Lito y Garnacho dan la espalda a Méndez y fusionan sus federaciones sin su conocimiento
Manuel Femandez Lito y Manuel Gamacho han decidido iniciar el proceso de fusión de las federaciones que dirigen: el Metal y la Construcción de UGT. La iniciativa es estatutariamente correcta y las federaciones ugetistas tienen autonomía para adoptarla, pero es una nueva prueba de que los dos núembros del sector crítico actúan a espaldas de la dirección. La decisión se ha tomado sin conocimiento previo del líder del sindicato, Cándido Méndez, quien en la mañana de ayer recibía una carta con la comunicación oficial cuando había ya una resolución de los comités, de las dos federaciones. Cuando culmine ese proceso, la organización resultante se convertirá en la más fuerte del sindicato.
Los comités federales de Metal y Construcción; el primero con tres votos en contra y el segundo con 10 abstendiones, aprobaron ayer iniciar un proceso de fusión. Esas resoluciones se adoptan "en cumplimiento de la política organizativa aprobada en el congreso de l994". Ahora serán las ejecutivas las que fijen el calendario y la forma de realizar la unión. La futura organización se convertirá en la más fuerte en número de afiliados, con un total de 149.994 militantes, al sumar los 107.300 de Metal y los 42.694 de Construcción. De esa forma, desplazarán del primer lugar a la Federación de Servicios Públicos -FSP, que reúne 138.871 afiliados- y el sector crítico de UGT contará con una plataforma de oposición más sólida.Lito y Garnacho aseguraron ayer que su objetivo es lograr una mayor presencia en las localidades pequeñas -donde tiene más implantación la Construcción- y en los grandes centros industriales -que controla mejor el Metal- Otras fuentes de las federaciones negaron que esa decisión signifique una reapertura de las hostilidades que desembocaron en el congreso extraordinario de abril de 1995.
No obstante, la dirección no tenía conocimiento oficial previo. Ayer supieron que la fusión era un hecho a la misma hora en que se estaba votando en los comités federales. Cándido Méndez recibía una carta en la que se le comunicaba la resolución y se le pedía una reunión para abordar el asunto. Las hostilidades que parecían olvidadas. Garnacho fue uno de sus principales apoyos.
Méndez declaró posteriormente que esa iniciativa "no incorpora ninguna novedad" en el proceso de fusión de federaciones, emprendida por el sindicato hace años. Asimismo, recordó que se encuadra "en las resoluciones" del Congreso de 1994, donde se acordó seguir avanzando en el fortalecimiento de las organizaciones profesionales. Méndez, para quitar hierro, aseguró que la dirección considera "interesante" la decisión y "va a colaborar en todo lo que signifique allanar el camino". Añadió: "Quienes tienen que valorarlo positivamente son los afiliados de las dos federaciones que han de aprobar su disolución para formar la nueva organización". Con ello sugirió que puede haber dificultades en las bases. Y remató, con ánimo disuasorio: "Tiene cierta coherencia".
Al margen de las declaraciones formales, lo cierto es que en los planes del sindicato esa no era una fusión prevista y el propósito era conformar una gran federación de industria con la unión del Metal e Industrias Afines -FIA, que integra a químicas, energía y minería-, pero las diferencias políticas entre sus direcciones no la han hecho posible. Así lo confirmó ayer Jesús Urrutia, secretario general de FIA, quien cree que ése sigue siendo un objetivo deseable. Urrutia espera que esa fusión "sirva para el fortalecimiento de las federaciones", aunque precisa que "toda fusión tiene complicaciones". Dijo que, pese a la decisión de Lito y Garnacho, "no estarnos aquí en una guerra para ver quién es el primero". Rafael Jerez, líder de Enseñanza, se expresó en parecidos términos: "No debemos entrar en una carrera competitiva. El objetivo debe ser fortalecer las federaciones y aumentar la afiliación".
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