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Hemos tocado fondo

Las empresas creen que lo peor ha pasado, pero aplazan la recuperación a 2014 o 2015

Fuente: Deloitte (Barómetro de empresas, consulta julio de 2013).
Fuente: Deloitte (Barómetro de empresas, consulta julio de 2013).C. AYUSO / EL PAÍS

La economía española ha tocado fondo. Los números rojos en los que la actividad económica lleva inmersa desde el tercer trimestre de 2011 están próximos a su fin y, aunque los indicadores de tendencia empresarial no permiten constatar todavía ese giro, la percepción de los grandes empresarios españoles es que lo peor de la crisis ya habría quedado atrás. El pesimismo que inundaba a las grandes empresas españolas a finales de 2012 pierde adeptos y, a diferencia de lo sucedido en otros ejercicios, las expectativas han mejorado conforme el año avanza.

De esta forma, las grandes empresas respaldarían el discurso oficial del Gobierno de que “la recesión ha quedado atrás”. Pero el respaldo es solo parcial. Las empresas no suscriben el entusiasmo del Ejecutivo respecto al inicio de la recuperación, que no entrevén hasta 2014 o incluso hasta bien entrado 2015. Si se confirman estas expectativas, el escenario que los empresarios auguran es un largo periodo de estancamiento de la economía española, con tasas de crecimiento tan reducidas que difícilmente podrán ser percibidas como una recuperación de la economía real.

Las expectativas empresariales han mejorado conforme avanza 2013

Esas son las principales conclusiones del Barómetro de Empresas de EL PAÍS correspondiente al primer semestre de 2013. Una encuesta que elabora Deloitte sobre una muestra de 269 compañías con sede en España, de todos los sectores de actividad, cuya facturación conjunta supera el billón de euros y que emplean a más de un millón de personas, aunque la mayoría de ellas no cotiza en Bolsa.

Los empresarios que consideran que la situación ha empeorado en la primera mitad del año aún son mayoría (55%), pero representan casi la mitad de quienes lo pensaban así a finales de diciembre (83%). Y hasta un 10% estima que la economía ha ido a mejor, frente al 6% que tenía la misma percepción hace poco más de seis meses. Ese tono de menor pesimismo tendría continuidad en el segundo semestre, cuando uno de cada cuatro empresarios espera una mejora de la situación, y casi la mitad (48%), que la economía permanezca igual, un nivel muy por encima del 35% que pensaba algo parecido a principios de año. De cumplirse estas expectativas, se podrían alcanzar los mejores resultados desde la primera mitad de 2007, antes del inicio de la crisis financiera.

La percepción empresarial no lleva necesariamente aparejada la recuperación de la economía. Si a principios de año, un 14% de los empresarios encuestados confiaba en que la economía entrara en terreno claramente positivo a finales de 2013, ese porcentaje se ha reducido en estos momentos al 9%. Un 51% espera que esa reactivación se produzca en 2014, en línea con el 55% de enero, pero aumentan quienes creen que la recuperación se producirá más bien en 2015, con un 40% frente al 31% anterior.

Lo más notable es que pocos datos apoyan esta mejora en la percepción de las grandes empresas. La producción, la facturación, la rentabilidad y la inversión han registrado un resultado algo peor de lo esperado a principios de año y solo un indicador, el del empleo, se ha comportado mejor de lo previsto, lo que estaría en línea con los últimos datos conocidos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Un 17% de las empresas ha aumentado empleo y solo un 7% esperaba hacerlo cuando se les preguntaba a finales de 2012.

Pocos datos apoyan el optimismo empresarial, salvo el empleo

Aunque, al final, las empresas que han seguido destruyendo empleo ascienden al 47%. Con vistas al segundo semestre, solo el 43% de los panelistas cree que la tasa de paro seguirá aumentando hasta diciembre, frente al 86% que así lo esperaba hace seis meses. Lo cierto es que la encuesta se realiza, básicamente, entre grandes empresas españolas, y muchas de estas compañías no pueden ajustar más las plantillas sin que se vea afectada la productividad, que en muchos casos ya se encuentra al límite. Es más, la productividad es la variable que, a juicio de las empresas, tendrá una mayor influencia sobre los rendimientos empresariales (80%), seguido por la demanda externa (68%).

Dicho lo cual, pocos datos más justifican el brote de optimismo empresarial. La producción y facturación ha empeorado para el 50%; aunque el 60% de las empresas ha aumentado sus beneficios antes de impuestos, solo pensaban que se reducirían un 25% y al final ha sido así para el 34%, y un 32% ha llevado a cabo recortes en materia de inversión.

Las causas que explican estos resultados, a juicio de los empresarios, son la disminución del mercado doméstico (para el 72% de las empresas) y el empeoramiento de la coyuntura económica española (para el 54%). La reducción de costes y el control de gastos también ha hecho mella en los resultados de las empresas. Pero, por encima de todos ellos, la variable que más negativamente influye sobre los rendimientos empresariales, en un 87%, es la fiscalidad, lo que explica el descontento de las grandes empresas con la política tributaria del Gobierno. Le siguen muy de cerca los costes energéticos, en un 86%, y los costes financieros, en un 60%.

