Las acciones de Facebook cumplen su primer año en Bolsa teñidas de rojo

Un año después del desastroso estreno de Facebook en Bolsa, el inversor se hace la misma pregunta: ¿Es este el valor adecuado de la compañía? La mayor red social en Internet, que cuenta con más de 1.100 millones de usuarios, cotiza en Nasdaq y tiene una capitalización bursátil próxima a los 64.100 millones de dólares (cerca de 50.000 millones de euros). Son unos 40.000 millones de dólares (32.000 millones de euros) menos que en aquel frenético y caótico 18 de mayo de 2012 cuando debutó en el parqué.

La acción de Facebook se paga en su primer aniversario un 30% más barata si lo que se toma como referencia son los 38 dólares (cerca de 30 euros) en los que se fijó la oferta al salir. El negativo es aún mayor si lo que se compara con los 45 dólares (35 euros aproximadamente) que se llegaron a pagar algunos inversores en los primeros minutos de cotización. De ahí, cayó a 17,5 dólares (13,6 euros) en algo más de tres meses, su mínimo anual.

El que apostó en el punto más bajo, sin embargo, en los últimos ocho meses logró ganarle más de un 50%. Ahora la acción se mantiene estable por encima de los 25 dólares, con repuntes que incluso se acercan a los 30 dólares. La negatividad hacia el rendimiento de la puntocom se redujo enormemente y hay analista que creen es el momento de mirar a Facebook con otros ojos.

Se fijan en los resultados del primer trimestre, que cerró con ingresos de 1.460 millones de dólares 81.138 millones de euros). El crecimiento por número de usuarios madura en EE UU y Europa. Para compensar, cambió de estrategia y miró hacia el móvil, donde hace un año no tenía casi presencia. Las ventas por publicidad generadas a través de teléfonos y tabletas pasaron de un 2% del total hace un año al 30%.

La de los dispositivos móviles es sin duda en área donde más crece, con un incremento del 54% en el número de usuarios activos. Pero Facebook debe demostrar aún cómo va a monetizar el tráfico que emigra del ordenador hasta los dispositivos sin cable, un terreno también complicado para Google, porque los anunciantes pagan menos por el espacio que van a ocupar en las pantallas.