Renfe elevará frecuencias y bajará precios en la línea Madrid-Marsella

Los viajeros de tren de España tuvieron que esperar 20 años para llegar a Francia sin apearse del vagón, pero desde el 15 de diciembre de 2013 los Pirineos ya no representan un obstáculo. A través del túnel de Pertús (Figueres), ya es posible alcanzar París desde Barcelona con trenes de alta velocidad, sin realizar el trasbordo forzoso que antes obligaba los viajeros a cambiar en la estación de Vilafans, en Girona. Entre la oferta, el éxito está siendo desigual: mientras el recorrido de Barcelona a París tiene una afluencia considerable, los viajeros entre Madrid y Marsella escasean, por lo que Renfe ha decidido revisar las frecuencias y las tarifas con el fin de aumentar el interés.

Es pronto para saber si Renfe ha acertado en su apuesta: en los primeros tres meses de funcionamiento de la línea, cerca de 146.000 personas han viajado a Francia con los servicios de alta velocidad de Renfe y Sncf, su homologa francesa, con sus trenes AVE S-100 y TGV Euroduplex. La previsión para 2014 es alcanzar el millón de clientes y un volumen de negocio de 60 millones de euros, informa el responsable de Renfe para el proyecto, Wenceslao Sánchez.

El acuerdo para crear un corredor “transeuropeo” llevó a la puesta en marcha de tres líneas, además de la Barcelona-París: una entre Madrid y Marsella, otra entre Barcelona y Toulouse y una tercera que une la ciudad condal con Lyon, conectando 19 ciudades entre los dos países. El trayecto más concurrido ha sido es el que va de Barcelona a París, con cerca de 130.000 viajeros, seguido por Montpellier (15.600), Narbonne (8.000) y Toulouse (8.000). Figueres-París ha contado con 4.300 usuarios en entre diciembre y marzo, Girona-París 2.500 y Girona-Perpignan 820. Los trenes con destino Marsella han transportado a 4.800 clientes que salían de Barcelona y a 400 desde Girona.

La conexión Madrid-Marsella, sin embargo, no está teniendo gran éxito: de los 4.000 clientes totales, solo 600 han recorrido el trayecto completo. El principal destino ha sido Montpellier con 1.400 viajeros, seguido por Perpiñán con 1.100. El problema es que las siete horas de viaje, debidas a la imposibilidad de adaptar la alta velocidad al tramo entre Nimes y Perpiñán, no han logrado convertir el tren en un real competidor de las conexiones directas de las compañías aéreas de bajo coste.

Renfe-SNCF en Cooperación, este el nombre de alianza entre las dos empresas de ferrocarril, apuesta por variar y aumentar su oferta a lo largo del año, así como introducir novedades en su política comercial, que ya la llevó a abaratar las tarifas un 11% y a conceder descuentos hasta el 70% para no perder clientes. Una de las novedades, en funcionamiento desde el 1 de abril, es un nuevo horario de salida desde París (16.07), que se suma a los dos ya activos de las 7.15 y de las 14.07. En la misma fecha y en el mismo recorrido se han abierto también las paradas intermedias de Sète y Agde, en el sur de Francia. La intención, asegura Renfe, “es adaptar la oferta a la demanda e incrementarla en la temporada de verano”. La línea que une Madrid a Marsella pasa por destinos turísticos y “la mayoría de usuarios que la eligió viajaba por razones de ocio —un 70%—”, garantiza Sánchez. Quien añade que “los franceses siguen siendo los mejores clientes, representado más del 50% de la demanda”.