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Boda entre los ‘gigantes de las latas’

A Crown, líder mundial de envases metálicos, le atrajo la firma murciana Mivisa que produce rápido y reduce costes al acercar la materia prima al cliente

Almacén de envases de conservas de Mivisa en Torres de Cotillas (Murcia)
Almacén de envases de conservas de Mivisa en Torres de Cotillas (Murcia)Pepe Olivares

Los secretos que guarda una lata de conserva se descubren en Las Torres de Cotillas, una localidad de más de 20.000 habitantes ubicada a pocos kilómetros de Murcia, en la que todos los vecinos conocen muy bien Mivisa, una empresa de envases metálicos para alimentos, con más de mil empleados y 40 años de historia. “Es la más fuerte y la mejor”, asegura la camarera de un bar de la carretera a Mula.

Y no es para menos. Mivisa es líder mundial en la fabricación de tapas abre fácil, con una producción anual de 6.000 millones de tapas con anilla, y es la tercera firma europea en fabricación de latas alimentarias (4.300 millones de unidades cada año). Su facturación el año pasado rondó los 600 millones de euros.

Con estos resultados, ahora, el gigante del sector Crown Holdings, líder mundial en la fabricación de latas de conservas (149 fábricas en 41 países diferentes y 22.000 empleados), ha decidido dejar de competir con Mivisa y ha comprado la empresa murciana por 1.200 millones de euros. La operación está pendiente de que el Tribunal de la Competencia la autorice.

“Somos más eficientes que el resto, y en resultados somos los mejores”, admite con cierto orgullo Tomás López, consejero delegado de Mivisa que acumula 33 años de experiencia en esta empresa familiar que fundó en 1972 por Miguel Vivanco. De ahí su nombre Mivisa (Miguel Vivanco S.A). En aquellos años, la fértil huerta de Murcia daba trabajo a decenas de empresas conserveras que se dedicaban a la exportación de verduras y hortalizas en botes y latas.

La empresa facturó 600 millones al año y fabrica 4.300 millones de botes

Mivisa empleaba entonces a 1.500 trabajadores y la fábrica estaba en el centro de Murcia. Pero todo cambió cuando la familia Vivancos, en diciembre del 2001, vendió la empresa por 200 millones de euros a un capital riesgo, Suala vinculado Ana Botín, quien cedió el 50% a PAI, otra empresa de capital riesgo francés, y en 2005 se vendió por 500 millones de euros a CVC, y en 2011 se volvió a vender por 900 millones a Blackstone y N+1. “Todas estas empresas de capital riesgo nos han dejado trabajar con libertad, con profesionalidad y han favorecido la expansión internacional de la compañía”, asegura López, cuyo grupo tiene ahora fábricas en Murcia, La Rioja, Asturias, Galicia, Extremadura y Sevilla.

La empresa a partir de 2007 se lanzó a la conquista del mercado internacional y abrió plantas en Holanda, Marruecos y Hungría, este año se estrenaron en Perú y está previsto abrir otra planta en Ghana, y el próximo año dar el salto a Francia.

La compra de Mivisa por parte del gigante Crown es “altamente beneficiosa” para la firma murciana porque se garantiza la continuidad de toda la plantilla (2.000 trabajadores en España) y su sede permanecerá en la actual ubicación, Murcia. “Somos dos empresas privadas muy potentes que se dedican a lo mismo, y ahora dejamos de competir para mejorar las dos, e ir juntas de la mano”, admite López.

López: “Si uno compra algo que va mejor que él no es para hundirlo”

Pero cuál es el secreto del éxito de Mivisa. “Somos más eficientes y logramos mejores resultados que el resto”, asegura López. Pero ¿por qué? ¿Cómo es posible que un gigante como Crown que es líder mundial, con 22.000 operarios, haya optado por adquirir a su principal competidor? Tomás López contesta: “Porque aquí venimos a trabajar, conocemos el mundo de la lata desde hace muchos años, y todo lo que hacemos es de puertas adentro”.

Pero hay más motivos. La plantilla de la empresa es liviana, los trabajadores justos para el trabajo previsto, que se organiza en tres turnos desde las seis de la mañana durante todo el día siempre y cuando haya pedidos. En la planta de Murcia, que tiene 200.000 metros cuadrados, trabajan 1.080 empleados, en España hay 2.000 y en todo el grupo 2.300 en total.

Pero los secretos inconfesables que han permitido a este grupo esquivar la crisis y mantenerse cuando otros muchos han cerrado son dos fundamentales: la automatización del proceso de producción, que les permite ser los más rápidos, y transportar la hojalata tratada y las tapas preparadas y listas hasta las plantas que están más próximas al cliente. “En los botes vacíos viaja aire, sin embargo, las planchas o las tapas son muy fáciles y rentables para viajar”, desvela López, que en cada camión lleva 2,5 millones de tapas a cualquier de sus plantas repartidas por media España.

La clave del éxito está precisamente en haber implicado durante años a empresas de la zona para diseñar y mejorar las técnicas hasta lograr poner en marcha unas máquinas más eficaces (ahora son capaces de producir entre 2.200 y 3.200 tapas por minuto), y luego transportan todo el material preparado (las planchas de hojalata barnizadas, cortadas y lacadas, así como las tapas con su abre fácil preparado) a una planta de montaje próxima al cliente que se encargará de meter el producto a comercializar en el bote. “El ahorro que logramos con todo esto se lo damos al cliente, no nos lo quedamos”, afirma el consejero delegado, mientras supervisa la fábrica de Murcia, que dispone de las mejores máquinas para coger una plancha de hojalata, y rápidamente, convertirla en tapa perfecta o en bote de conserva ideal.

Ha mejorado las técnicas hasta lograr máquinas más eficaces  que son capaces de producir entre 2.200 y 3.200 tapas por minuto

John Conway, presidente de Crown Holdings, reconoció tras la compra que Mivisa es “incluso mejor que nosotros”. En su intervención, el directivo ponía a la empresa murciana por las nubes: “Es un productor de alta calidad, con un coste muy bajo y fábricas de última generación muy eficientes”.

En el año 2001 el grupo Mivisa facturó 180 millones de euros y el año pasado rondaron los 600 millones. Tomás López se muestra tranquilo ante el desembargo de Crown: “Si uno compra algo que va mejor que su negocio lo lógico es que se respete como se trabaja y no lo hunda, nosotros tenemos un modelo de negocio diferente que ellos están dispuestos a exportar”. Ahora los dos gigantes del mundo de la lata caminan juntos para seguir creciendo y seguir alimentando a millones de familias.

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