Premio a la arquitectura que mejora la vida colectiva
Entre las obras arquitectónicas seleccionadas, de entre las 182 propuestas por los comités nacionales, se encuentran colegios, viviendas sociales, un hospital, proyectos de rehabilitación de edificios o un auditorio, entre otros
El jurado de la IX Bienal Iberoamericana (BIAU), que se celebrará del 13 al 17 de octubre en Rosario (Argentina), han fallado en Madrid los premios a las obras tanto arquitectónicas como de investigación o divulgación que se expondrán y compondrán el catálogo de la muestra.
Entre unas 1.000 obras presentadas, los comités nacionales seleccionaron 182, que finalmente se han reducido a 30 obras, tres publicaciones, dos trabajos de investigación y un vídeo. La muestra recorrerá diferentes países aún por concretar.
La Bienal es una iniciativa del Ministerio de Fomento español para promover el intercambio de experiencias entre los arquitectos y urbanistas en países de Iberoamérica. Gracias a la labor de creación, difusión, investigación y docencia que realizan a través de sus obras, "se ayuda a comprender mejor las enormes diferencias tanto culturales como económicas, que acechan a los países de habla hispana" explican Francisco Burgos y Ginés Garrido, coordinadores de la IX BIAU.
Se compone de dos partes, por un lado la fase de selección de obras para ser expuestas ya concluida. El segundo objetivo es generar un lugar de reflexión y debate para lo que programa una semana de actividades académicas, exposiciones y mesas de debates.
Entre las treinta obras arquitectónicas seleccionadas hay colegios, viviendas sociales, un hospital, proyectos de rehabilitación de edificios y un auditorio.
Por unanimidad el premio a toda una trayectoria ha recaído en Fruto Vivas (Venezuela, 1928), conocido por el pabellón de Venezuela en la Exposición Universal de Hannover 2000, la iglesia de la Concordia o el Club Táchira. Buena parte de su trayectoria ha estado orientada hacia la investigación de la vivienda popular con biomateriales, hierro y arcilla y al proyecto Árboles para vivir, una serie de edificios bioclimáticos.
"La arquitectura del siglo XX ha sido relatada, sobre todo, desde la perspectiva europea y norteamericana. Sin embargo, cuando la modernidad surgió en Latinoamérica, se reinventó en una arquitectura genuinamente moderna, extraordinariamente rica y prolífica y, al tiempo, más plural de lo que fue en sus orígenes noroccidentales. Entre estas arquitecturas imprescindibles, visionarias, socialmente comprometidas y vinculadas íntimamente a sus lugares y culturas se encuentra la arquitectura de Fruto Vivas", explica el jurado.
Entre las premiadas hay tres obras arquitectónicas: un proyecto de viviendas sociales en Vallecas, de Guillermo Vázquez Consuegra; el "B" Auditorio en Cartagena, de Cano Selgás Arquitectos y un espacio en torno a un dolmen megalítico en Artesa de Segre (Lleida), de Toni Gironés. En esta categoría hay cuatro obras brasileños y otras tantas mexicanas. En el apartado de investigación aplicada, la obra ganadora, Prisma, también es de México. Las categorías de vídeo urbano y publicaciones han recaído en sendas obras originadas en Chile.
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