Fallece Manuel Fernández ‘Lito’, histórico sindicalista de UGT, a los 67 años
El exdirigente de la federación del Metal, operado del corazón recientemente, muere en Oviedo
Apenas siete meses después de dejar de ser secretario general de MCA-UGT, ha fallecido Manuel Fernández Lito (Mieres, 1947), el líder histórico del sector del metal en UGT. “Un sindicalista no se jubila nunca”, decía días antes del congreso celebrado en octubre en que le sustituyó Carlos Romero, y para demostrarlo siguió como presidente de la federación del metal. Pero ayer, a la una de la madrugada, murió en el hospital Central de Asturias, donde había acudido tres horas antes al encontrarse mal, y donde había sido operado de una obstrucción coronaria unos meses antes.
Lito fue secretario general en UGT durante 35 años de forma ininterrumpida. En 1981 se convirtió en el líder del sindicato en Asturias, y fue diputado autonómico por el PSOE. “Ahora parecería mentira que alguien tan joven fuera secretario general o de organización”, solía decir cuando hablaba de su trayectoria sindical, iniciada casi con la muerte de Franco, cuando se comenzó a reconstruir UGT en la región.
Tanto en Asturias como después como líder de la federación del metal, tuvo que afrontar la dolorosa reconversión industrial. Cuentan quienes se sentaban con él en las mesas, que era no se cansaba nunca de negociar hasta altas horas de la madrugada. La falta de una política industrial en España durante años fue una de sus obsesiones. “No hay una apuesta por la industria”, declaró en la última entrevista que dio a este periódico el pasado septiembre. El cambio de responsabilidad se produjo en 1988. Entonces formó tándem con Ignacio Fernández Toxo, actual secretario general de CC OO y entonces dirigente del metal en este último sindicato.
La falta de una política industrial en España fue una de sus obsesiones
Lito llegó a la secretaría general del metal apenas dos meses antes de la huelga general del 14 de diciembre de 1988. Entonces se vio la gran brecha que había entre la UGT y el PSOE, partido al que estaba afiliado y a cuyo comité federal perteneció. En esa ruptura traumática, Lito siempre trató de reconstruir los puentes entre el partido y el sindicato. No era el dirigente de UGT más próximo al PSOE, ese papel le correspondía a otro histórico ya fallecido, Manuel Garnacho, pero su posición estaba lejos de la que entonces mantuvo el secretario general de UGT, Nicolás Redondo.
Cuando en 1994 la crisis de la PSV forzó la retirada de Redondo, Lito intentó sucederle. No pudo y se retiró a última hora dejando el camino libre a Cándido Méndez. El resultado no le gustó y al año siguiente forzó un congreso extraordinario en el que estuvo a punto de desplazar a Méndez. No lo consiguió. Y durante un tiempo las relaciones con el todavía líder de UGT no fueron fáciles, como se apreció en la polémica fusión entre el sector de la construcción, liderado por Garnacho, y la industria que dieron lugar a la actual MCA-UGT, que Lito dirigió hasta el pasado octubre.
Su retirada cogió a Méndez por sorpresa. En el último congreso de UGT, Lito se había mostrado muy activo y pocos esperaban el paso atrás.
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