La fragmentación bancaria enquista la crisis de la eurozona
El FMI elogia la habilidad de España de avanzar en varios frentes de la crisis a la vez
La facilidad de financiarse, pidiendo dinero a inversores o a bancos, ha divido a Europa en dos partes y es unos de los principales problemas por los que la zona euro no logra salir del atasco. El director del departamento de Europa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Reza Moghadam, lamentó que “el crecimiento del crédito es anémico o incluso sigue cayendo este año” y advirtió de la enorme brecha que supone la fragmentación financiera entre las pymes europeas en función del país al que pertenecen.
Un informe publicado en el marco de la asamblea anual del FMI de la patronal bancaria mundial ha puesto número a este clamor: en los últimos cinco años la concesión de nuevos créditos a pymes ha caído en torno a un 66% en España o un 45% en Portugal, aunque el récord se lo ha llevado Irlanda con un descalabro del 82%. Además, el coste de estos préstamos entre la periferia y el corazón de la eurozona puede llegar a duplicarse, según los datos recogidos en el estudio elaborado por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, en sus siglas en inglés) junto con la consultora Bain.
“La política de transmisión monetaria es un problema para las pymes”, reconoció Moghadam, ya que la mejora de los mercados financieros y los bajos tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo (BCE) no se está traduciendo en más crédito para empresas y familias en los países con más problemas. “Es un problema serio sobre todo para los países que más necesitan bajos tipos”, dijo, como España, Italia o Portugal.
Para el FMI, la consecución de la unión bancaria en la zona euro resulta clave para solventar estas dos Europa. El responsable del Fondo destacó la mejora del último año y medio, si bien destacó que el desempleo continúa "inaceptablemente alto”. "Las tensiones financieras han declinado, la recuperación está repuntando, pero es frágil y débil, y los desafíos que se prevén son enormes", recalcó.
En este contexto, España se llevó buenas palabras, ya que puso al país como ejemplo de habilidad de manejar varios frentes a la vez, “como un cubo de Rubik”, dijo Moghadam. “Si mira cómo estaban hace 18 meses, han hecho muy buen trabajo, se ve en la mejora de la competitividad, de las exportaciones y la reducción de los intereses” de la deuda, apuntó.
Sin embargo, pese a los elogios, el Fondo cree que a la economía española le queda un largo camino para absorber todos los desequilibrios y reducir una deuda pública que el año que viene rozará el 100% y, según sus previsiones, alcanzará el 105% en 2018. El número dos del departamento, Ranjit Teja, admitió lo precavido de las proyecciones del FMI y que la digestión es muy lenta pese a los esfuerzos de España. Advirtió, no obstante, de que el escenario puede revisarse a mejor, con una reducción de deuda más rápida, con una agenda de reformas más agresiva.
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