Una revista de decoración en vivo

Como en los programas de televisión que le renuevan a uno la vivienda, cada año Casa Decor cambia por completo el aspecto de un edificio singular inhabitado o abandonado, que pasa a ser decorado por firmas punteras del panorama nacional. En 2013 fue el antiguo edificio de la Embajada Británica en Madrid el que sufrió el cambio radical, y aún está por desvelarse qué inmueble madrileño acogerá Casa Decor 2014.

Pero la empresa no se dedica al sector inmobiliario. Casa Decor organiza exposiciones de decoración e interiorismo en un formato casi único, en el que los consumidores finales pueden ver y tocar los productos y los diseños en el contexto en el que van a ser utilizados, como destaca Luis Sánchez de Pedro, su consejero delegado. Una vez elegido el edificio donde celebrarán la exposición, alquilan espacios del mismo a firmas de decoración e interiorismo y les dan total libertad para exponer sus creaciones. Habitaciones para vivienda, suites de hotel, comedores para restaurantes...

Los decoradores exponen, pero también las marcas. “Nos ganamos la vida siendo un punto de unión entre profesionales y empresas del sector”, apunta Sánchez de Pedro. Porque para una marca “tampoco es lo mismo” exponer —por ejemplo— su último avance en domótica en un pabellón de feria, donde los competidores muestran cosas parecidas, que hacerlo en una casa de verdad, decorada por interioristas reconocidos y que el usuario pueda comprobar su funcionamiento en el entorno en el que está llamado a estar. “El mensaje tiene mucha más eficacia y fuerza aquí”, asegura el ejecutivo de la compañía. Y también atrae a otras marcas que no son de decoración. “Una firma de moda pidió que un diseñador creara un vestidor en el que exponer sus modelos, varias marcas de coches han expuesto en el edificio...” evoca Sánchez de Pedro.

En definitiva, Casa Decor organiza el escenario y lo pone a punto para que los profesionales y las empresas puedan exponer en él. Y también aporta el reconocimiento de la marca propia y toda la visibilidad en comunicaciones y eventos paralelos que se celebran en la casa, como talleres, ruedas de prensa, exposiciones...

Desde que la idea, prácticamente sin parangón en Europa, surgiera en 1992 en un antiguo convento en Madrid, la empresa ha evolucionado mucho. Al calor del boom inmobiliario español, Casa Decor vivió sus mejores años entre 2006 y 2009, para después sufrir los efectos del pinchazo. Ahora factura anualmente en torno al millón y medio de euros, cerca de la mitad de lo que ingresaba en aquellos “años gloriosos”, como los define su actual dirigente. En respuesta a esa caída —“sobre todo porque las marcas tienen menos para gastar en anunciarse”— han conseguido rebajar mucho los gastos —“aunque hemos mantenido precios”— y presentar así un balance equilibrado.

“Hemos tenido que cambiar el enfoque”, admite Sánchez de Pedro. Ahora se centran en su actividad principal y han dejado de celebrar dos exposiciones, una en Barcelona y otra en Madrid, para centrarse en una sola en la capital. Y, como la mayoría de las empresas españolas, han abierto el camino de la internacionalización. “Nos queda mucho por recorrer”. De momento trabajan con dos exposiciones similares en Brasil y Argentina, y se preparan para aumentar su visibilidad en Europa. “Aunque también dependerá de la recuperación del mercado español que firmas europeas quieran venir aquí”, indica Sánchez de Pedro mientras se prepara para la próxima edición en mayo.