La troika expresa su preocupación por la falta de rentabilidad de la banca
En su quinta visita, los expertos reclaman al sector que busquen negocio recurrente para estabilizar los márgenes y que eviten las guerras de precios
Entre los banqueros es el tema más recurrente: cómo conseguir ingresos recurrentes en el negocio para lograr una rentabilidad aceptable. Y los inspectores de la troika —formada por la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)— han puesto en el dedo en la llaga.
El lunes pasado llegaron a España los hombres de negro y han mantenido reuniones con las autoridades (Banco de España y Tesoro) y los principales grupos bancarios. Este jueves cierran las citas con el Banco BMN y Ceiss (Caja España-Duero).
Según ejecutivos presentes en las reuniones, los expertos europeos no han insistido tanto en las necesidades de capital ni en las provisiones, como sucedió en la visita anterior. Esta vez la estrella en los debates, sobre todo para los bancos que solo trabajan en España, ha sido la búsqueda de ingresos recurrentes. Los hombres de negro abordaron el asunto de los márgenes financieros, sus perspectivas y evolución futura, así como las posibles guerras de precios. En su opinión la banca no debería regresar a la lucha por los depósitos con grandes ofertas, en coincidencia con las recomendaciones del Banco de España. Su consejo ha sido que las entidades busquen costes financiaron razonables, lo que incluye que tampoco tiren los precios de los créditos. Incluso se abordó, en algunos casos, el control de los costes generales.
“El próximo ejercicio va a ser muy duro. Peor que éste, sobre todo para los que solo tienen su negocio en España. Las preocupaciones de la troika son razonables”, apunta un ejecutivo del sector que pide el anonimato.
La mecánica habitual en estas reuniones es que la troika envíe un informe con antelación en el que incluye las principales cuestiones que quieren discutir. Las entidades realizan una presentación basándose en ese guión. En esta ocasión, los hombres de negro dijeron que mantenían el cuestionario de la cuarta visita pero lo ampliaban con tres puntos: opiniones sobre los créditos fiscales diferidos (DTA por sus siglas en inglés), “y su impacto en la capitalización”; visión sobre el próximo examen de análisis de calidad de activos (AQR), que se realizará a principios de 2014 y, por último, un tema vidrioso: “Previsiones de la política de dividendos para el 2014”.
La troika es consciente de la delicada situación del sector. La mayor parte de los resultados de 2013 se han conseguido con operaciones extraordinarias. Entre ellas destaca la compra de deuda pública española que ofrece alta rentabilidad y que se financia con el dinero barato prestado por el BCE. Esta operativa, denominada carry trade, ha hecho que los beneficios de operaciones financieras se dupliquen entre junio de 2012 y junio de 2013. Sin embargo, el margen financiero, que responde al negocio típicamente bancario, ha descendido un 11% en el mismo periodo. Las entidades también han ganado mucho dinero vendiendo participaciones industriales y gestoras de fondos. Estos negocios son “pan para hoy y hambre para mañana”.
La troika sabe que 2014 será aún peor que este año porque la bajada de tipos de interés del BCE repercutirá en los márgenes y, sobre todo en las hipotecas. La banca tiene 582.000 millones en préstamos hipotecarios cuya rentabilidad irá decayendo a medida que el euribor se sitúe en paralelo con el tipo oficial. Según los expertos, el índice caerá del 0,50% al 0,30%, excepto en las entidades con cláusulas suelo. Si, además, esto se une a que el volumen de crédito desciende, el panorama de los ingresos no es halagüeño. Esta es una de las vulnerabilidades que ya ha destacado el FMI en ocasiones anteriores, por no citar los efectos de la subida de la morosidad fruto del paro prolongado. La troika sigue preocupada porque sabe que mientras la banca sea vulnerable no regresará el crédito.
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