El Fondo plantea extender a 2014 el límite al dividendo en efectivo en la banca
Aconseja que se de más poder al Banco de España para condicionar el reparto de beneficios Exige ligar el tratamiento de créditos fiscales como capital a otras vías para reforzar la solvencia
El cuarto informe del Fondo Monetario Internacional sobre la situación de la banca española tras el rescate europeo, distribuido este viernes, ensalza que se ha adoptado "todas las medidas exigidas para aumentar el capital" de las entidades. Pero, al mismo tiempo, muestra su preocupación porque el exceso de capital (acciones, reservas o participaciones preferentes) del sector sobre el mínimo requerido por la Autoridad Bancaria Europea (un 9% de los activos ponderados por riesgo) "no es muy amplio" en, al menos, un tercio de las entidades. Sobre todo, cuando anticipa que la precaria situación de la economía española, apenas salida de la recesión, exigirá más provisiones para cubrir créditos dudosos (aunque a menor ritmo que en años precedentes). Y porque advierte que parte de la mejora en el ratio de capital (11% de media hasta junio) se debe a la reducción del crédito, en definitiva, de los activos con los que se hace la comparación.
Los técnicos del Fondo plantean que, en la medida de lo posible, los bancos aprovechen la mejora de la percepción de los mercados sobre España, para ampliar su capital mediante "un aumento de la emisión de acciones" en Bolsa. Pero sobre anima a continuar con las "medidas de reducción de costes" y con la restricciones establecidas en la remuneración a directivos y en el reparto de dividendos en efectivo. La petición del FMI ya llevó al Banco de España a recomendar, en junio, a las entidades a limitar el pago de dividendos en efectivo al 25% de los beneficios de este año, por lo que aún está por ver la incidencia de esta propuesta. "Sería útil extender esa recomendación a 2014", plantea ahora el Fondo, que aconseja incluso "reforzar los poderes del Banco de España para limitar la distribución del dividendo", más allá de lo que implica "hacer simplemente una recomendación" y contrarrestar así las reticencias de las entidades.
El sector ya acogió con malestar la recomendación de 2013, que también recetaba cautela en el reparto de dividendos en forma de acciones, ante la evidencia de que muchas entidades optaron por mantener el nivel de retribución a los accionistas en 2012 muy por encima de lo que se desprendía de la evolución de los beneficios.
El informe del Fondo aplaude los cambios en el sistema de supervisión del Banco de España para reforzar el seguimiento de las entidades de cara a las nuevas pruebas que harán el Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea en 2014. También apoyan los esfuerzos por aflorar créditos refinanciados dudosos, que obligan a aumentar en, al menos, 5.000 millones de euros las provisiones. Y da su respaldo a la iniciativa del Gobierno para avalar una parte de los créditos fiscales (entre 18.000 y 31.000 millones) que tienen las entidades, de modo que sigan contando como capital. Aunque con condiciones: quiere que, en la legislación que se desarrolle para amparar esta iniciativa, se ligue la concesión del aval público al compromiso de las entidades para encontrar nuevas vías de reforzar la solvencia. Aquí volverían a entrar en juego los dividendos, que se limitarían por un periodo más amplio (en el informe se sugieren tres años).
El análisis del Fondo destaca la importancia de este medida para el sector, habida cuenta de que estos créditos fiscales suponían, a medidados de junio, cerca del 40% del capital de las entidades españolas, la proporción más alta de la banca europea. Entre los principales bancos europeos con mayor peso de créditos y activos fiscales en el capital, cinco son españoles, con cuatro ocupando los primeros lugares (Bankia, Sabadell, Santader y CaixaBank, mientras BBVA es el séptimo). Los créditos fiscales que seguirían siendo tratados como capital gracias al aval del Estado son, fundamentalmente, los relacionados con las provisiones hechas para cubrir el riesgo de impago de créditos que aún no son morosos, que serían deducibles en el futuro. Pero no las pérdidas de ejercicios anteriores que servirían para compensar beneficios a efectos del pago de impuestos en años posteriores.
Más crédito en banca intervenida
Los técnicos del FMI subrayan que el crédito de la banca a empresas y hogares experimenta "una de las más rápidas contracciones entre las economías avanzadas", con un descenso anual que rondaba el 7% en septiembre. El Fondo achaca ese recorte, y el endurecimiento de las condiciones (mayores intereses) respecto a otros países de la zona euro, a "una combinación de factores en la demanda y en la oferta" de préstamos, relacionados con la recesión y las dificultades de la banca.
Además, el FMI añade otro factor, ligado a las consecuencias del rescate. Según los datos suministrados por la banca en los dos últimos trimestres, son los bancos no intervenidos las que se han quedado por debajo de lo previsto por el Banco de España y el FMI, mientras las entidades intervenidas "han mantenido la oferta de crédito muy cerca de los topes incluidos en sus planes de reestructuración".
"Aunque son datos que deben interpretarse con cautela, apuntan al riesgo de que los bancos no intervenidos pueden no ser capaces de compensar el descenso en la provisión de crédito ligado al rápido desapalancamiento que se exige a las entidades intervenidas en sus planes de reestructuración", advierte el FMI, que recomienda revisar esos planes para evitar que restrinjan "de forma innecesaria" el crédito, siempre que sea compatible con la meta de devolver esos bancos "a la viabilidad".
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