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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El déficit, entre la confusión y la oscuridad

En las últimas semanas se han sucedido las declaraciones del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y del Presidente, Mariano Rajoy, afirmando que España necesita recaudar más. Por otra parte, parece haberse pospuesto sine die la derogación del “recargo temporal” que ha hecho del IRPF español uno de los más elevados del mundo. Incluso, Montoro señala abiertamente que la anhelada reforma fiscal de 2014 se va a hacer “para recaudar más”.

Sin embargo, desde el propio Ministerio de Hacienda se afirma que el déficit está bajo control con un desfase consolidado de las Administraciones Públicas del 4,87% al concluir octubre, lo que permitiría alcanzar el objetivo del 6,5% a final de año. Además, se remacha que la recaudación está creciendo al 3,7% en términos homogéneos. Para 2014, a España sólo se le pide que baje el déficit en unos 7.000 millones respecto a 2013, hasta el 5,8%. Como parece que el crecimiento en 2014 va a ser claramente superior a la recesión que dejamos atrás en 2013, parecería sencillo cumplir este objetivo; los ingresos fiscales deberían aumentar y algunos gastos, como las prestaciones y subsidios por desempleo, deberían reducirse.

Si a esta situación le añadimos que la ciudadanía demanda masivamente reducir impuestos antes que subir el gasto público, al menos según las encuestas, y que entramos en periodo preelectoral; evidentemente algo no cuadra. Aunque algunos achacan todo esto al sadismo del Gobierno y, como no, al “afán recaudatorio” de su titular de Hacienda, esto no parece lógico. Así, por ejemplo, no se hubiese cancelado la “aportación” de 3.000 millones de euros para reducir el déficit de tarifa a sabiendas de que esto iba a generar un gravísimo problema si la recaudación, efectivamente, estuviese yendo bien y el objetivo de déficit estuviese bajo control.

Es difícil saber cómo va realmente la recaudación porque faltan datos sobre devoluciones tributarias

Es difícil saber cómo va realmente la recaudación en España porque faltan datos sobre un punto clave, las devoluciones tributarias. Así, en los 11 primeros meses, la Agencia Tributaria ha recaudado 1.400 millones de euros más que en el mismo periodo que en 2012, un 0,9% más. Todo el incremento se debe a los nuevos impuestos sobre el sector eléctrico, que han recaudado estos 1.400 millones. Originariamente, esta recaudación que incrementa la parte regulada del recibo eléctrico iba a revertir en las empresas eléctricas, acabando con el déficit de tarifa. Han pasado dos cosas; que se ha recaudado mucho menos de lo previsto y que si se pagaba esta compensación no iba a haber forma de que el desvío en el déficit público estuviese dentro de márgenes tolerables. Naturalmente, esto no deja de ser el enésimo parche de emergencia porque en 2014 habrá que asumir este déficit en presupuestos, incrementar drásticamente el recibo, infligir pérdidas multimillonarias a las empresas eléctricas o una combinación de las tres posibilidades.

Aún así, ¿por qué se habla de un aumento recaudatorio del 3,7%? La idea es que si se hubiese devuelto al ritmo que Hacienda considera normal se habría recaudado más. De hecho, la recaudación bruta, sin devoluciones, se ha incrementado en 6.200 millones durante los once primeros meses de 2013 respecto de 2012, con un incremento del 3,1%. Por otra parte, también se ha devuelto más, casi 4.700 millones de euros más. Adicionalmente, se han pagado 109 millones de euros más en “ajustes” de IVA a Navarra y País Vasco. Las mayores devoluciones corresponden a las que estaban pendientes de 2012. De acuerdo con el nuevo criterio de Eurostat, cada devolución debe imputarse al ejercicio en que se solicita. En consecuencia, la pregunta clave es si se han solicitado más devoluciones este ejercicio. Éste es el dato decisivo que falta para poder evaluar cómo van tanto la recaudación como el objetivo de déficit.

En este sentido, en septiembre se redujo el déficit en casi 7.000 millones de euros al imputar devoluciones pagadas en 2013, pero generadas en 2012, al ejercicio anterior. Ahora, en diciembre, hay que imputar la totalidad de las devoluciones solicitadas en 2013. Esto significará un incremento de varias décimas al déficit público de la Administración General del Estado, que ya en noviembre ha superado el objetivo de todo el año. Si a esto se añade el más que probable incumplimiento de las comunidades, que acumulan masivamente el gasto en los dos últimos meses, el panorama es inquietante. Hay que tener en cuenta, además, que en 2013 sí ha habido paga extra para todos los empleados públicos y que los ingresos de la Seguridad Social están acusando la caída de la recaudación por cotizaciones; aunque es cierto que parece que este año, a diferencia del pasado ejercicio, la previsión de déficit de la Seguridad Social parece estar bien calculada. Evidentemente, solo podría salvar o maquillar el dato agregado, es decir el déficit total, un improbable superávit muy considerable de las corporaciones locales.

El Gobierno ha abogado casi exclusivamente por subir los impuestos a los que ya los pagan

Por último, aunque no se han hecho públicos los datos de devoluciones, estas muy probablemente serán superiores a las solicitadas en 2012. En primer lugar, por el avance de las exportaciones. Cuando una empresa exporta, la operación está exenta y la empresa pide la devolución de todo el IVA que ha soportado en la adquisición de los productos. En segundo lugar, un aumento de los tipos de este impuestos no sólo da a lugar a más recaudación, sino también a que las devoluciones sean superiores ya que los empresarios soportan un IVA superior. La propia Agencia Tributaria ha calculado este importe de mayores devoluciones por la subida de tipos en 1.867 millones de euros. Además, en julio de 2013, las empresas solicitaron también unos 2.500 millones de euros adicionales por el aumento de los pagos a cuenta del impuesto de sociedades de 2012, que ahora hay que devolver. Todo esto hará que la recaudación apenas sea superior en 2013 de lo que fue en 2012 en términos de contabilidad nacional pese a todas las subidas de impuestos. Hay algo más de recaudación bruta, pero también mayores devoluciones. En los presupuestos se había previsto una subida de 7.000 millones de euros, que con seguridad no se alcanzará.

Si todo esto ya parece oscuro, ahora entramos en el periodo de máxima oscuridad porque los informes de déficit y recaudación de diciembre no se harán públicos hasta marzo. Después de muchísimos sacrificios, empresas y familias empezaban a vislumbrar un horizonte más esperanzador. Sin embargo, la falta de control de las cuentas públicas puede volver a complicar las cosas. Especialmente, porque los problemas de gasto como la duplicidades, la falta de control, y sobre todo, la falta de ejemplaridad no se han atajado. Desde el punto de vista de la recaudación, se ha incidido casi exclusivamente en subir los impuestos a los que ya los pagan. En cambio, la receta debería incidir en aumentar las bases imponibles a través de la potenciación de la conciencia fiscal, dedicar más medios a la lucha contra el fraude, e incrementar la coherencia de las normas fiscales para que realmente formen un sistema digno de ese nombre. Está casi todo por hacer.

* Francisco de la Torre Díaz es inspector de Hacienda y autor de El Precio de la Civilización. Impuestos y fraude en España, próxima publicación en editorial Debate.

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