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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Operaciones de financiación intragrupo

Disponer de un sistema interno de evaluación del riesgo asegura condiciones de financiación objetivas

La financiación de filiales en el exterior ha cobrado una elevada trascendencia con el aumento de la presencia de las empresas españolas en países emergentes en los últimos años. La financiación mediante recursos propios no siempre es la alternativa más adecuada, dado que no permite aplicar determinados beneficios asociados al endeudamiento, y ampliamente tratados en la literatura financiera, como son la amplificación de la rentabilidad para el accionista y la minoración del coste medio de los recursos financieros que emplea la empresa.

La elección entre la financiación directa con entidades locales y una gestión centralizada del endeudamiento a través de la matriz no siempre es inmediata. Si existen trabas para la repatriación de beneficios, es habitual optar por la financiación directa a través de la filial, mientras que si los mercados financieros no son lo suficientemente profundos, la matriz capta el endeudamiento para abastecer a la filial.

El dilema es más intenso si las filiales están emplazadas en países donde los tipos de interés reales son significativamente altos. Brasil, India, China o Polonia son solo algunos ejemplos de economías con tipos de interés reales situados bien por encima de la horquilla del 3%-4%, rentabilidades que pueden incentivar a la matriz a involucrarse en la financiación de la filial, sustituyendo a las entidades financieras locales. Sin embargo, el criterio de una elevada rentabilidad no debería ser el único que aplique en esta decisión.

Así, un factor objetivo que ayuda a decantar la balanza es el esquema de garantías aplicado en la financiación por parte de las entidades financieras. Si la filial obtiene deuda sin necesidad de que la matriz garantice de ningún modo la misma en caso de impago, es razonable que la filial opere directamente con las entidades, dado que el endeudamiento que capta no incrementa el riesgo percibido de la matriz, y no condiciona su capacidad de captación futura de fondos ajenos.

Por el contrario, si la obtención de financiación exige una garantía de la matriz, la balanza se inclina hacia el lado de la gestión centralizada del endeudamiento. El incremento del riesgo de la matriz con las entidades financieras asociado al fondeo de la filial será más transparente, y no estará sometido a contingencias que activen garantías; adicionalmente, la negociación recurrente con entidades financieras puede facilitar la obtención de costes de financiación más ventajosos.

No debe perderse de vista, en todo caso, que el hecho de que la financiación tenga carácter intragrupo no debe llevar a la fijación de un coste desmarcado de las condiciones de mercado. Las Administraciones tributarias realizan importantes esfuerzos de análisis en el marco de los tipos de interés aplicados en operaciones intragrupo, para garantizar que no constituyen una vía para minorar de forma artificial la tributación de las sociedades financiadas. Por ello, disponer de un sistema interno de evaluación del riesgo de crédito garantiza la objetividad a la hora de establecer estas condiciones de financiación, y permite limitar la incertidumbre que pueden percibir los reguladores en cuanto a estas operaciones.

Pablo Guijarro y Carlos Díez son profesores de Afi Escuela de Finanzas Aplicadas

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