron: un 25,8% de la construcción de edificios, un 10,6% lo aportaban las actividades especializadas y las actividades inmobiliarias y el tercero, un 63,7%.
En la Europa de los 27, la estructura del VAB en 2008 que daban las actividades de construcción de edificios era del 15%, las actividades especializadas del 21% y las inmobiliarias del 64%. En 2011 las mismas actividades aportaban el 11,4%, el 19% y el 69,6%, respectivamente. Esto acerca el peso de cada actividad en España a la media de la UE y apunta a considerar que las pautas de compra y uso tenderán a ser más similares.
La Sociedad de Tasación en su Estudio de Mercado de Vivienda Nueva (junio 2014) aporta también conclusiones importantes. Entre, otras constata que en las capitales de provincia el precio de vivienda nueva de tipo medio tuvo una reducción del precio medio semestral de un -1,8%, mientras que en el último semestre de 2013 fue de -3% y frente al primer semestre del 2012 que fue de -5%. Son datos importantes que evidencian una clara tendencia a asentar el valor de la vivienda, lo que sería un acicate para nuevas edificaciones y, con eso, la construcción volvería a crecer al ritmo del conjunto de la economía del país y la interacción llevaría al crecimiento.
Joaquín Trigo Portela es el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
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