El presidente de Pescanova dimite y el consejo convoca junta de accionistas
El hijo del fundador de la pesquera, imputado por la Audiencia Nacional, abandona su puesto La investigación de KPMG confirmó las irregularidades contables cometidas durante años
Al final, Manuel Fernández de Sousa, presidente de Pescanova, ha dado hoy la sorpresa. Ha anunciado que dimite. En el consejo de administración, celebrado esta mañana en la sede gallega de la pesquera en Redondela, ha señalado que deja su cargo, que ocupa desde los años ochenta, y su renuncia ha sido aceptada por todo el consejo, según ha confirmado el propio Sousa en un comunicado enviado por su portavoz. Sousa, envuelto en la polémica e imputado por la Audiencia Nacional por posible falseamiento de cuentas y uso de información privilegiada dejará de ser el máximo responsable de la compañía que fundó su padre y de la que es el mayor accionista.
El Consejo ha adoptado además el acuerdo de convocar Junta General de Accionistas para el próximo 12 de septiembre, y convocar otra reunión del consejo ese mismo día. Si Sousa no hubiera dimitido este miércoles es más que probable que en esa junta de accionistas se hubiera visto obligado a dejar el cargo. Su nombramiento caducó en abril y debía someterse a una nueva renovación, poco probable teniendo en cuenta que el segundo y tercer accionistas (Damm y Luxempart) llevan meses pidiendo su dimisión y que los minoritarios sufrieron enormes pérdidas antes de que la cotización de la empresa quedara congelada en abril.
El cargo de Sousa había caducado en abril y debía someterse a una nueva renovación en junta, pero se resistía a abandonar su puesto
En el consejo celebrado este miércoles, además de Sousa también Ana Belén Barreras ha dimitido como consejera. Barreras no tenía acciones en la compañía, pero ocupaba un asiento en el consejo desde 2007. Al contrario que otros seis miembros del consejo, entre ellos Sousa, Barreras no está imputada, pero sí lo está su padre, José Alberto Barreras, un accionista de la compañía acusado de vender acciones sin informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Manuel Fernández ha explicado en su comunicado que toma esta decisión "después de concluir el proceso de clarificación y regularización contable impulsado por él hace cinco meses, y una vez que la administración concursal ha informado de que su intención es que Pescanova no sea liquidada". El presidente ha insistido en agarrarse a su habitual defensa, la misma que mantuvo incluso cuando vendió 32 millones de euros en acciones a escondidas: que todo lo que hizo, fue por el bien de la empresa. “Este es un día triste, sin duda. Pero, después de 37 años de mi vida entregados a Pescanova, de miles y miles de jornadas de esfuerzo, de sacrificios y de muchas alegrías, puedo decir que Pescanova es viable. Porque, como yo siempre estuve seguro, Pescanova es una compañía con futuro”, explica en su escrito.
El juez de Pontevedra que se encarga del concurso de acreedores ya había arrebatado a Sousa la gestión de la firma, en manos del administrador concursal Deloitte. Sin embargo, Sousa se negaba a dejar su asiento de presidente. La reunión de hoy estaba prevista para el 31 de julio. Sin embargo, el hasta ahora presidente de Pescanova decidió adelantarla a este miércoles, después de las revelaciones de la investigación que llevó a cabo KPMG, y donde se apuntaba a un fraude a gran escala dirigido por parte de la cúpula para retocar la contabilidad.
También Ana Belén Barreras ha dimitido este miércoles como consejera, puesto que ocupa desde 2007
En el orden del día no estaba prevista su renuncia. Pero ha decidido abandonar el cargo, algo que los representantes de Damm y Luxempart en el consejo, segundo y tercer accionistas más importantes, llevan pidiendo desde marzo. Ese mes fue cuando comenzó la crisis de la pesquera, en concurso de acreedores. Lo que parecía un bache en una empresa hasta entonces considerada rentable se fue convirtiendo poco a poco en un escándalo, que incluye venta de acciones a escondidas por parte de la cúpula y hasta correos electrónicos sobre pagos en negro a testaferros que ocultaban la deuda.
Siete de los 12 miembros que formaban el consejo cuando la empresa solicitó el preconcurso están imputados por la Audiencia Nacional. La reunión de este miércoles era la primera que se celebraba después de que la semana pasada KPMG revelara el resultado de sus investigaciones pormenorizadas. La auditora señaló que en la empresa se había ejecutado un plan durante años con el fin de ocultar pérdidas y deudas millonarias. En paralelo, la Unidad de delitos Económicos de la Policía está investigando el patrimonio de Sousa y su familia y hay también una investigación fiscal en marcha.
"Ha llegado el momento de dar un paso atrás. No me gustaría que mi presencia pudiera suponer un obstáculo, por pequeño que sea, para que los administradores estén libres para negociar con los acreedores las condiciones para relanzar a Pescanova”, ha señalado Sousa a través de su comunicado.
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