Arias Cañete mantiene su intensa agenda al margen de las "quinielas electorales"
Miguel Arias Cañete, el ministro del Gobierno más valorado según el CIS, continúa su intensa agenda de trabajo -habitual desde el comienzo de la legislatura-, mientras su nombre se baraja para encabezar la lista del PP para las elecciones al Parlamento Europeo o liderar el partido en Andalucía.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se mantiene al margen de los rumores e insiste en su mensaje de que "sigue trabajando" al frente del Departamento, como recordó a EFE este jueves en Argel tras la reunión X Reunión de Ministros de Agricultura de los países miembros del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (Ciheam).
Ponía como prueba su participación en el encuentro, uno más de los cientos de viajes nacionales e internacionales que ha efectuado a lo largo de la legislatura, y que le ha llevado a implicarse en la situación agraria y medioambiental de cada Comunidad Autónoma, y a defender a ambos sectores en los foros comunitarios e internacionales.
Con el diálogo y la transparencia como una de sus señas de identidad en la legislatura, el ministro ha mantenido contacto habitual con las organizaciones agrarias, la industria, la distribución, las ONG medioambientales, las administraciones autonómicas -presidentes y consejeros del ramo- y el resto de agentes de los sectores agrarios y medioambientales.
Esa búsqueda del consenso, unido a la negociación en las instituciones europeas y con los comisarios de Agricultura y Pesca, Dacian Ciolos y Maria Damanaki, respectivamente, se ha traducido en el logro de cerrar -de forma positiva para España- la reforma de dos políticas fundamentales, como son la Política Agraria Común y la Política Pesquera Común.
En el caso de la Política Agraria Común (PAC), España recibirá en los próximos siete años 47.000 millones de euros y se logró el acuerdo con las comunidades autónomas para su implementación en el territorio.
En el ámbito pesquero, se han sumado además el reparto de las ayudas del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca, así como el acuerdo con Marruecos, vital para 100 barcos y casi 700 pescadores españoles.
El Senado y el Congreso, por su parte, han sido testigos del carácter político, gestor y orador de un ministro que ha comparecido en las comisiones de ambas cámaras, tanto a petición propia como de los grupos parlamentarios, y ha respondido a más de 80 preguntas orales, 16 interpelaciones y 8.500 preguntas escritas.
A la labor parlamentaria y al diálogo como objetivo prioritario de su gestión, se une un trabajo legislativo aún más intenso que su agenda.
A febrero de 2014, han visto la luz las leyes de Fomento de la Integración de las Cooperativas agroalimentarias y la Ley de mejora de cadena de valor alimentaria, que buscan el aumento de la competitividad y un mayor equilibrio que repercuta en precios más justos para agricultores y ganaderos, petición histórica del sector.
A ellas se añade la Ley de medidas urgentes para simplificar y agilizar la gestión ambiental, la Ley de Costas, la de Parques Nacionales, de Contaminación y residuos y de experimentación con animales, además del proyecto de ley de representatividad agraria y planes relevantes como el de Internacionalización del sector agroalimentario o el Nacional de Calidad de Aire.
Incluso ha empezado el año, además de entregando diplomas a las tres nuevas Reservas de la Biosfera, anunciando el anteproyecto de Ley para el ciclo integral del agua de uso urbano, al que se unen 14 planes hidrológicos, el trasvase Tajo-Segura elevado a rango de ley o la reforma del catálogo de especies invasoras.
Otras de las reformas impulsadas por Arias Cañete han dado respuesta a peticiones históricas del sector, como la norma de calidad del ibérico o la prohibición de las aceiteras rellenables en la restauración o a disensiones sectoriales que ya se afrontan desde convenios con los que se ha encauzado las relaciones entre los agentes de la cadena de valor de producciones tan importantes como la leche o el aceite.
Ahora, para el sector que mejor ha respondido a la crisis -segundo para la economía del país detrás del turismo- y que con un millón de agricultores, 4.000 cooperativas, 30.000 industrias genera el 8,7 % del PIB español, el ministro ha anunciado como retos para el resto de la legislatura la mejora de la calidad alimentaria, la exportación y la innovación.
Generoso en titulares y de conocida locuacidad parlamentaria, Arias Cañete mantiene ahora un elegante silencio que sólo rompe para insistir en su trabajo al frente de un Ministerio que se ha puesto -también- como objetivo que España se convierta en la sexta potencia exportadora agroalimentaria mundial, reduzca el desperdicio de alimentos y el desarrollo económico y social llegue al territorio rural.
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