Eslovenia cae al bono basura y da otro paso en el camino hacia el rescate
Moody's sitúa la nota de solvencia del país en Ba1 por las dudas sobre la banca y su deuda
La rebaja de la nota de solvencia de Eslovenia, bono basura para la agencia Moody’s, ha colocado al país más cerca de convertirse en el sexto estado europeo en pedir a sus socios el rescate financiero, si se incluye a España, cuyo auxilio se ciñó a la banca. Moody’s rebaja la calificación de la deuda soberana eslovena en dos escalones —de Ba1 a Baa1 o bono basura, con perspectiva negativa— debido a la situación de la banca, el deterioro de las cuentas públicas (en buena parte por las ayudas a la banca) y la incertidumbre respecto a la financiación futura del país. “Las autoridades han estado inyectando capital y proporcionando asistencia a los tres mayores bancos y Moody’s espera que la calidad de los activos siga deteriorándose dado el débil entorno económico”, señala la nota
El agujero de capital que se estima en el sector asciende a unos 7.500 millones, según fuentes citadas por Bloomberg. Sin embargo, la vía de oxígeno del Gobierno para los bancos puede tener los días contados.
Los tres grandes bancos están bajo control del Estado y suponen el 50% del sector financiero
El entorno económico empeora: en 2012, el PIB del país se contrajo un 2,3% y se prevé que caiga otro 1,9% este año, pero un eventual deterioro de la situación de la banca agravaría la recesión. A Moody’s también le preocupa el ascenso meteórico de la deuda pública, que entre 2008 y 2012 ha pasado del 22% al 54% del PIB y podría alcanzar el 65% en 2014. La mayor parte del papel del Estado, además, está en manos de la banca del país, lo que pone en evidencia los problemas de confianza que sufre el país. Su prima de riesgo, que es el sobreprecio exigido a su deuda frente a la alemana, de referencia, está en torno a los 470 puntos. La rentabilidad a la que cotizan sus bonos a 10 años es del 5,95%, solo superada por Grecia dentro de la eurozona.
“La vulnerabilidad de Eslovenia a impactos externos, como los provocados por la crisis de Chipre, podrían dificultar su financiación a tipos sostenibles, lo que incrementa la probabilidad de que las autoridades necesiten solicitar un programa de ayuda externa”, explica. Precisamente, el Parlamento chipriota ha aprobado por los pelos los ajustes acordados a cambio del rescate, con 29 votos positivos y 27 negativos.
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