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Objetivo: salvar la imagen de la banca

El nuevo presidente de la patronal bancaria, José María Roldán, debe limpiar la reputación del sector y defender a las entidades ante Europa

Íñigo de Barrón
El presidente saliente de la AEB, Miguel Martín, felicita a su sucesor, José María Roldán, tras su nombramiento el martes.
El presidente saliente de la AEB, Miguel Martín, felicita a su sucesor, José María Roldán, tras su nombramiento el martes. sergio barrenchea (efe)

La presidencia de la patronal bancaria, que el martes recayó sobre José María Roldán Alegre (Teruel, 1964), es la primera batalla ganada por el sector financiero ante el ministro de Economía, Luis de Guindos. Los bancos han tenido que admitir cambios legales que afectaron a las remuneraciones, a la transparencia, a fondos anti desahucios y, sobre todo, les han obligado a realizar grandes aportaciones en el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para el rescate de las cajas de ahorros y para el banco malo. Pero se negaron a aceptar el veto de Guindos a Roldán. Capitaneados por el Santander y el BBVA, entendieron que el ex director general de Regulación del Banco de España tenía una alta cualificación técnica y capacidad de comunicación, lo que le hacía idóneo para la dura misión que tiene por delante. Los banqueros no cedieron. También se barajó el nombre de José Manuel Campa, pero tampoco gustó al ministro y, a la segunda propuesta, se mantuvieron firmes.

Según fuentes bancarias consultadas, los objetivos de Roldán son ambiciosos y no precisamente fáciles. Deberá recuperar el prestigio y la reputación perdida por el sector desde el estallido de la crisis, en 2008, así como defender a la banca española ante el Banco Central Europeo (BCE) y ante la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) para que no sea peor tratada que la de otros países. Desde las entidades medianas y pequeñas, se apunta otra misión: “Convertirse en la voz de todos los bancos, no solo de los dos grandes, como ha ocurrido en ocasiones” con el anterior presidente, Miguel Martín.

Si hay alguna creencia coincidente entre los banqueros es que la opinión pública no ha valorado correctamente el papel del sector en la crisis. Martín se lamentó tras el martes en su despedida: “Es difícil tener buena reputación cuando la economía está en recesión y peor o imposible si se te caen el 30% de los colegas”.

“La sociedad debe diferenciar entre las cajas y los bancos”, insiste un ejecutivo

Y en los primeros contactos mantenidos con Roldán, “que han sido muy escasos porque se han respetado escrupulosamente los plazos oficiales”, apuntan en el sector, ya le han comentado que “deberá trasladar a la sociedad española las bondades y la fortaleza que ha demostrado la banca comercial, que no ha necesitado ayudas. Se debe diferenciar radicalmente entre lo que ha costado la crisis de las cajas y lo que ha ocurrido con los bancos, que no han supuesto una carga para el contribuyente”, insiste un ejecutivo que pide el anonimato. También creen que no se han destacado las bondades de la banca comercial, que es la que se practica en España, frente a la banca de inversión, origen de parte de los problemas de la crisis financiera.

Estas fuentes, que niegan que los préstamos baratos concedidos por el BCE se puedan considerar ayudas (pese a que para algunos bancos han sido y son una gran fuente de ingresos), creen que el desastre de las cajas y la pésima gestión de sus directivos han contaminado todo. “Hemos cortado en seco los desahucios, tras crear un fondo de viviendas sociales, pero eso tampoco es valorado por la opinión pública”, apuntan.

Sin embargo, Roldán tendrá que pelear contra la mezcla que existe en la sociedad entre bancos y cajas, que ahora también son bancos. Los contribuyentes han visto cómo se rescataban entidades (excajas) con 60.000 millones de dinero público. A la vez, el banquero se ve como un ejecutivo que mantiene altísimos sueldos, que ha cortado el crédito en un momento crítico (frenando la incipiente recuperación, como admiten los organismos internacionales), que ha sido acusado por el Tribunal Supremo de abusar con cláusulas suelo en las hipotecas y vender productos complejos que no entendía el cliente. En definitiva, ha actuado siempre a remolque pero no ha tomado iniciativas ante el deterioro de su imagen.

“La falta de decisión de la banca para frenar el deterioro de su imagen en los últimos años de la crisis le ha hecho perder terreno. Ahora es difícil de recuperar”, apunta un exejecutivo del sector.

La AEB mantuvo a su candidato pese al rechazo del Gobierno

De Roldán se espera mucho en Europa. Sus profundos conocimientos técnicos sobre la regulación bancaria internacional y su dominio del inglés hacen que el sector le considere perfecto para crear lobby y defender a la banca española en Fráncfort y Londres frente a las de Italia, Francia o Alemania. “Este año será crítico con las pruebas de calidad de los activos y las pruebas de resistencia”, recuerdan. En el sector, algunos temen que las pruebas de estrés sometan a la economía española, y por lo tanto a sus bancos, a fuertes caídas del PIB, del precio de los inmuebles y subida del paro. “No se debería admitir un trato tan severo después de la crisis que ya hemos vivido. Es discriminatorio”, apuntan.

El BCE y la EBA planean un escenario que recorte las previsiones del PIB en 2,2 puntos porcentuales este año; 3,4 en 2015 y 1,4 puntos en 2016, según avanzó Bloomberg el viernes, lo que en España se traduce en dos años de recesión (con retrocesos del 1,2% y el 1,7% este año y el siguiente) y estancamiento en 2016.

Las entidades tienen puestas sus esperanzas en Roldán. No cedieron ante el argumento de Economía que lo consideró inadecuado. “No es ético ni estético que alguien que estuvo regulando a la banca, y a las cajas, que han vivido su mayor crisis, pase en poco tiempo a defender a las entidades”, se dijo entonces. Era un ejemplo de las puertas giratorias. Ante aquella fuerte polémica, Roldán se ofreció para apartarse, pero la banca se cerró en banda: “Si es legal, se le puede nombrar”. Esta ha sido la apuesta. El ministro ha endurecido el régimen de incompatibilidades del Banco de España para el futuro, pero solo el tiempo dirá si Guindos ha aceptado o no tragarse el sapo.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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