UGT acepta dejar de impartir cursos de formación
La organización sindical cree que "hay que dar la vuelta como un calcetín" al sistema de formación laboral
Las organizaciones sindicales se encargan de la formación de los obreros desde hace más de 125 años. En las casas del pueblo se ofrecían cursos para mejorar la cualificación de los trabajadores desde principios del siglo pasado. Pero el Gobierno plantea ahora limitar el papel de los sindicatos en la formación.
UGT no da muestras de que le preocupe demasiado este nuevo planteamiento. "La duda que ha sembrado en los últimos tiempos nos han hecho mucho daño", admitió ayer la secretaria de Formación de UGT y presidenta del Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES), Teresa Muñoz. El sindicato considera que si esta posición sirve para despejar la "sombra de duda" sobre su financiación [la federación andaluza se ha visto salpicada por acusaciones sobre la utilización irregular de estos fondos para financiarse] están dispuestos a renunciar a la impartición de cursos financiados con subvenciones directas.
"No tenemos necesidad de gestionar la formación", remachó ayer Muñoz quien, no obstante, reivindicó el papel de las organizaciones sindicales: "No vamos a renunciar a una labor propia del sindicato como es el diseño y la planificación de las políticas de formación".
Muñoz explicó que se están negociando con el Ejecutivo y la Patronal los quintos acuerdos nacionales de formación para el Empleo. El convenio vigente es una prórroga del firmado en 2010 que a su vez es una derivada de los primeros acuerdos de 1993. "El modelo necesita que se le dé la vuelta como un calcetín", dijo Muñoz que reclamó un papel más destacado de los centros públicos y que "todo lo que se recauda por la Seguridad Social para formación tiene que ser asignado por competencia".
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