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Los fondos exigen transparencia en la subasta de NCG

Recelan de que la opacidad en la privatización beneficie a los bancos

Íñigo de Barrón
Edificio de Novacaixagalicia en Santiago de Compostela.
Edificio de Novacaixagalicia en Santiago de Compostela.ANXO INGLESIAS

La privatización de Novagalicia Banco (NCG) es un proceso diferente de todos los anteriores. Por primera vez se han presentado fondos de inversión internacionales con verdadera vocación de llegar hasta el final y adquirir el banco. Estos nuevos actores exigen el máximo de transparencia en el proceso y así se lo han hecho llegar a los responsables del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), al Banco de España, al Ministerio de Economía y a las autoridades europeas.

Están convencidos de que si hay opacidad en el proceso serían ellos los perjudicados. Fuentes de estos inversores no bancarios han mostrado su preocupación porque todo quede en manos de las entidades financieras, ya que no hay nada que obligue al FROB a dar publicidad al proceso.

Sin embargo, la publicidad inicial en este tipo de subastas es un arma de doble filo. Ejecutivos de bancos de inversión que han participado en otros procesos (pero que no están aquí involucrados) indican que "ocultar quienes están interesados en comprar una entidad es una práctica habitual y, además, es la mejor para crear tensión entre los compradores y forzarles a que mejoren su oferta". Por otro lado, admiten que existe el problema de que los propios participantes exigen al vendedor, en este caso el FROB, que no revele su identidad. Lo que buscan es evitar el desgaste de aparecer ante el mercado como perdedores. El FROB es consciente de que no está vendiendo joyas por las que hay una pelea encarnizada, así que tiene difícil no aceptar estas exigencias.

Expertos aconsejan que el FROB haga públicas las ofertas tras la venta

Fuentes del FROB rechazan toda acusación de oscurantismo y recuerdan que su actuación es equitativa con todos los participantes en cuanto a la distribución de información. "Además, nuestras decisiones están sometidas a la vigilancia del Tribunal de Cuentas, la Intervención General del Estado y al Parlamento", señalan, si bien la comparecencia parlamentaria es a puerta cerrada.

En la nota pública del martes pasado en la que se daba por comenzado el proceso de privatización no aparecían los nombres de las entidades que habían sido admitidas para realizar una oferta vinculante el 13 de diciembre. Los bancos interesados son Santander, BBVA, CaixaBank y el venezolano Banesco, y entre los fondos que apuestan por la entidad gallega están Guggenheim, WL Ross y J.C. Flowers.

En opinión de algunos directivos de fondos, no sería una buena señal para el sistema financiero español que la resolución del proceso fuera oscura y recuerdan que están en juego los 9.050 millones que los contribuyentes han colocado, a través del Estado, en el capital de Novagalicia. En su opinión, la participación de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) es un factor que juega a su favor.

El Estado, tras meter 9.050 millones en Novagalicia, quiere minimizar pérdidas

El FROB ha diseñado un sistema de subasta que intenta minimizar las pérdidas del Estado. El fondo de rescate solo dará por cerrado el proceso este 13 de diciembre si alguna oferta le parece suficientemente alta. Pero si ninguna de ellas "es sustancialmente más favorable que el resto", las tres entidades que presenten mejor oferta en esa primera fase, están obligadas a presentar una nueva propuesta, que mejore la anterior.

Diferentes expertos consultados coinciden en señalar que, en virtud de la enorme cantidad de dinero púbico que hay en juego, el FROB podría elevar la transparencia sin perjudicar a la subasta publicando a posteriori todas las ofertas recibidas, aunque fuera sin los nombres de las entidades. De esta forma, se evitarían las especulaciones ocurridas con la venta del Banco Gallego, que quedó en manos del Sabadell con más de 300 millones de euros de dinero público, y del Banco de Valencia, que fue adquirido por CaixaBank tras recibir 5.500 millones y otros 180 millones de euros posteriores.

Las autoridades españolas sostienen su buena actuación con documentos de Bruselas en los que se afirma que era más caro la liquidación de estas entidades que las ayudas públicas que se inyectaron, pero no es suficiente. Ahora los fondos piden el máximo posible de luz y taquígrafos porque han dedicado muchos recursos y no quieren convertirse en liebres para los bancos, es decir, señuelos para que el FROB logre mejores ofertas de las grandes entidades, sin oportunidades reales de que les vendan NCG. "La transparencia es buena para todos, incluidos los contribuyentes", insisten desde los fondos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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