La buena marcha de las exportaciones
La aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB continúa positiva y es su único sostén
Acabamos de terminar la primavera, estación en la que vemos brotar nueva vida, los días se alargan y las noches encogen, el clima empieza a ser más cálido… Todo ello crea una explosión de euforia en la naturaleza, de la que la especie humana forma parte. La economía española también se ha contagiado del cambio estacional y su prolongado invierno parece próximo a su fin, lo que ha levantado también una euforia en algunos ámbitos del Gobierno y de la sociedad. Pero hay que ser cautos y no echar las campanas al vuelo prematuramente, ni vender la piel del oso antes de cazarlo. Nos lo recordaba el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha visitado España las últimas semanas. Es verdad que la tendencia de los indicadores apunta a que, en la segunda mitad del año, el PIB deje de caer y, probablemente, inicie entonces una ligera recuperación. Pero hay que ser conscientes de que durante al menos un par de años esa recuperación no va a ser explosiva, sino bastante contenida. Quedan muchos ajustes, saneamientos y reestructuraciones que efectuar, es decir, mucho lastre que la economía debe soltar antes de que pueda elevarse. Y quedan también muchas reformas por hacer si queremos aumentar el potencial de crecimiento, que la crisis ha dejado muy mermado, y reducir la insoportable tasa de paro. El peligro de crear un clima de euforia prematuro es que todos —Gobierno, empresarios, agentes sociales y ciudadanos de a pie— relajemos nuestro empeño en los deberes pendientes pensando que ya los hemos terminado de hacer, lo que nos llevaría a una situación de estancamiento durante muchos años.
Entre los datos que contribuyen a este clima de euforia se encuentran los del comercio exterior de mercancías, cuyos resultados de abril conocimos esta semana. Las exportaciones parece que han superado el bache del último trimestre de 2012, provocado por el debilitamiento de los mercados exteriores, y vuelven a crecer con fuerza. Según las cifras elaboradas por el Ministerio de Economía a precios constantes (en volumen), las exportaciones aumentaron en el primer trimestre a una tasa anualizada del 7,5% respecto al trimestre anterior y las de abril han superado en un 42% la media del primer trimestre, también en tasa anualizada.
Los precios del comercio exterior recogen una caída que refleja la débil demanda mundial
Los datos mensuales del comercio exterior son provisionales y muy volátiles y probablemente esta última tasa se compense en el mes siguiente con una caída. Por ello es conveniente someter a las series a un proceso de suavizado, para extraer la tendencia. El gráfico superior izquierdo recoge así el crecimiento de las exportaciones e importaciones y vemos que el ritmo de crecimiento de las primeras va a más y alcanza una tasa anualizada del 6% en los tres últimos meses respecto a los tres anteriores. Este crecimiento supera ampliamente al de las exportaciones de la zona euro y probablemente al del comercio internacional. Los factores que lo explican son, principalmente, dos: la mejora de la competitividad, que se pone de manifiesto en la evolución de los costes laborales relativos por unidad producida, y la fuerte caída del mercado doméstico (demanda interna).
El crecimiento de las exportaciones y la moderación de la caída del consumo y la inversión internos explican que también las importaciones se estén recuperando y hayan pasado ya a registrar tasas positivas, que en términos tendenciales se sitúan por encima del 1%. Esta tasa sigue siendo notablemente inferior a la de las exportaciones, por lo que la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB continúa siendo positiva, de hecho, el único sostén del mismo.
Por lo que respecta a los precios del comercio exterior, durante este año se observa una caída, reflejando el debilitamiento de la demanda mundial. Lo positivo para España es que la caída de las importaciones es mayor que la de las exportaciones. Ello, unido al mayor crecimiento a precios constantes de estas últimas, se traduce en una aceleración de la corrección del déficit comercial. El acumulado en los cuatro primeros meses del año es un 59% inferior al del mismo periodo de 2012. Es de destacar que, en el comercio de productos no energéticos, la balanza ya es positiva para España, igual que en los intercambios con el resto de socios de la zona euro, a pesar de que las exportaciones a dicha zona registran tasas negativas.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
Industria y servicios
Otros indicadores de interés conocidos en la última semana fueron las cifras de negocios de la industria y los servicios del mes de abril. Desde hace unos meses el INE ofrece estos datos en tres versiones, la original (datos brutos), la corregida de calendario laboral y la corregida de calendario laboral y desestacionalizada. La primera no es apenas útil a efectos del análisis coyuntural, la segunda es la apropiada para obtener y analizar las variaciones interanuales, y la tercera, para obtener las variaciones intermensuales o intertrimestrales. Es un gran avance en la presentación de los resultados de las estadísticas coyunturales, que debe extenderse a todas aquellas que se vean afectadas por estos fenómenos (por ejemplo, la EPA y el IPC). Los analistas, medios de comunicación y el propio INE en sus notas de comentarios debemos acostumbrarnos a utilizar las series más apropiadas en cada momento, que casi nunca son las originales. En el gráfico inferior derecho se recoge la tendencia de estos indicadores, que apuntan a una mejora, aunque de forma suave.
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