¿Cómo será 2014? Veamos 2013
Al hacer balance del año que termina resulta que el crecimiento global ha sido menor de lo esperado. En enero pasado, BBVA Research esperaba que el PIB mundial creciera el 3,6% y el 4,1% en 2013 y 2014, respectivamente, cifras que ahora están medio punto por debajo. Con todo, es una expectativa positiva si se tiene en cuenta que hubo una recesión mundial en 2009; que la segunda economía del mundo, China, está testando los límites de su modelo actual de crecimiento, y que la tercera, el área del euro, repitió recesión en 2012 y está también en un proceso de cambio institucional.
Los bancos centrales fueron determinantes para evitar el colapso mundial en 2009, la ruptura del euro en 2012, o ya en 2013 han sido clave para la mejora de las perspectivas de Japón, el fortalecimiento de la moneda europea o la modulación del crecimiento chino, intensivo en crédito. Así, el modo en el que la Reserva Federal de Estados Unidos vaya dosificando la salida de los excepcionales apoyos dados influirá en los mercados financieros y estos en el gasto de familias y empresas, y en el margen de actuación del sector público. Entonces, uno de los riesgos del panorama global es el de errores de implementación en la salida de los impulsos monetarios y de liquidez.
En lo que se refiere a la otra política con impacto en el corto plazo, la fiscal, hubo noticias positivas en Estados Unidos y en la eurozona. Los legisladores norteamericanos han pasado de llegar al final de la cuenta atrás —sobrepasándolo incluso— para llegar a acuerdos sobre ingresos, gastos y endeudamiento, a tener ya un acuerdo que elimina la perspectiva de impago de deuda para 2014 y 2015. En la eurozona, las autoridades han pasado de enfatizar el cumplimiento de objetivos inmediatos de reducción del déficit a insistir en medidas orientadas a la sostenibilidad de la deuda a medio plazo. A ello ha contribuido la mejora de las condiciones de acceso al mercado en un proceso iniciado con el “lo que sea necesario” de Draghi en julio de 2012, pero en todo caso es un soporte para el crecimiento a corto plazo.
Las economías emergentes seguirán creciendo más que las desarrolladas en un entorno financiero menos favorable, en el que el acceso a la financiación tendrá mucho que ver con sus características domésticas. Pero la novedad más relevante en los mercados emergentes fue el anuncio de las autoridades chinas de un amplio plan de reformas para dar al mercado un papel decisivo en la asignación de recursos. El escenario económico mundial dependerá tanto o más de cómo se produzca el viraje chino hacia más mercado y más consumo que de la gestión de las políticas de demanda de las economías desarrolladas y desde luego el impacto irá más allá de 2014.
J. Julián Cubero es economista jefe de Escenarios Económicos de BBVA Research
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