Otros proyectos que iban de farol
Los planes para abrir dos templos del juego en Los Monegros y Ciudad Real nunca se desarrollaron
Se anunciaron en su día a bombo y platillo. Iban a ser grandes complejos de ocio y juego que activarían la vida económica de zonas desérticas o poco pobladas de España. Pero, como ha pasado con Eurovegas, tanto el proyecto Gran Scala en Los Monegros (Aragón) como el Reino de Don Quijote, en Ciudad Real, acabaron en fiasco: proyectos fantasma que murieron antes de nacer.
Gran Scala era el rimbombante nombre del parque de ocio y juego que iba a albergar la localidad de Ontiñena (Huesca), con 650 habitantes, en la zona desértica de Los Monegros. International Leisure Development (ILD), con sedes en Londres y Cardiff, prometía en 2007 la construcción de 32 casinos, parques temáticos, hoteles con capacidad para 25.000 clientes, 250 tiendas... Preveía destinar 17.000 millones y crear 65.000 puestos de trabajo.
Desde un primer momento, Gran Scala contó con el apoyo de las instituciones de Aragón, empezando por Marcelino Iglesias, entonces presidente de la región, hasta el líder del partido que le había dado el Gobierno, José Ángel Biel (Par), principal impulsor del proyecto. Para contentar a los promotores, el Parlamento aragonés aprobó la Ley de Centros de Ocio de Gran Capacidad, según la cual, un consorcio, en forma de Consejo de Administración, pasaba a gobernar los destinos de las localidades afectadas por el proyecto.
ILD firmó las opciones de compra y pagó a los propietarios entre el 4% y el 10% del valor de las parcelas. Pero el proyecto naufragó definitivamente en febrero de 2012 al no ejercerse la opción de compra que los promotores tenían sobre los terrenos sobre los que iba a desarrollarse.
El Reino de Don Quijote fue presentado en 2005. La compañía estadounidense Harrah’s Entertainment elegía Ciudad Real para su primer casino en Europa, que se iba a convertir en una auténtica Las Vegas europea. En torno al casino se alzaba un complejo que contaría con un hotel de cinco estrellas y 812 habitaciones, un centro de convenciones para 2.000 personas, un teatro con 3.000 localidades, un spa de 7.500 metros cuadrados y 9.000 viviendas. Se habló de inversiones de 6.500 millones de euros en 15 años, 7.000 empleos directos en Ciudad Real y 11.000 indirectos en el resto de Castilla-La Mancha.
La situación empezó a complicarse con el estallido de la crisis económica en 2008. Ese mismo año, sin que se hubiera puesto ni una piedra del supuesto macrocomplejo de ocio, Harrah’s Entertainment anunció que suspendía toda su inversión por la falta de financiación. Ese fue el inicio de una serie de problemas y, en diciembre de 2011, la sociedad Reino de Don Quijote entraba en concurso de acreedores. Su presidente, Sergio Álvarez, admitió en ese momento que la compañía tenía “falta de liquidez total”, pero que solicitaba el concurso con el ánimo de revitalizar el proyecto.
Queda por ver qué pasa con el único proyecto que sigue en pie: el macroresort de turismo, juego y negocios BCN World, vendido en su día en Cataluña como respuesta al no de Eurovegas. Existen dudas sobre su viabilidad, aunque en una entrevista reciente su presidente, Xavier Adserà, aseguraba que las inversiones para la primera fase están aseguradas y las obras podrían arrancar en el primer semestre de 2014.
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