El supervisor eleva de seis meses a dos años la incompatibilidad de altos cargos
El Banco de España consulta con el BCE el nuevo reglamento interno
La propuesta para que José María Roldán, ex director general de regulación del Banco de España, fuera el próximo presidente de la patronal bancaria (AEB), originó un terremoto que aún no ha cesado. Hasta el momento, esta candidatura ha provocado cambios legislativos para reforzar las incompatibilidades de los altos cargos del supervisor cuando saltan al sector privado.
El último movimiento ha sido el de la Comisión Ejecutiva del Banco de España, que ha aprobado una modificación de su reglamento interno que afecta a las incompatibilidades de los directores generales. El texto, que se ha enviado a consultas al Banco Central Europeo (BCE), establece dos categorías de incompatibilidades.
Legalmente el cambio no afecta a Roldán como candidato a la AEB
La primera sería de seis meses (tal y como está hasta ahora), pero extensible a un año en circunstancias especiales. Es decir, se deja en manos del Banco de España establecer un periodo de hasta un año si pudiera haber algún conflicto por la dedicación específica del alto cargo y el destino elegido en la empresa privada. Se entiende que este periodo es para los altos cargos que han ejercido puestos más técnicos, como responsable de sistemas, de estudios, servicios generales, etcétera.
Además, se establece una segunda categoría, que endurece la situación actual y la equipara a la Administración del Estado. Se fija un periodo de dos años de incompatibilidad tras el cese del director general si este ha dictado alguna resolución con relación "a la empresa o sociedad privada" de destino. Una vez que vuelva del BCE, se enviará al Consejo de Estado y luego será el Consejo de Gobierno, que se reúne una vez al mes, el que dé el aprobado definitivo. Por tanto, es posible que cambie la redacción actual.
Algunas fuentes creen que puede ser un obstáculo “ético” para llegar a la patronal
De todas formas, la nueva normativa no tendrá efectos retroactivos, por lo que en ningún caso pueden afectar a la situación legal de Roldán. La discusión sobre quién ocupará la presidencia de la AEB ha quedado en vía muerta tras las tensiones desatadas en octubre. El ministro de Economía, Luis de Guindos, manifestó en privado que le parecía mal la candidatura de Roldán por ser un directivo que había estado directamente relacionado con la crisis financiera de las cajas de ahorros y que, solo unos meses después del rescate, ocupaba otro alto cargo en el sector.
La primera reacción de Roldán fue poner su candidatura a disposición del Santander y el BBVA, que son los que capitanean la elección de este cargo, que debe ser resuelto el 3 de abril. Roldán dejó claro que no quería ser motivo de enfrentamiento.
Sin embargo, la banca —con el apoyo explícito del Banco de España— sigue pensando que es el candidato idóneo. El sector ha dejado dormir la polémica con el fin de retomar la discusión en la segunda quincena de marzo. Quizá entonces se conozca un dato clave: si Guindos puede ser o no el próximo presidente del Eurogrupo. Fuentes consultados consideran que la marcha del ministro de Economía despejaría el camino de Roldán.
No obstante, la puesta en marcha de esta reforma reglamentaria de las incompatibilidades por el propio Banco de España puede ser visto como un obstáculo ético y estético a la presidencia de Roldán, apuntan fuentes del sector.
En el Banco de España no se ocultó el malestar por esta situación y recordó en un comunicado de noviembre: "Como en el caso del gobernador y del subgobernador, y a diferencia de lo establecido para los altos cargos del sector público estatal, el régimen para directores generales es más restrictivo, si bien durante un periodo inferior de tiempo". Las espadas siguen en alto.
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