El turismo es el sector que genera un mayor optimismo

Solo el crecimiento del mercado exterior, para un 38%, ayuda a suavizar el escenario empresarial. De hecho, se mantienen las expectativas positivas en relación a la evolución de las exportaciones, con un 80% anticipando incrementos, aunque para el 31% de los encuestados las ventas al exterior carecen de total importancia para sus compañías. El sector exterior cobra especial relevancia para las empresas que facturan entre 60 y 150 millones de euros. Europa occidental sigue siendo el destino mayoritario de sus exportaciones (87%), seguido por América Latina (49%), América del Norte (43%) y África (41%). Destaca, respecto a los datos de diciembre, la creciente importancia de América del Norte y de África —entonces, en cuarto y sexto lugar, respectivamente— como destino cada vez más importante de las ventas al exterior.

Pese a ello, los empresarios confían en que la tendencia mejore en la segunda mitad del año. Un 61% espera que su rentabilidad aumente en el segundo semestre, un 39% confía en aumentar la producción y un 47% cree que la inversión mejorará en la segunda mitad del año.

Las empresas temen ser ‘opables’

La fuerte caída de las cotizaciones bursátiles y el actual entorno de incertidumbre financiera han provocado un mayor temor entre las grandes empresas españolas a ser susceptibles de una operación de adquisición, aunque la mayoría de los panelistas no cotizan en Bolsa. Un 18% de los panelistas cree probable que su empresa sea objeto de una operación corporativa y un 8% —frente al 5% de finales de 2012— lo cree muy probable.

Parte de ese temor se justifica, como explican fuentes del mercado, por el hecho de que muchas cajas de ahorros se están deshaciendo de sus posiciones industriales, que en muchos casos suponían además minoría de bloqueo del consejo. Al desaparecer esas minorías de control, las compañías son más susceptibles de ser objeto de una operación. De hecho, casi un tercio de las empresas reconocen que sus compañías se plantean la desinversión de alguna de sus divisiones a corto plazo, operaciones motivadas, según explican mayoritariamente, por reestructuraciones operativas o focalización en las actividades propias de la empresa.

En todo caso, el crecimiento vía adquisiciones se mantiene como una alternativa de crecimiento a tener en cuenta, incluso en el entorno económico actual. Eso sí, más de forma puntual (54%) que de manera permanente (22%) y con la premisa de encontrar buenas oportunidades en términos de precio (72%) y abrir nuevos mercados geográficos (46%).

Precisamente porque las actuales condiciones de mercado son especialmente complicadas, las compañías (90%) confiesan que llevan a cabo análisis más profundos de las empresas objetivo a la hora de analizar potenciales adquisiciones. El tiempo juega ahora a favor de las empresas, que no quieren correr riesgos.

Aquí el tamaño de la empresa importa. Atendiendo al volumen de facturación, las empresas con un volumen de 600 a 3.000 millones de euros son las más optimistas. Un 43% de estas empresas ha aumentado su facturación en el primer semestre, muy por encima del 30% registrado en la anterior oleada, y un 45% cree que seguirá aumentando su producción en lo que resta de año. Aunque con vistas a la segunda mitad del ejercicio son las empresas que facturan entre 300 y 600 millones de euros (en un 48%) y las que facturan entre 30 y 60 millones (47%) las que se muestran más optimistas. En el lado contrario de la balanza, las compañías de mayor tamaño, aquellas que facturan más de 3.000 millones de euros al año, entre las que apenas un 17% ha aumentado facturación y solo un 28% confía en hacerlo en el segundo semestre.

Por sectores, son las empresas dedicadas a la construcción las que en un mayor porcentaje han reducido la producción, con un 82%; seguidas por las de tecnología, 75%, y distribución, 67%. Por el contrario, el de fabricantes es el sector que obtiene mejores resultados, con un aumento de la facturación del 46%, y el de seguros, con un 43% más. En la segunda mitad del año, distribución (63%) y energía y recursos naturales (55%) son los sectores que esperan un mayor incremento de la producción. Solo cinco de los 14 sectores consultados esperan incrementos de la producción inferiores al 40%, una señal de optimismo, sin duda, aunque sin bases sólidas sobre los motivos de un cambio de tendencia similar.

Como no podía ser de otra forma, son los ingresos por turismo la variable mejor valorada, con un 91% de los empresarios que augura una evolución favorable en este ejercicio y que cree que este sector va a resultar clave para la recuperación de la economía española. En cambio, más del 75% de los panelistas creen que la edificación residencial, la licitación de obra pública, la morosidad en el crédito bancario, la matriculación de vehículos, el consumo de carburantes y el de energía eléctrica serán los indicadores con una evolución más negativa. Aún quedan muchos quebraderos de cabeza con los que lidiar.

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