La temida factura energética

Con la llegada del verano y el calor, algunos ya tiemblan al pensar en conectar el aire acondicionado o el ventilador y recibir la cada vez más temida factura de luz que no da tregua al consumidor.

Es el caso de Azucena (nombre figurado), que vive en Madrid de alquiler en un piso de 40 metros cuadrados con su pareja en el distrito de Argüelles y no gana para disgustos con su compañía eléctrica. “El año pasado eran las estimaciones, un mes me cobraban 50 euros y al otro me llegaban 200. Era una locura. Y ahora que se acerca el verano a ver qué susto me dan”.

Azucena, al igual que unos veinte millones de consumidores en España, tiene la tarifa de último recurso (TUR). Esta tarifa fue aprobada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio cuando en 2009 se liberalizó el mercado energético para adaptarse a las normas de suministro energético europeo. El Gobierno creó esta tarifa refugio para que los consumidores fueran adaptándose poco a poco a un mercado libre cargado de ofertas de luz y gas como el de las telecomunicaciones.

A pesar de que la tendencia es que la TUR desaparezca con la total liberación del mercado energético, la gran cantidad de clientes que cuentan con esta tarifa todavía hace lejano este escenario de total liberalización.

Desde el 1 de abril de 2013 los clientes de la TUR pueden optar por recibir facturas bimestrales y sin estimaciones, lo que significa que se basan en consumos reales. Aquí es donde vuelven las quejas de Azucena: facturas que no entiende, términos incomprensibles, fluctuaciones trimestrales en el precio de la energía. ¿A quién acude?

Azucena sabe que la potencia contratada en su factura es de 4,4 kilovatios con discriminación horaria. Ha aprendido que la potencia contratada es la que suscribe con la empresa dependiendo del número de electrodomésticos que tiene en casa. También conoce que la tarifa de discriminación horaria es una tarifa nocturna que desde 2008 traslada una parte del consumo de la hora punta a la hora valle (de las 22.00 a las 12.00 y en verano de las 23.00 a la 13.00).

Desde enero, Azucena ha recibido tres facturas, una de 300 euros, otra de 250 y, una última, de 180. “Me parece un auténtico lío”, afirma indignada, y añade: “Yo pensaba que al desaparecer la estimación, el problema del pasado año en el que un mes pagaba una cantidad muy baja y a los dos siguientes una factura real elevadísima se había acabado. Ahora son todas altas”. Al igual que ella, hay muchas personas que no logran entender el proceso de facturación, los cálculos en los que se basan y de dónde proceden esos consumos tan elevados. Respecto a los altos precios, desde 2008 la luz se incrementó en más de un 60%, “por tanto las últimas bajadas no han supuesto apenas un respiro para el consumidor”, afirma Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).

El Ministerio trabajará en la simplificación de las facturas

Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, manifiesta que el pasado año aumentaron las quejas de los particulares, situando a las eléctricas como el tercer sector más denunciado, después de las telecomunicaciones y la banca. Como se observa en el último balance de FACUA 2012, las principales quejas derivan de la falta de lectura de los contadores durante largos periodos, facturas desproporcionadas y ofertas comerciales engañosas.

Fuentes de Endesa aseguran que este año las quejas han disminuido desde que la facturación bimestral se puso en funcionamiento en abril. Rubén indica que en este semestre todavía no hay datos registrados de las quejas de los consumidores, pero asegura que nada tiene que ver la estimación de las facturas con los motivos por los que la gente denuncia.

Las empresas comercializadoras intentan atraer a los clientes con ofertas personalizadas y más atractivas que la TUR. Esto ha provocado, según el portavoz de FACUA, que las compañías que están en el mercado libre y quieren conseguir clientes de la TUR “les proponen descuentos sobre el total de la factura que no son reales”. El representante de la organización de consumidores sostiene que el mercado libre no da precios más baratos que la TUR.

Sánchez resalta que a la hora de contratar lo que más interesa al consumidor es el precio de la energía consumida que “supone el 80% de la factura” .

Endesa aclara que “nunca se ha hecho un descuento por el total de la factura y cada cliente tiene una deducción específica”. A diferencia de Rubén, en Endesa sostienen que la energía consumida equivale al 40% del total de la factura, y añade que cada particularidad que el consumidor contrata queda reflejada en la factura desde el principio, pero que “el principal problema es la complejidad que estas presentan”. Fuentes del Ministerio de Industria han confirmado que una norma marca los conceptos que debe presentar la factura y las compañías no pueden modificarla y aseguran que trabajarán para simplificarla.