Una emprendedora que viste flamenco
Pilar Vera pone la moda andaluza en la calle y en las fiestas de los famosos
Nadie, ni siquiera la misma Pilar Vera, podía saber lo que iba a ser de su vida cuando de niña correteaba en el taller de costura de su madre. Hoy, además de ser presidenta de la Asociación de Diseñadores de Moda Flamenca de Andalucía, dirige un taller de costura y diseño (“una empresa familiar”) del que han salido vestidos con destino a los más diversos rincones del planeta: México, Londres, Tokio… y hasta para una fiesta que el empresario inglés sir Philip Green, dueño de Topshop, celebró en Cancún y para la cual el taller de Pilar Vera recibió un encargo de 200 vestidos.
Desde sus instalaciones en Umbrete (Sevilla), la diseñadora explica la intrahistoria de este peculiar encargo: “Hace dos años vino a mi taller la mujer de Philip Green, quería dar una fiesta temática en Cancún para celebrar el 60º cumpleaños de su marido. Entre los invitados, Kate Moss, Naomi Campbell y la directora de Vogue USA, a las que también hice el vestido”. Pilar Vera cuenta cómo “la señora Green vino varias veces en su avión privado para ver cómo iba un trabajo con el que estuvimos un año”.
Trabajando en un sector como el de los trajes de flamenco, “al que la crisis ha afectado mucho, aunque haya llegado más tarde que a otros”, Pilar ha tenido que redimensionar su negocio. “Antes teníamos pedidos durante ocho meses al año y ahora solo durante tres. Eso nos llevó, por ejemplo, a tener que cerrar la tienda de Sevilla, de la que, con 7.000 euros de gastos fijos al mes, tan solo obteníamos beneficios los tres meses al año en que ahora se vende”, recuerda. Además, “tampoco podemos contar con esos cuatro o cinco vestidos que, por ejemplo, nos encargaba la mujer del contratista. Aquello no era normal”, dice.
Perfil y proyectos
Autodidacta, a Pilar Vera no le avergüenza decir que es costurera. Estudió arte dramático y canto. Obtuvo el Premio a la Mejor Colección en el Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF) y dirige
su propio taller familiar.
El taller de costura de Pilar Vera tiene previsto potenciar su presencia
en las redes sociales y comercio electrónico. Crecer en el mercado exterior, especialmente en México y el sur de Estados Unidos.
La emprendedora es consciente de que en tiempos de vacas gordas, su propio taller hizo gastos en material que se podía haber ahorrado. “Siempre estábamos comprando género, así que al final, una buena parte de aquel material, de excelente calidad, se quedó sin utilizar. Ahora, cuando hemos tenido que mirar para dentro, tenemos la oportunidad de aprovecharlo y disfrutarlo”. Donde no entró Pilar Vera fue donde sí lo hizo la competencia: en la externalización de la manufactura de los trajes o los trabajos low cost.“Nosotros confeccionamos todo dentro del taller, pues sabemos que se nota mucho cuando un traje se ha hecho en China. Aunque lo estuvimos analizando, tampoco hemos entrado en el low cost, en trabajar con una segunda marca. La gente quiere nuestra ropa porque garantizamos calidad, un modo de trabajar. Evidentemente, ofreciendo un bajo coste habríamos tenido que rebajar la calidad, algo que finalmente decidimos que no debíamos hacer”.
Sentada en su taller, un agradable y tranquilo espacio en el que las costureras hacen su labor entre trajes en elaboración, de coloristas tejidos, patrones y material de trabajo de costura, la empresaria define lo que cree el secreto de su trabajo: “Hacemos lo que nos gusta de la mejor manera que sabemos. Miramos veinte veces un traje antes de darlo por acabado. Además, tenemos la ventaja de saber que la calidad nunca va a pasar de moda”, dice.
Enamorada de la tradición, Pilar Vera también ha sabido darle a su negocio un perfil moderno que le ha llevado a recibir premios a la innovación. “Estamos muy presentes en las redes sociales; tenemos una tienda online que vamos a potenciar; contesto personalmente a los correos electrónicos. Las redes sociales nos dan mucha visibilidad y yo he creído en ellas desde el principio. Y veo los resultados”. El esfuerzo innovador de este taller no acaba ahí. “Hemos renovado la línea de los trajes de flamenco de toda la vida para que puedan ser vestidos de una forma regular en fiestas, eventos, incluso en la calle”, sostiene. Así es como Pilar Vera quiere sacar sus colecciones fuera de España y que se vistan lejos del ambiente típicamente andaluz, “algo que ya hacemos, pues un 20% de nuestro negocio procede del vestuario de bodas. Seguramente, si tuviéramos más apoyo de las administraciones, todo sería más fácil… pero no nos vamos a rendir”.
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